CASO ROBIN HOOD
Enviado por klimbo3445 • 24 de Diciembre de 2018 • 756 Palabras (4 Páginas) • 652 Visitas
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Un hombre que roba desordenamente y que ya produce poca o ninguna utilidad entre lo que ingresa de sus robos y lo que sale del crecimiento desordenado, ¿puede ser tenido por héroe?
¿No ser prudencial de pronto te puede convertir en noble ciudadano?
¿Cómo un hecho vandálico se convierte en ético?
Alternativas…
No reclutar indiscriminadamente a todo el que desee unirse, trazar una estrategia de filtro y delimitar funciones.
Unirse a la conspiración que se está gestando en aras de liberar al Rey que está en cautiverio, a Ricardo.
Transarse con la autoridad, volver al redil de la Ley mediante un acuerdo que los exima de castigo a cambio de detener las hostilidades y el robo. Algo como lo que han hecho las FARC en Colombia recientemente: una amnistía total a cambio de un armisticio y firma de paz.
Ensanchar el radio de acción, explorar nuevos horizontes más allá del bosque.
Auscultar las finanzas, saber qué tienen, qué precisan robar al mes para cubrir gastos operativos y poder generar utilidad para el fin último de traducir a los pobres lo robado.
Decisión y conclusión
Este caso matizado por tan peculiares detalles, nos permite aquilatar varias cuestiones. En una sociedad organizada y cuyo cimiento es la ley, cualquier empresa, incluso la más noble, que transgrede elementales principios, es rechazable de plano.
Luego de revisar el caso, la decisión recomendada , ante el mayúsculo desorden imperante, la ausencia de políticas claras y líneas de mando y, sobre todo, el ostensible divorcio de la pandilla con mandatos sociales que atañen a la moral y la prudencia, además del claro triunfo de sentimientos de la peor ralea, aquí lo conveniente es cerrar la empresa criminal, entablando antes un diálogo con la autoridad en procura de ceder territorio tomado y bajar las armas incondicionalmente, sacando a este ejército de sin oficios de la jurisdicción tomada.
Lograr una amnistía debe ser previo al desmonte de la pandilla para asegurar que la acción temeraria, tan desmarcada de lo correcto, no deje presos a estos ilusos que han entrado a la arena empresarial con ropaje y conducta de los peores bandidos y piratas, incluso siendo que han querido ser buenos y justos con la sociedad. Una mala acción no puede parir nobleza lo mismo que matar difícilmente se convierta en un gran acto de justicia. Me empino contra Maquiavelo: el fin no siempre justifica los medios. Ante ese caso estamos.
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