Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario

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por ello que cuando alguien se levanta y quiere ser diferente cambiar el entorno y pensar auténticamente, le etiquetamos de revoltoso y peligroso porque nuestra mentalidad ya ha sido adaptada a las formas de poder dominante. Realmente el temor a ser más y a trascender es el verdadero limitante en nuestras vidas no los recurso ni las situaciones difíciles que podamos pasar, esa desconfianza a que todo nos pueda salir mal y los demás nos juzguen y nos rechacen es lo que hace que realmente no seamos libres sino esclavos modernos de nosotros mismos y de los muros que hemos levantado.

Alguna vez nos hemos preguntado ¿cuantas oportunidades se han ido de nuestras manos por cobardía, porque imaginamos más cosas malas que buenas? Este el pensamiento que rige nuestra mente y reduce al mínimo las puertas que se puedan abrir hacia nosotros.

Es por ello que debemos procurar dejar el temor atrás y olvidarnos de la dependencia que nos ha caracterizado por mucho tiempo, el procurar una mayor autonomía debería ser nuestra prioridad y fin a alcanzar. Ser lo mejor en todo dando el máximo de nuestro potencial intentando alcanzar la libertad de la que muchos hablan pero pocos poseen y entienden. El ser esclavo y estar oprimido no solo es tener cadenas en nuestro cuerpo ni estar preso en un determinado lugar sino también implica carecer de pensamiento libre conformarse con la realidad existente, involucra acomodarnos y simplemente bajar la cabeza a lo que los demás digan y opinen, es dejar que la timidez nos gane la batalla de pronunciarnos y hacer que el mundo escuche nuestra vos.

Encaminarnos hacia la libertad tanto de pensamiento y actitudes venciendo el miedo a ella, este debe ser el sendero a seguir por cada ser humano que aspira a ser más y no solo pasar por este mundo siendo un organismo que nació, existió y ocupo un lugar.