La vejez en el futuro - El futuro en la vejez

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La vida es algo personal, único e intransferible, la inventamos y la diseñamos cada uno de nosotros de acuerdo a satisfacciones y expectativas subjetivas en las que desempeña un importante papel la experiencia o conocimiento derivado de lo vivido. Esta experiencia de la vida no es derivada directamente de la edad, sino del cúmulo de sucesos singulares que el sujeto va vivenciando. Experiencia, es una palabra de origen griego εμπειρ⎨α o “saber hacer”, deriva del latín experientia, que equivale a un conocimiento acumulado que se aloja en, y actúa desde, el interior de la persona. La vida va creando en el individuo capas o etapas de información, de ideas, de valores jerarquizados y, por supuesto, de experiencias, en las que, en su momento, todo lo anterior tiene cabida. Por ello Bernice Neugarten dijo que, “la palabra Gerontología será sustituida por algo como -el estudio de las vidas-, basado en la noción de ciclo vital como un todo, y en los procesos de cambio desde la infancia hasta la vejez”. Con lo anterior podemos entender que el envejecimiento no es un fenómeno que comienza, a los 60 o 65 años, según el país en el que nos encontremos, sino un proceso que se va construyendo, etapa por etapa hasta llegar a la vejez, y se entiende que a partir del nacimiento, la persona asume la muerte tan pronto como existe.

El sentido de la vida humana no está en la variable de edad, sino en el análisis de esas capas o etapas, que van formando un pilar, denominado historia; historia individual e historia social. Pero, ¿Hacia dónde deben orientarse esas capas o etapas?

Las teorías humanistas afirman que a la:

- Autoaceptación.

- Relación positiva con los otros.

- Autonomía.

- Dominio del ambiente.

- Meta, o propósito de vida.

Los anteriores cinco factores deberían o deben ser quienes lleven al desarrollo óptimo de la persona, lo que es denominado “experiencias-cumbre”, con la característica que el crecimiento personal no es algo que llega a una meta, sino un continuo que va creciendo, que va expandiéndose dinámicamente durante toda la vida, según Abraham Maslow. De alguna manera, este constante dinamismo hacia la autoconstrucción es inherente a nosotros como seres humanos, y conlleva un proceso que va desde la base que hace referencia a las necesidades básicas, hasta la última que es llamada de la autorrealización en la pirámide de Masolw. Estamos en un proceso de construcción constante.

Si como personas nos preguntáramos hacia dónde vamos, conociendo la pirámide de las necesidades de Maslow, deberíamos responder que hacia la autorrealización; y que ésta es nuestro futuro inmediato, sin embargo, las formas de autorrealización son casi infinitas, debido a que es una concepción subjetiva. No obstante, la verdadera realización, para Maslow, supone la continua actualización de los potenciales, capacidades y talentos.

- Realización de una misión (llamada, destino o vocación).

- Completo conocimiento y aceptación de la propia naturaleza intrínseca de la persona.

- Incesante tendencia hacia la unidad, integración o sinergia dentro de la persona.

Que el ser humano, por esencia no alcance jamás la perfección permite siempre aspirar a más; este es el origen de todo proceso personal, social y cultural.

Son innegables los avances y progresos en el campo médico, en el de la tecnología, en la informática, en la erradicación enfermedades y de un largo etcétera, pero, ¿Hemos avanzado en nuestra realidad social ante la vejez? ¿Continuamos reproduciendo los mismos mitos, prejuicios y estereotipos de la vejez? ¿Diferenciamos el envejecimiento como proceso, de la vejez como etapa? ¿Qué tipo de vejez predicamos, practicamos y queremos? ¿La experiencia realmente nos lleva a la vejez? ¿Si no, nos autorrealizamos qué pasa con nuestra vejez?...

"Hay que prestar más atención a las formas especificas e individuales del curso del envejecimiento en la persona porque el conocimiento intraindividual de la variabilidad interindividual ayudará a conocer más la vejez"

Ursula Lehr

Bibliografía

Neugarten, Bernice (1999). “Los significados de la edad” Herder. Barcelona.

Rojas, Enrique (2004). “Las lenguas del deseo”. Madrid: Temas de hoy.

Maslow, Abraham (1990). “Motivación y Personalidad” Paidós. México.

Lehr, Ursula (1988). “Psicología de la Senectud, proceso y aprendizaje del envejecimiento”.