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Diario de Viaje: Caravana Millonaria

Enviado por   •  8 de Marzo de 2018  •  4.092 Palabras (17 Páginas)  •  241 Visitas

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Día 4:

14 de Diciembre de 2015. El peor día del viaje fue éste. Me agarró un terrible resfrío y no podía salir del hotel. Mi papá hizo lo que tenía que hacer, obvio. Cuidar a su hermosa hija que estaba enferma en Japón? No. Fue a averiguar el tema entradas. No lo juzgo, yo hubiera hecho lo mismo. Ja. Ya teníamos entrada para la semifinal, nos faltaba averiguar cuanto estaban para la gran final. Papá se fue todo el día y me dejó sola. Volvió a la noche y me llevó a comer a un lugar enorme. Y horrible al mismo tiempo. El nombre: Matsuzakagyu Yakiniku. Terrible nombre se mandaron eh. Y qué era ese lugar? Una churrasquería japonesa… Colgaban carnes en las paredes como esos típicos lugares argentinos. Hoy no duermo de las pesadillas que voy a tener. Y de las náuseas. Sin palabras. Desde que estaba en la panza no me gustaba la carne y justamente me lleva a un lugar donde solo se dedican a hacer carne. No había nada más que eso, me faltaba tomar jugo de carne y estábamos todos locos. Y no cualquier carne, japonesa. El mozo era argentino, lloré. Ese día volví al hotel con un hambre que no tuve en estos 15 años de vida. Llamé servicio al cuarto y me trajeron un desayuno, quería algo dulce. Si me traían huevos revueltos, se los tiraba por la ventana. Tostadas y café, otra vez. Pero juegan, me hacían acordar a Argentina. Lo único que extrañaba era la comida de mamá y mucho más esa noche. La hubiera traído a ella… Aunque ni siquiera le interesa el fútbol. Capaz le pintaba cocinar en Japón, que se yo. Reitero, el peor día de todos. Esperemos que mejore para el gran día. Muerta, semimuerta, o como sea, a la gran final se llega. [pic 4]

Día 5:

15 de Diciembre de 2015. Mañana era la semifinal. Todos los días soñaba con lo mismo. Ganar el Mundial de Clubes y tenerlo a Funes Mori levantando la Copa. Una parte de mi sueño se podría hacer realidad, ser el mejor equipo del mundo… Pero no de la mano de Funes Mori. Lo extraño, lo sueño todos los días. Miro mi fondo de pantalla y estaba ahí, pero no estaba acá. Me hubiera metido en su valija para ir con él a Inglaterra, ya fue, vamo’ a ver al Everton. Iba a ser difícil seguir, pero ya estábamos. Bue, volviendo, jugábamos contra el Sanfrecce Hiroshima en el Estadio Nagai. Injunables. Recorrimos la zona y vimos el Estadio por fuera. Era normal, no de mi agrado. Mañana iba a ser rojo y blanco. Tenía una capacidad de 50.000 personas, iba a ser más River que otra cosa. Los mismos japoneses nos alentaban a nosotros, en vez de a un equipo que era de origen japonés. Hay que guiarse por la historia, ya fue. Ya iba a ser un hecho la final, ni me preocupaba lo que iba a suceder contra estos tipos. Ya veo que nos quedábamos afuera de mala leche, por hablar anticipado. Mejor me callo. Esa noche comimos en el hotel y nos acostamos tempranito, no pegué un ojo. Faltaban 5 días, 5 días para hacer historia. Todos rezábamos para que Messi no jugara la final, ya que la semifinal no la iba a jugar. Un poco de esperanza teníamos, un poco. Pero con pasión y dedicación todo se puede. Tenía un trastorno renal, tenía que recuperarse en 24 horas después del alta. Seguíamos rezando. No hay que depender de ello. A las 19.30 en Japón, a las 7.30 en Argentina. Obviamente iba a levantar a toda la familia para que lo viera. 5 días. [pic 5]

Día 6:

16 de Diciembre de 2015. La semifinal del Mundial de Clubes. A demostrar quién es el campeón de América y porque viajamos miles de kilómetros. 4-1-3-2: Barovero; Mercado, Maidana, Balanta, Vangioni; Kranevitter; Sánchez, Pisculichi, Ponzio; Mora y Alario. Lo que pensamos que iba a ser un partido cerrado, definido, una goleada para nosotros, fue un sufrimiento. El Estadio Nagai era una locura, pero no iba a ser el Estadio Yokohama, con River y Barcelona. Si no fuera por la gran actuación de Barovero, no sé en qué hubiera terminado; más que nada por 3 intervenciones sumamente importantes. Llegó el gol a los 26 minutos del segundo tiempo, de Alario. Explotó el Estadio. Lo positivo fue que supimos mantenernos con tranquilidad y esperar nuestro momento, y ese fue. Miles de almas unidas por una sola razón. Solo pensábamos en el Barcelona, solo en eso. La alegría era inmensa, veías a alguien con la camiseta en la calle y te abrazabas automáticamente. Sin conocerse, que importaba, nos unía River y era lo que importaba en este momento. Era momento de hacer historia, mucha más. Ahora sí, cada vez menos, 4 hermosos días, 4 únicos días, se acerca el día más importante en nuestras vidas. Y solo pensamos en eso. En nada más. De la mano del Muñeco estábamos en Japón. Locura. Esa noche fuimos a comer con gente que conocimos en el Estadio, gente igual de loca que nosotros. Harukoma, de los mejores restaurants de sushi que hay en la ciudad. Al día siguiente íbamos a viajar hasta Yokohama.[pic 6]

Día 7:

17 de Diciembre de 2015. Desayunamos y arrancamos hacia Yokohama. Devuelta viajamos en un Shinkansen, el tren bala (aunque dije que era la primera y última vez, se me pasó el viajecito éste). De Argentina hasta acá fueron 14 horas, un parto masomenos. De Osaka hasta Yokohama iban a ser alrededor de 1 hora y 30 minutos. Nada que una persona como yo no aguante. Tengo aguante. Tardó 2 horas porque se demoró, me quedé re dormida y sentí el ruido al bajar. Fuimos a averiguar cerca del Estadio de Yokohama, donde iban a jugar River y Barcelona, sobre las entradas. Encontramos unos amigos que nos habían dicho que conseguían y fue así. Estuvimos horas y horas esperándolos. Pensamos que era una joda pero al final pudimos conseguir las entradas para la Gran Final. Ya estábamos ahí. Teníamos que conseguir un hotel por 3 noches, así el lunes volveríamos a Osaka y ese mismo día o quizás el martes, volver a Argentina. Y felices de haber dejado todo por lo que queríamos, por lo que logramos. Esperábamos tener los pasajes para antes de Navidad, ya que iba a ser complicado quedarse acá, y mucho más pagar la estadía en Japón (Después de esto, no salimos más). Esa noche fuimos a comer a Nagataya con esos amigos. Eran los platos típicos como en la mayoría de los lugares de Japón, tanto Yokohama como Osaka, pero con precios más razonables. Estuvo bueno, pero además de estar muy cansada por toda la movida y el viaje, nos hicieron esperar un montón de tiempo. El plato helado, todo horrible. No me importaba nada si ya estábamos a poco tiempo de presenciar esa final. Compartimos hotel con ellos, el Hotel Chisun, total iban a ser 3 noches. Muy chico todo y no había mucha calefacción. Dormí hasta con bufanda. Que ganas de estar en Argentina calentita en mi cama. Ja, no. Mejor

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