Colombia y zonas perifericas.

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Por otro lado, en estos departamentos se refleja la corrupción; siendo estos departamentos tan ricos en recursos naturales para exportar a diversos países, las regalías que llegan por parte del Estado hacia estos territorios, no se evidencia en obras públicas, tales como: Infraestructura, salud, educación y todo lo demás que garantice a los ciudadanos una vida digna; la cual debe ser prioridad en este Estado Social de Derecho.

Otro factor que influye en el subdesarrollo de estas zonas con respecto a otras más prosperas en Colombia, es la presencia de grupos armados al margen de la ley, en buena parte de estas regiones los paramilitares tienen control territorial, por lo cual la guerrilla incursiona en estas zonas para contrarrestar la acción paramilitar. Los continuos enfrentamientos entre grupos ilegales, la fuerza pública y el ejército nacional dejan en evidencia el alto número de víctimas y desplazamiento forzoso de este conflicto interno; como consecuencia de esto, muchos de los desplazados huyen a las grandes ciudades buscando refugio y una mejor calidad de vida, lejos del conflicto en las zonas rurales, sin embargo, muchas veces no encuentran oportunidades para progresar, ya que en su mayoría son personas de escasos recursos, sin un título profesional que los acredite para que puedan desempeñar alguna labor, por ende se ven obligados a mendigar en las calles y muchas veces a cometer actos ilegales como el hurto.

A su vez, esta guerra; ha provocado grandes daños irreparables al ecosistema, causados por las guerrillas de las FARC y el ELN principalmente. Un ejemplo muy claro son los derrames de petróleo que han provocado en los departamentos del Putumayo y Nariño, este hecho vandálico es indignante, no solo, ante nuestros ojos como compatriotas; sino, ante el mundo entero, ya que la biodiversidad no tiene nada que ver con la guerra que hemos vivido por medio siglo aproximadamente. En tales circunstancias parece evidente que no nos podemos permitir desperdiciar ninguna experiencia social genuina de indignación que quiera fortalecer la organización y determinación de todos los que no han abandonado la lucha por una sociedad más justa De Sousa Santos, B. (2014), Derechos Humanos Desarrollo y Democracia. Bogotá: Dejusticia.

Todos anhelamos la paz, este ha sido un asunto de trascendencia nacional e internacional pero nadie parece entender que para que haya paz primero debe haber justicia, no debe haber corrupción, etc. Queremos una Colombia con condiciones iguales, desde el Amazonas hasta la Guajira, desde el pacifico hasta la Orinoquia, sin excepción alguna.[pic 3]