Cómo la modernización ha afectado a las instituciones o a nuestros representantes políticos

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Para solucionar este problema epistémico se llevaron a cabo proyectos liberales que a pesar de sus avances conllevaban una gran contradicción: buscaban emancipación a través de la imitación de otras culturas principalmente europeas o estadounidenses aumentando los rasgos centralistas.

A comienzos del siglo xx se consolida la etapa de la modernidad centralizadora a la par con los proyectos de autonomía influenciados por la modernidad europea pero con una diferencia importante en relación a los derechos ciudadanos que pesar de estar institucionalizados no son respetados convirtiéndose en fuente de conflicto y consecuencias como inestabilidad política entre ejecutivo y legislativo, corrupción e incapacidad de asegurar legalidad en los derechos civiles a diferencia de Europa. Este rasgo cultural es hasta el día de hoy objeto de crítica al Estado chileno, principalmente la corrupción y a partir del análisis de Larraín podemos dimensionar desde donde se remonta:

“se acata pero no se cumple” (…) Se trata de un doble estándar con respecto a las normas y principios que consiste en que la falta de voluntad para cumplir la ley (…) El dicho fue acuñado en el contexto de, y aplicado invariablemente a la legislación española que busca proteger a los indios de los abusos de los conquistadores” (Larraín, 2005, pág. 44)

Aquí se podría comenzar establecer la respuesta a la interrogante expuesta en un inicio. La modernidad ha sido tan transversal en todos los aspectos de la sociedad incluyendo a las instituciones y sus integrantes. Ha establecido rasgos en nuestra identidad tales como el carácter concéntrico (la primacía política por sobre las demás dimensiones de la sociedad) parte de la modernidad neoliberal según Larraín, y esa calidad de a la hora de abordar los problemas sociales en función de beneficios aparentemente para todos pero que terminan siendo para determinados sectores o los que ejercen mayor presión y poder como los empresariales. A partir de estos podríamos decir que la corrupción es tal vez un tipo de expresión de identidad latinoamericana.

Para finalizar este análisis podemos resumir que los autores tienen sus consensos con respecto a los paradigmas de la modernidad, procesos de ella han ido evolucionando a la par con nuestra historia. La modernidad y la idea de Latinoamérica son invenciones del paradigma eurocéntrico y la colonialidad como su lado oscuro u oculto de la historia. La modernidad no puede ser definida por la subjetividad que implica acatarse a una perspectiva historiográfica. La occidentalización desde el punto de vista de Gruzinski implico el advenimiento de nuestra identidad mestiza Nuestra identidad no solo se ve expresada de las formas más positivas y convencionales, también puede ser manifestada negativamente por nuestras autoridades a través de corrupción o vicios que no son recientes sino que se remontan o son producto del legado de la época colonizadora.

Bibliografía

Gruzinski, S. (2000). El pensamiento mestizo. Barcelona: Paidós.

Larraín, J. (2005). En ¿América Latina Moderna? Globalización e Identidad. (págs. 33-55 Cap 2. La modernidad Latinoamericana). Santiago de Chile: Lom Ediciones.

Mignolo, W. (2007). La Idea de America Latina. La herida colonial y la opción descolonial. Barcelona: Gedisa.

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