SOCIEDAD DE CONSUMO EN ITALIA

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En 1918 se llevaron a cabo las primeras huelgas, porque la gente, sobre todo los trabajadores, estaba furiosa ante esta situación. Fue en ese momento en el que Mussolini vio su oportunidad. Creo un partido fascista dando esperanza a los trabajadores pero nada era verdad. En realidad su política sólo beneficiaba a las empresas, ya que adquirieron mucho poder, y seguía habiendo mucha diferencia entre la clase trabajadora y la clase media alta (empresarios). Por ello deducimos que en esta época no había una sociedad de consumo, y que la sociedad alta era la única que se podía permitir comprar bienes que no eran de subsistencia.

En cuanto Mussolini decidió entrar en guerra en el año 1940, Italia se volvió a meter en esa miseria, pobreza y decadencia de la que hablábamos anteriormente y esta vez incluso más, ya que venía de una situación previa mala. Teniendo en cuenta que Italia carecía de armamento y un ejército fuertes, suponemos que la producción no iba bien y que las rentas eran muy bajas. Por ello decimos que en esa época la sociedad italiana todavía no había llegado a ser una sociedad de consumo. Fue a finales de la guerra cuando por fin empezó a remontar gracias en parte al Plan Marshall.

Época de la Posguerra

Había poco para consumir en la Italia de 1945. La guerra dejo un país frío, desempleado y con hambrunas. El modelo “auto-suficiente” impuesto en el régimen fascista en los años 30 descarto cualquier idea relacionada con el consumismo y la remplazo con la modesta idea de “mille lire al mese” o mil liras al mes y una vida tranquila. En 1950 el 70% del gasto de las familias Italianas iba destinado a comida y productos para el hogar.

A mediados de la década, sin embargo, tres sucesos mayores comenzaron a cambiar el patrón de consumo Italiano: La rápida expansión económica, la motorización masiva y la televisión. Con la mayoría de la población trabajando la subida de salarios, permitió que destinaran el dinero a algo más que las necesidades básicas. La introducción de la Vespa hizo que el transporte personal fuese muchísimo más fácil, y fue el nuevo objeto de deseo de la sociedad de entonces.

La producción en masa de coches que se podían permitir como el Fiat Cinquecento y Seicento, pusieron a la mayoría de italianos sobre las cuatro ruedas, marcando así el inicio de la sociedad de consumo. El país se iba regenerando mientras las vías de transporte se arreglaban, y en 1958 se abrió la autopista que uniría Milán y Roma.

Esta nuevo modelo de sociedad fue reforzado con la introducción de la televisión en 1954, con la que se podía llegar al público mucho más rápida y eficazmente. En 1957 llego un nuevo espacio de televisión llamado Carosello, en el que se mostraban una sucesión de productos para el consumo animando así el nuevo modelo de vida ideal. Pronto se convirtió en el programa de más audiencia de la televisión. A los más jóvenes de la familia les dejaban quedarse hasta tarde viendo anuncios, y así nació la primera generación basada en el consumismo.