Principios Pedagógicos relacionados a Cali Llenita

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Por otro lado, se encuentran el principio del “No Paternalismo”. Este pretende anular las relaciones disociadas y de desequilibrio que se dan entre dos posibles poblaciones (los ricos y pobres, los poseedores y desposeídos, benefactor y beneficiario, etc.) Este principio se asemeja mucho con el anterior en el sentido en que en un momento dado, los voluntarios de la campaña empezaron a extralimitarse con las ayudas y generaron precisamente una relación de dependencia lo cual es la evidencia principal de que en una situación se está presentando una conducta paternalista.

Adicionalmente, de cierta forma ese querer ayudar más de lo necesario, empezó a quitarle un poco el foco de importancia a aquel propósito socio-afectivo inicial de la campaña que pretendía facilitar espacios de interacción, diálogo y compartir entre ambas poblaciones estableciendo relaciones horizontales y de igualdad entre ambas partes. Después de un tiempo, ese propósito fue quedando a un lado ya que las campañas se centraban principalmente en dar y recibir lo cual evidenciaba una relación de poseedor y desposeído.

El tercero de los principios tiene como nombre “la no interferencia cultural” que básicamente trata sobre la importancia de llegar a una población o comunidad aceptando y adaptándose a sus ideas, principios y costumbres sin pretender cambiarlas o imponerles otras. Este principio argumenta que es precisamente mediante esa confianza en el quehacer y ser de la comunidad, como la comunidad podrá llegar a confiar en los gestores. La confianza de los uno en los otros se da de manera recíproca y es mediante “la no interferencia cultural” como esta confianza puede surgir.

Según lo anterior, y analizando diversas situaciones de la campaña de Cali Llenita, se puede afirmar que este es uno de los principios que se logró cumplir de manera exitosa ya que en ningún momento de los encuentros se manifiesta una imposición de pensamientos o ideas ante las poblaciones. Por el contrario, la campaña cuenta con una gran variedad de familias que provienen de contextos culturales muy diversos y que por ende tienen ideas políticos, sociales y religiosos muy diferentes. Estos pensamientos jamás se convirtieron en un impedimento para lograr establecer esos vínculos de amistad fundados principalmente en el respeto e igualdad.

Por último, se encuentra el principio de la neutralidad cuya generalización radica en aquella capacidad de no favorecer o inclinarse hacia ningún lado para no generar discriminación o juicios, si no que por el contrario, es necesario ser neutral para mantener ese compromiso hacia toda la comunidad y poner siempre el servicio de manera igualitaria hacia todos y para todos.

Sobre este principio, también se pueden evidenciar ciertas falencias al momento de ejecutar la campaña de Cali Llenita, ya que desde un inicio hubo ciertas familias que por sus condiciones de vulnerabilidad o por su carisma, tuvieron ciertas preferencias o se vieron beneficiadas en una mayor escala sobre otras familias. Esto, en aquel momento no se hizo con intenciones negativas ni con el propósito de generar favoritismos, si no que en ciertas comunidades era evidente que habían familias que necesitaban de más apoyo que otras o por otro lado, hubo ciertos niños y niños que por sus personalidades o muestras de cariño hacia los voluntarios, lograron robarse su aprecio e hicieron inevitable el no querer tener con ellos muestras de afecto adicional como llevarlos un día a cine o a comer helado. Sin embargo, tras haber realizado la lectura del texto, es evidente ahora resaltar cómo este tipo de comportamientos pudo generar reacciones de desasosiego e insatisfacción por parte de las demás familias pudiendo además también haber nublado un poquito el propósito inicial de la campaña hacia todas las poblaciones y generando posiblemente un efecto negativo en su autoestima.

Finalmente, cabe resaltar que tras haber realizado este ejercicio comparativo a manera de análisis y auto-crítica constructiva, fue extremadamente productivo evaluar la campaña con una mirada retrospectiva recalcando no sólo lo bueno y productivo de la campaña (que era básicamente lo que hasta ahora se había recalcado) si no también aquellas situaciones contraproducentes, desacertadas y adversas que a pesar de ya haberse presentado, quedan como lección y aprendizajes para próximas campañas y futuras intervenciones de labor social.

De esta manera, los cuatro principios presentados por Ospina, quedan como precedente para partir desde un principio cualquier trabajo de campo que se quiera realizar con una comunidad ya que precisamente teniendo claridad de estos cuatro principios, es como se puede asegurar realmente el éxito de una labor eficiente que ponga de manera recíproca y horizontal las relaciones que entre los individuos se dan a manera de interacción social.