Resumen OPERACIÓN TRAVIATA. ¿QUIÉN MATÓ A RUCCI?
Enviado por Antonio • 13 de Octubre de 2017 • 15.568 Palabras (63 Páginas) • 590 Visitas
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- Se calificó al asesinato de crimen increíble, de atentado incalificable e injusta muerte de un mártir trabajador.
- Se identificó a los autores del ataque con el antipueblo, la barbarie antinacional y se evitaron precisiones.
- El atentado se interpretó como siniestra agresión al pueblo argentino que el 23/9 había votado por la paz y la unidad nacional, y como resultado de una definición ideológica ya que Rucci representaba al movimiento obrero argentino, la fe en Pn y en el pblo
- Se reclamó que sobre los instigadores y ejecutores caiga el peso de la ley y se exigió que las autoridades adopten todas las medidas necesarias para terminar con la violencia y el crimen.
Tras el velorio de Rucci, Pn dijo a la prensa “esos balazos fueron para mí, me cortaron las patas”
Cap. 4: EL ÚLTIMO TANGO
Pn había dicho a Rucci que esperaba que todo el consejo directivo de la CGT y de las 62 dieran un paso al costado, quería gobernar con gente leal: Rucci pediría la renuncia de todos y amenazaría con renunciar él tb, sabiendo que Pn no le aceptaría su renuncia.
Era una jugada atrevida aun para Pn, las 62 estaban dirigidas por Lorenzo Miguel, el heredero del vandorismo que defendía la autonomía del sindicalismo peronista respecto al general. Pn desconfiaba de Lorenzo Miguel y de la UOM; Rucci lo respaldaba porque desde el primer día en la CGT había atado su destino al de Pn, y aspiraba a concentrar en “su” CGT la representación no solo gremial sino tb política de los trabajadores.
Hasta la llega de Rucci a la CGT, en VII/1970, la estrategia de Pn reservaba a la central obrera la representación gremial, y a las 62 la lucha política de los trabajadores peronistas. Rucci le vino como anillo al dedo y pudo pensar en otro esquema más favorable para él: la CGT pasó a exigir el retorno del gral y la reivindicación de elecciones libres, y se volvió más combativa contra la dictadura; las 62 perdieron peso y eso fue librando a Pn de la influencia vandorista. Ahora, luego de su 3° triunfo en las urnas, Pn quería desplazar a la cúpula de las 62, convencido de que ya no eran necesarias (habían sido fundadas en 1956 para reagrupar los gremios peronistas durante la revolución libertadora que había intervenido la CGT, pero ahora la CGT funcionaba hacía rato).
En aquel momento la CGT era uno de los centros por los que fluía el poder, cada uno de los 21 miembros de consejo directivo podía ocupar cargos apetecibles en el estado, asegurándose relaciones, dinero y negocios; nadie iba a querer renunciar a ello. Pero Rucci no cedía en su afán. El lunes 24/IX se realiza una reunión de consejo en la CGT, nadie quiere renunciar, tras varios argumentos y Rucci que no cedía, deciden esperar hasta consultar a Lorenzo Miguel para combinar con las 62 la presentación de renuncias (estaban dilatando la cuestión).
Esa misma noche, Rucci asistió a un programa en Radio Argentina, donde expresó el pensamiento de la clase trabajadora organizada luego de la victoria electoral de Pn:
- Luego el derrocamiento de Pn en 1955 recayó sobre los trabajadores el mayor peso del liberalismo gorila y la resistencia por la recuperación de la soberanía, la libertad y la justicia; pero ahora la lucha se ha convertido en historia y la realidad actual es de trabajo y paz.
- Destaca la necesidad de pacificar los espíritus para encarar el proceso de reconstrucción que apunta a la liberación de la patria y a la realización integral del pueblo.
- Reafirma el apoyo de la CGT a Pn para reiniciar la revolución justicialista, que significa la recuperación plena del poder adquisitivo de los salarios, la valorización del trabajo, la creación de nuevas riquezas y el compromiso con la doctrina justicialista que incluía la unidad latinoamericana y del 3° mundo contra toda forma de imperialismo.
- A sus rivales de izq. y derecha, les decía que tras apelar a la violencia, en un clima de amplias libertades e igualdad de posibilidades no se puede resguardar ambiciones y sabotear un gobierno popular.
- Finaliza diciendo que la reconstrucción de la patria es tarea de todos los argentinos, con sentimientos de nacionalidad y cristiandad.
Tras la entrevista se retiró a su casa, donde al mediodía siguiente sería asesinado.
Cap. 5: UN SOLDADO DEL GENERAL
El 17 de noviembre de 1972 se suponía que Pn aterrizaría en Ezeiza, pero varios dirigentes pnistas dudaban de ello: por un lado recordaban el intento frustrado de 1964 cuando Pn solo pudo llegar hasta Río de Janeiro, y por el otro la dictadura de Lanusse machacaba que a Pn no le “daba el cuero” para volver y que a último momento bajaría en Montevideo o Asunción; no eran solo palabras, el gobierno había desplegado 25000 soldados para aislar el aeropuerto y había decretado feriado ese viernes para que la gente se fuera de vacaciones. Igual, decenas de miles de personas marcharon empecinadas al aeropuerto.
La CGT había dispuesto un paro gral para recibir a Pn y su edificio se había convertido en cuartel gral del Operativo regreso; Rucci era uno de los jefes del operativo junto con el secretario gral del movimiento Nacional Justicialista, Juan Manuel Abal Medina, nacionalista católico de derecha de 27 años, hermano de Fernando, que había virado a la izquierda y había sido el 1° jefe de mtns encargado de asesinar a Aramburu el 1/VI/70.
Al final, el chárter aterrizó en Ezeiza y Rucci pasó a la historia como la persona que cubrió al gral con un paraguas oportuno; luego, Rucci y Abal Medina subieron a Pn en un auto para llevarlo al hotel de Ezeiza
Rucci era del interior del país, había nacido en 1924 en Alcorta, Santa Fe. Siempre fue inquieto, frontal, avasallador, explosivo, a la escuela pudo ir solo hasta 6° grado ya que tuvo que salir a trabajar. En 1974 se afilió a la UOM y tres años después inició su actividad gremial al ser elegido delegado de la fábrica de cocinas Catita. El golpe de 1955 lo envió a la cárcel, y al salir continuó realizando tareas gremiales y tuvo una activa participación en la resistencia pnista a las órdenes de Vandor. En 1957 se casó con “Coca”, que era metalúrgica como él.
Por entonces Rucci era un ávido lector de historia argentina, le gustaban los revisionistas; tb leía a Pn, a quien quería más que al padre. Además frecuentaba a escritores nacionalistas católicos. Todo fue afianzando su pnismo, y dentro del abanico del movimiento, su nacionalismo de derecha.
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