DISCURSO DE DESPEDIDA PARA ALUMNOS DE SECUNDARIA
Enviado por Ninoka • 21 de Noviembre de 2018 • 1.095 Palabras (5 Páginas) • 1.432 Visitas
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Vayan ahora a enfrentar con decisión, con pasión y con conocimientos a retos que les esperan y vénzanlos, no importa lo complicado que parezcan. Recuerden que aquellos que hacemos algo en nuestra vida, podemos equivocarnos; pero aquellos que no hacen nada, esos ya están equivocados. Así que plántense nuevas metas y no descansen hasta lograrlas. Las metas se realizan, se cumplen; a diferencia de los sueños, que son solo eso.
Tenemos que romper el círculo vicioso en el que por décadas se ha caído en estas comunidades, en las que la inmensa mayoría de los jóvenes y señoritas creen que el único futuro que les espera es emigrar o casarse a temprana edad. Tienen Ustedes la encomienda de ganar credibilidad entre las personas de sus comunidades, de que existen más caminos para alcanzar el éxito, no solo económico, sino también, un éxito en el desarrollo personal y cultural.
Hoy, también te hablo ti mamá y a ti papá. Te hablo de tu hijo, que durante tres años también fue nuestro. Si, porque nosotros sentimos orgullo de verlo desarrollarse cada vez más seguro y más independiente, gozamos con sus logros, estimulamos sus ganas de hacer, compartimos su magia, su alegría y lloramos sus tristezas. Él, sabía que su presencia era valiosa en esta escuela y en nuestro corazón. Hoy vuelve a Ustedes con toda la fuerza de su juventud, preparados para seguir adelante. Ayúdalo en esta empresa, escuchándolo con paciencia y a la vez ofreciéndole tu consejo y tu apoyo, y sobre todo, dándole mucho amor, marcándole límites muy claros y continuando en casacón una estricta disciplina, sino quieres perderlo en el camino. Ahora sí nuestra misión está cumplida, pero… si me permites… una parte de sus años seguirá perteneciéndonos, cuando recordemos el cariño con que nos llamaban “maestros”.
Queridos jóvenes: Les deseo, de todo corazón, que tengan felicidad y mucho éxito en sus vidas, recuerden que aquí se quedan sus maestros, los cuales seguiremos luchando a brazo partido para abonar con nuestro esfuerzo a la transformación que esta nación urgentemente requiere; pero también permanecemos con nuestros corazones abiertos y dispuestos a escucharlos y darles un buen consejo.
"El día que las estrellas dejen de brillar, me habré olvidado de ustedes".
¡ Qué Dios ilumine su camino !
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