Discriminación por motivos de creencias religiosas en México

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Tratados internacionales:

Declaración universal de derechos humanos; Art 18. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones.

Ley orgánica:

Ley de asociaciones religiosas y culto público.

Ley federal para prevenir y eliminar la discriminación.

Decretos, resoluciones, modificaciones:

El diputado de la LXI legislatura del honorable congreso de la unión; José Ricardo López Pescador, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 71, fracción II, de la CPEUM; 55, fracción II, 56 y 62 del reglamento para el gobierno interior del congreso general de EUM, presenta a consideración del pleno de la cámara de diputados una iniciativa con proyecto de decreto que reforma y adiciona el art. 24 de la CPEUM, con la finalidad de reconocer sin restricción alguna la libertad religiosa.

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Discriminación por motivos de creencias religiosas en México

La discriminación religiosa consiste en dar un trato completamente distinto o diferente a determinada persona por motivo de sus creencias religiosas. En la mayoría de las ocasiones este trato es absolutamente desfavorable para el individuo que lo sufre y puede llegar a ocasionar daños irreversibles e irreparables para este.

Según el mismo Hernán Cortés, una de las razones principales de la conquista era la implantación de la fe cristiana entre los indígenas, por lo que se solicitó el envío de frailes a las nuevas tierras conquistadas. En 1524 llegó a la Nueva España un grupo de doce frailes franciscanos y poco después arribaron dominicos y agustinos. En 1540 ya había un centenar de misioneros diseminados por todos los territorios conquistados. Por otro lado se fundaron las diócesis de Tlaxcala, México, Michoacán y Oaxaca. La misión principal de los misioneros fue el imponer la fe cristiana entre los naturales mediante la prédica, la preparación de catequistas, la redacción de doctrinas o catecismo y la imposición de sacramentos como el bautizo y el matrimonio. Para alcanzar su propósito también construyeron imágenes y libros indígenas, y persiguieron a aquellos que seguían practicando el culto a los antiguos dioses. En poco más de 40 años habían cambiado la mentalidad de millones de indígenas, quienes convertidos al cristianismo crearon la mayor nación católica de su tiempo.

Ya en el siglo XIX, fue en donde México se fue encaminado como una nación oficialmente intolerante. En la medida que el catolicismo se consideró un elemento central de la identidad nacional, las otras creencias pasaron a ser discriminadas, como ajenas a la cultura del país. Como se mencionaba anteriormente gracias a la llegada de los españoles, las conquistas y la introducción de creencias y costumbres totalmente distintas a las nuestras originalmente.

Actualmente, en la vida cotidiana muchos mexicanos le hacen frente a la discriminación por el tipo de religión que profesan. Este tipo de discriminación se manifiesta en la forma en la que se limita para su acceso para la enseñanza y en la intolerancia de las personas hacia alguna otra religión que no sea en la que cree la mayoría, en este caso la religión dominante o la que tienen un mayor número de seguidores en México es la católica.

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En nuestro país hay cada vez mayor diversidad religiosa, pero también más resistencia a aceptar a quienes no profesan la creencia de la mayoría, según los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México 2010 realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). En esta encuesta se dio a conocer que en México una de cada 5 personas ya no profesa la religión predominante, el catolicismo. Y un 5% de la población no profesa ningún tipo de religión. Pero según los datos del estudio en México aún hay intolerancia religiosa y tiende a crecer, aunque la relación de la sociedad con las creencias ha ido modificándose. La terrible conclusión de la encuesta es que se reconocen la diversidad religiosa y los derechos de los demás, pero “no nos reconocemos iguales en derechos ni en dignidad”. México, no tiene incentivos para la igualdad.

Por otra parte el Centro de Investigaciones Pew presentó un estudio sobre las hostilidades que enfrentan las personas en 198 países del mundo por sus creencias religiosas. El estudio se basa en dos índices: restricciones del gobierno y hostilidades sociales. El primero mide la legislación, política y acciones que restringen las creencias y prácticas religiosas; tales como prohibir credos o conversiones, limitar las expresiones de culto o dar preferencia a algunos grupos religiosos sobre otros. El segundo índice, el social, mide la hostilidad y discriminación que llevan a cabo individuos, organizaciones o grupos; incluyendo los conflictos armados por razones religiosas, la violencia, la intimidación y la discriminación

Durante 2012, 20 países registraron muy altas hostilidades sociales por razones religiosas:

Al analizar los cambios en las hostilidades sociales, el Centro Pew encontró que entre 2011 y 2012 nuestro país se encuentra en la lista de las 11 naciones en las que éstas aumentaron: En los últimos años los medios han publicado varios casos de enfrentamientos y persecución religiosa en algunas comunidades de Chiapas, Michoacán, Guerrero, Oaxaca e Hidalgo.

En julio de 2012, por ejemplo, la comunidad Nueva Jerusalén en Michoacán incendió dos escuelas porque sus pobladores -practicantes de la “Iglesia Católica Tradicional de la Ermita”- las consideraban “dominio del diablo”.

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En Chiapas la historia de conflictos relacionados con diferencias religiosas tiene varios años y, según datos de distintas organizaciones, es un fenómeno en ascenso. Hay que recordar que es el estado del país con mayor diversidad religiosa, pues el porcentaje de católicos es de 58 por ciento (25 por ciento