La sexualidad como necesidad política

...

En segundo lugar, tenemos la desnaturalización de la sexualidad, la cual está causada en gran medida por la supremacía de la iglesia Católica, la cual, partir de la edad media, obtiene un rol preponderante, donde norma las conductas de los hombres; cómo el hombre debe relacionarse con su Dios, cómo Dios puede verlo y saberlo todo y por tanto aun a oscuras el ‘pecado’ se comete y está sujeto a la culpa; con la culpa, psicológicamente, el hombre no es libre de actuar según su naturaleza carnal. Digno de otro ensayo será entonces determinar el por qué la iglesia sobre normó las relaciones del ser humano, quizá para lograr un objetivo más amplio aun, someter a las mujeres a un nivel menor al hombre y si el hombre es como una mujer, y no existe diferencia ¿cómo podrá el hombre perpetuarse en el poder?

Al no existir, como dijimos antes, naturalidad en la sexualidad y ser un constructo social, histórico y contextual, y considerando además que según el diccionario de la Real Academia de la Lengua la normalidad es ‘Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural’; no nos queda más que afirmar ‘No existe ni naturalidad, ni normalidad al momento de hablar de sexualidad’.

Qué diferencia entonces a un heterosexual de un transexual, si consideramos que ambas posiciones son no naturales y por efecto, no normales; habrá entonces dos formas de ver estas diferencias, estarán los que consideran que desde un punto de vista de capacidades, excluyendo per sé a la capacidad de procrear de forma natural, no preexisten diferencias, es también por mi apoyada esta visión. Sin embargo, la diferencia existe, estamos ‘desacostumbrados’ a en muchos casos tolerar a los transexuales, eso principalmente está relacionado con la segunda forma de mirarlos, la visión política; un trangénero es distinto a la mayoría, al ser distinto a mí, puede estar por sobre o por debajo de mí, puede ser más efectivo que yo, y generar por tanto más ganancias, pero al ser minoría y no ser sujeto del mercado, por la razón antes esgrimida, lo podemos menoscabar y disminuir su rol dentro de la sociedad, encerrar en la bodega del patio trasero con las cosas de que esconden para las festividades o aquellas cosas, que simplemente no sirven.

La sociedad, como conjunto de seres que conviven en un determinado punto geográfica y que por sobre todo comparten normas comunes, un culto, una cultura, o los fenómenos que ocurren en la misma, el género y la sexualidad no están ajenas a estas visión, la sexualidad como tal no es otro que un constructo social, completamente ficticio, el cual ha mutado desde la antigüedad hasta la modernidad; pero que siempre ha estado supeditado a la acción del conjunto. En la Grecia clásica los hombre mayores solían tener amoríos con otros jóvenes del mismo sexo, mantenían relaciones de índole sexual con los mismos sin ser mal considerados inferiores o si quiera anormales, era algo normal y por tanto natural. Bien o mal, buscaban la perfección que sólo se podía encontrar en otro hombre, incurrían por cierto en la discriminación a otro sexo, ya que consideraban que la mujer no era digna de gran parte de los derecho, no podía ser ciudadana, etc. Además aquel hombre que en una relación cumplía el rol sexual de la mujer tampoco era bien mirado. Este es el ejemplo ideal de la intersubjetividad, los griegos poseían una visión para con los homosexuales bastante abierta, pero la mujer era castigada socialmente, directamente a través de su falta de reconocimiento.

Quisiera concluir este ensayo, con dos ideas fundamentales. Primero, la sexualidad hoy es un elemento de la sociedad que está muy sujeto a susceptibilidades, pero en su esencia es la manifestación de las pasiones del hombre, de sus instintos, de sus placeres, por lo tanto y como la literatura, debe ser la expresión de la interioridad del ser, pero al igual de toda obra literaria debe estar ligada a la realidad, al contexto, a lo que se vive. Segundo, si bien estoy sumamente de acuerdo con la ‘teoría Queer’, muestra de esto es que la he utilizado en la fundamentación de este texto, me parece que no podemos establecer que hay verdades absolutas, no es infalible decir que el único factor para la decisión sexual es el contexto, hay elementos propios de la persona, la formación genética, psicológica, entre otros que también son relevantes, y no excluyentes.

Quisiera concluir este ensayo preguntándome ¿qué rol tendrán los ‘Queer’ en la sociedad que estamos construyendo’? como en todo orden de