EJE DE INVESTIGACIÓN II

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para continuar sus actividades. Esta empresa está conducida por la elite científica que tiene un gran prestigio por sólo pertenecer a esta fundación. Por último, el científico que presenta muchos trabajos de investigación es más valorado que aquel que hace uno sin importa la calidad de lo trabajado.

Sabiendo esto al científico se le presenta un dilema ético y moral: crear y usar una ciencia revolucionada y revolucionaria para el cambio del sistema, temiendo ser aislado y tildado de excientífico, o seguir dando cátedra e investigación ortodoxamente. Porque el reformismo y desarrollismo de una ciencia a favor del país, bajo los engranajes del sistema solo es aprovechada por el sistema y no para el país que es al que va dirigido todo cambio científico que proyecte un mejor futuro.

Varsavsky plantea, hacer ciencia aplicada o funcional más allá de las universidades. Cumplir a cabalidad lo que es hacer ciencia politizada, superando las cuatro importantes dificultades que todo científico revolucionario tiene que afrontar.

Sumado a todo lo anterior descripto el sistema no estimula la creatividad y las grandes ideas ya que se intenta enfocar solo al trabajo metódico (útil pero no suficiente para el progreso de la ciencia) y la adaptación a normas establecidas (o sea que la ciencia en realidad no progresa en este sistema).

Varsavsky dice que en las ciencias humanas el panorama es más desolador, ya que el uso indiscriminado de la estadística y la imitación acrítica de los métodos de las ciencias físicas no permiten tener grandes esperanzas para el futuro próximo.

La sociedad actual, dirigida por el hemisferio Norte, tiene un estilo propio que hoy se está llamando ‘consumismo’. Confiesa tener como meta un ‘bienestar’ definido por la posibilidad de que una parte cada vez más grande de la población consuma muchos bienes y servicios siempre novedosos y variados.

Las características de las organizaciones de científicos son el hecho de que las organizaciones de científicos, en conjunto, acepten incondicionalmente el liderazgo del hemisferio norte (EE.UU, Europa, la ex URSS), siendo que allí es donde se deciden los temas de mayor interés que se deben investigar, y donde además se evalúa en última instancia la obra de cada científico, con reconocimientos y premios como el Novel que otorgan ‘status’, conformando allí a la elite del poder del grupo.

La ciencia actual está adaptada a las necesidades de un sistema social cuyo factor dinámico es la producción industrial masificada, diversificada, de rápida obsolescencia, cuyo principal problema es vender (crear necesidades de consumidores, ampliar mercados, etc.) y cuya institución típica es el gran consorcio, modelo de organización y filosofía para las fuerzas armadas, el gobierno, las universidades.

Si se quiere afrontar la mala politización y cientificismo del conocimiento, hay que atacar a la elite científica y es desde allí que se sanciona todo intento de ciencia revolucionaria. Por eso es que si se quiere cambiar el sistema hay que crear una nación-cultura antimperialista; ya que es la meca del norte americano o de Europa la que coacciona y coerciona a las demás naciones para que mantengan y alimenten el sistema impuesto.

Con una autonomía y soberanía nacional; la asignación de recursos humanos, financieros y de prestigio, la ciencia y con ella el conocimiento se contextualizan, ubicando su campo de desarrollo y acción en una sociedad especifica, donde los cuatro obstáculos y temores a la revolución científica son fácilmente superados y el bienestar colectivo será ahora si totalmente colectivo.

Según Varsavsky, todo intento de homogeneizarnos es peligroso mientras provenga de afuera. La TV educativa, la enseñanza por medio de computadoras, los textos uniformes, son formas dulces pero eficaces del lavado de cerebro porque transmiten conocimiento enlatado en el exterior.

Varsavsky expresa: “Las fuerzas que determinan el tipo de ciencia no son pues puramente internas.”

Esta expresión hace referencia al concepto neopositivista de concebir una ciencia pura enfocada en lo interno, ya que está en realidad está influenciada por los factores económicos y sociales de carácter externo.

En la práctica, un resultado de una investigación científica o un tema nuevo en ciencia básica es más importante que otro cuando así lo estima el consenso de los científicos importantes. A largo plazo la realidad mostrará si esa opinión era acertada o no, pero mientras tanto hay que guiarse por ella.

Varsavsky resalta el criterio de la importancia en la selección de los temas a investigar ya que es algo esencialmente local. Nosotros no debemos usar los criterios de importancia del hemisferio Norte. Y si usamos nuestros propios criterios ya habremos comenzado a hacer Ciencia Argentina. Donde conviene plantear el estudio de cada problema social y de otros de análoga complejidad en su marco de referencia local, buscando los factores importantes y las leyes adecuadas al caso particular, sin despreciar la experiencia universal, pero sin aceptarla a priori.

A modo de cierre:

La historia oficial muestra que todos los trabajos ayudan a la continuidad de este hegemónico tipo de ciencia ya que la misma sólo se basa en el contexto de justificación, y así no permite que se descubran nuevas cosas y se apliquen. Aunque hay muchos hallazgos, éstos sólo son dados a conocer mientras pasen por su validación o su justificación, si es aceptado se difunde y si no sucede no. Al final el criterio de justificación termina siendo un círculo vicioso donde traba la resolución de los problemas sociales debido a que esta institución tiene el poder de decidir que se utiliza o no para determinados problemas de todo tipo.

Hoy hay más científicos vivos, que en toda la historia de la humanidad y ellos disponen de recursos en cantidades más que proporcionales a su número.

Muchas ramas de las ciencias aun no fueron desarrolladas como la ciencia del cambio de estructura social.

Si se quiere cambiar el sistema hay que crear una nación-cultura antimperialista; ya que es la meca del norte americano o de Europa la que coacciona y coercitiva a las demás naciones para que mantengan y alimenten el sistema impuesto. Con una autonomía y soberanía nacional; la asignación de recursos humanos, financieros y de prestigio, la ciencia y con ella el conocimiento se contextualizan, ubicando su campo de desarrollo y acción en una sociedad especifica, donde los cuatro obstáculos y temores a la revolución científica son fácilmente superados y el bienestar colectivo será ahora sí totalmente colectivo.