Capítulo 1. Antecedentes del Milagro Mexicano

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Durante una parte significativa de la expansión mundial se dio un proceso de acortamiento de distancias entre los países desarrollados, el modelo de producción en masa introducido por Henry Ford, se difundió en las industrias automovilísticas de todo el mundo, mientras en Estados Unidos esos principios fueron aplicados a nuevas formas de producción; asi, algunos bienes y servicios que hasta entonces estaban restringidos a unos pocos, se volvieron indicadores de bienestar habitual por lo tanto los países intentaron imitar a Estados Unidos, factor que aceleró el desarrollo económico, ya que es más fácil adoptar y adaptar la tecnología existente que crear una nueva[8].

A lo largo de la Guerra Fría se dio un enfrentamiento donde se aplicaron medidas económicas, políticas y culturales, se desarrolló una carrera armamentista que consumió enormes riquezas y en algunos conflictos bélicos, como los de Corea y de Vietnam, se involucraron los problemas locales con la confrontación mundial mas adelante entre 1945 y 1950, en varios países de Europa Occidental, se establecieron regímenes que emprendieron la construcción del socialismo; mientras China triunfó en la revolución encabezada por el Partido Comunista de dicho país ,y la Revolución Cubana victoriosa en 1959, tomó el mismo rumbo[9].

En la mayor parte del mundo se mantuvo la libre empresa, limitada por el Estado de bienestar que amplió considerablemente las demandas populares, como educación, servicios de salud, y las propias del desarrollo industrial y comercial, la reestructuración económica derivó en una “economía mixta” y los avances económicos de las potencias ejemplificaron la industrialización realizada con el apoyo, dirección, supervisión y gestión de los gobiernos; al mismo tiempo dichos gobiernos se responsabilizaron con el bienestar y la seguridad social, lo que dio pie a un mayor poder de compra de amplios sectores de la población, que a su vez favoreció un amplio mercado de consumo masivo de artículos de lujo y semi lujo.

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1.2 Periodo Cardenista.

El gobierno del Gral. Cárdenas representó políticamente la conclusión del proceso de institucionalización iniciado en marzo de 1929 con la creación del PNR, al darle a la presidencia la autoridad y autonomía que caracterizan a todo sistema presidencialista. Esto no fue fácil, ya que hubo que enfrentar y vencer al Gral. Plutarco Elías Calles quien se había convertido en el jefe máximo de la revolución, algunos de los factores principales que hicieron posible el triunfo de Cárdenas fueron:La postura conservadora asumida por Calles ante las demandas populares que lo alejó de las organizaciones de trabajadores, uno de los pilares en que descansaba la fuerza del jefe máximo, ante esta situación la labor agrarista y el contacto constante de Cárdenas con los trabajadores michoacanos, cuando ocupó la gubernatura de aquel estado, alcanzaba un notable contraste que le valió el apoyo popular otro factor fue la prudencia con que Cárdenas manejó el conflicto religioso ( segunda cristeada), una herencia del callismo que tenía sus orígenes en la reforma al artículo 3º constitucional decretada en diciembre de 1933. Lo cual evitó una nueva confrontación entre la Iglesia y el Estado, que seguramente lo hubiera obligado, a buscar el apoyo del Gral. Calles propiciando la continuación del maximato. El conflicto entre el presidente Cárdenas y el jefe máximo de la revolución concluye de manera definitiva el 10 de abril de 1936 con la expulsión de Calles, y connotados callistas como: Luis L. León, ex Ministro de Gobernación; Luis N. Morones, ex Ministro del Trabajo y Melchor Ortega ex Gobernador de Guanajuato como consecuencia la autonomía presidencial y contando con el respaldo popular, Cárdenas dio inicio a un amplio programa de reformas sociales. México había concluido un movimiento armado de grandes proporciones con una amplia participación campesina, por esto la política económica tuvo que tomar en cuenta a los campesinos, obreros y tener un corte nacionalista.[10] El sexenio cardenista se enmarcó en circunstancias internacionales muy complejas. Las acciones de Cárdenas se sustentaron en un socialismo que rechazaba por completo la ideología fascista y se oponía a cualquier forma de imperialismo, pero que no era contraria a la propiedad privada ni al desarrollo del capitalismo, siempre que éste estuviera a favor y orientado al desarrollo de la economía mexicana. El reparto de la tierra, el respeto de las organizaciones obreras, las ventajas logradas por los trabajadores y la nacionalización del petróleo llevaron a amplios sectores de la población a sentirse ligados al Estado, a sentirlo suyo y a acatar su autoridad.

“El sexenio cardenista se enmarco en circunstancias internacionales muy complejas que colocaron al mundo en una severa crisis, con efectos nocivos para las instituciones de la democracia”[11]

Las acciones del gobierno se basaban en el apoyo popular, sin embargo, los órganos dirigentes de estos organismos respondían en general a la voluntad de sus afiliados, aunque no faltaba quienes se aprovechaban para beneficio personal de la influencia que les proporcionaba sus cargos. Cárdenas siguió las lineas marcadas por algunos de sus predecesores: la conciliación de clases; la política de masas; la reforma agraria; el nacionalismo; la mecánica del partido oficial; la idea del Estado fuerte y regulador de intereses, y lo más importante, la industrialización; gracias a su política, el gobierno se fortaleció ampliamente; las acciones que se llevaron a cabo impulsaron el sentido de dignidad y autoestima de grandes masas del pueblo, se sentaron las bases para un largo periodo de estabilidad política y al mismo tiempo se centralizó el poder en manos del titular del ejecutivo por otra parte en el aspecto económico, los logros inmediatos fueron considerables, pues al garantizar el suministro de energéticos e incrementar el mercado nacional se preparó el camino para un fuerte crecimiento de la industria. La expansión de la educación contribuyó al desarrollo del país.

Cárdenas profundizó la tendencia de transferir recursos federales del gasto administrativo al de infraestructura y programas sociales, aunque ahora, complementado con la emisión de nuevo dinero[12]. dicha medida marcó la pauta para la recuperación a partir de 1934, etapa en la cual el impulso principal se lo llevó el sector industrial, a la cabeza se encontraron las industrias de bienes de producción, destacando las del acero y cemento, gracias a la expansión de programas de infraestructura. Durante su gobierno no solo se recuperó la economía en general (aunque con inflación), sino que