Alternativas de empleo en zonas periféricas de la Ciudad de México: un acercamiento a las experiencias de los taxistas de Cuauhtepec

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Valoro mucho mis estudios, mi profesión, porque puedo hacer una comparación entre estar todo el día trabajando, tener que levantarme a las cuatro de la mañana y tener que encerrar el carro como a las diez de la noche; y poder nada más llegar y hablar, decir unas cuantas palabras, la diferencia es bastante obvia. En cuanto a lo económico y en lo físico haces menos esfuerzo dentro de una profesión como psicólogo a una profesión [sic] como taxista.

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Foto 2. Marlene Vizuet. Cuauhtepec, 2014.

Los jóvenes encuentran en esta ocupación la posibilidad de solventar económicamente sus gastos, apoyar a los ingresos familiares y continuar buscando la manera de insertarse en el empleo formal. Al referirse a su actividad muestran un sentir de inseguridad pues existen riesgos a los que deben enfrentarse constantemente, como el conflicto con la autoridad por carecer de permisos para trabajar el taxi, la descompostura del automóvil algo que significaría la pérdida monetaria, los robos y asaltos, etcétera. Lo anterior está presente en la narración de Javier, joven taxista, estudiante de ingeniería en sistemas electrónicos y telecomunicaciones, y padre de dos hijos:

Porque, en esto de los taxis hay veces que si se da una falla mecánica, es día perdido, ya no sacas, ya no ganas… No hay como tener un trabajo fijo; si había trabajo o no había trabajo, me daban mí mismo sueldo. [¿Has buscado otro trabajo?] Sí, pero ¿cómo te diré? Los sueldos eran de 700 pesos a la semana.

Los jóvenes se sienten comprometidos consigo mismos y con sus familias, es por ello que necesitan desenvolverse en el amito laboral de alguna forma, el trabajo de taxista no regularizado les permite mantener la esperanza de poder en algún momento tener un trabajo formal de calidad que le brinde seguridad y un desarrollo satisfactorio. El empleo es aquello que les permite sentirse parte de la sociedad, les provee de un sentimiento de pertenencia, además les da la oportunidad de un desarrollo personal y colectivo.

Yo entreno, trabajo más o menos, no es mi trabajo, pero digamos que saco dinero de aquí y estudio. No te voy a decir que esos son muchos ejemplos, ¿no? Porque sé que puedo hacer muchas más cosas» Me siento comprometido con ellos y conmigo mismo a terminar mi carrera. ¿Para qué? Para que mis hijos vean que a pesar de que vivimos en el cerro, vivimos en una zona marginada, vivimos en una zona fea, se puede. Aunque ellos saben que estoy trabajando en la informalidad sepan que se puede hacer dos cosas, no es difícil soñar […] es difícil esforzarse por lo que ellos quieran ser. (Javier)

Finalmente, en los fragmentos biográficos de los jóvenes conductores de taxi se evidencian las condiciones de vulnerabilidad que experimentan al tener como alternativa incorporarse en estas dinámicas labores. Así mismo, permiten ver las falencias de los programas institucionales que externan su compromiso para generar y garantizar mejores condiciones de vida para los jóvenes, cuando en realidad no hay una infraestructura que brinde trabajos de calidad para todos. Observando las condiciones laborales precarias y con salarios bajos en las que transitan los jóvenes consideramos necesario obligarnos a repensar en programas integrales que brinden certidumbre a los jóvenes en México a partir de considerar las condiciones diferenciadas y desiguales de sus contextos.

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