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El Pensamiento social cristiano

Enviado por   •  30 de Octubre de 2018  •  2.455 Palabras (10 Páginas)  •  342 Visitas

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Para hacer de este trabajo algo no tan ajeno para nosotras y para quien lo lee, decidimos y tuvimos la posibilidad de leer un libro que toca muy a fondo los temas planteados. El nombre del libro es “Esclava blanca”, su autora Carola Ferrari, analista y psicopedagoga, quien intenta plasmar en sus escritos la verdadera realidad de gran parte de las mujeres de hoy en día.

Nos parece de gran importancia poder plasmar un poco de lo que el libro nos trasmitió citando una parte de el: “Una hendidura separa dos mundos. En el primero, un refugio tibio, de miel, donde el amor es sagrado. Cada encuentro es sublime. Facundo se atreve a besarla cuando el consentimiento brilla en los ojos de Carmilla. Ella abre su cuerpo para que su hombre lo explore. Se eligen, una y otra vez, trascendiendo el tiempo, porque es el amor el que los guía sin equívocos ni dudas. En el otro mundo, la impunidad acecha a la luz del día, no se esconde ni busca las sombras. Se exhibe obscena y le gusta lucirse. Se jacta de su poder y demuestra su dominio. El tráfico de personas es moneda corriente, un negocio como tantos otros. La impunidad va de un mundo al otro sin echar llave. ¿El amor puede sobrevivir a todo? Carmilla y Facundo deberán renacer del oscuro mundo de la trata de personas. El dolor es profundo porque la justicia vive más esclava que las Esclavas Blancas.” (Carola Ferrari, 2015).

JUZGAR

Es un delito en el que se anulan los derechos y dignidad de sus víctimas al ser consideradas un “objeto” que puede ser comerciado.Las estadísticas reflejan una cantidad excesiva de personas que lo sufren, es la realidad que muchos viven en el mundo todos los días.

La trata de personas atenta contra los derechos humanos más primordiales y se opone a todos los principios postulados en la doctrina social de la Iglesia.

Aquí se viola la dignidad, este principio está ausente en todas estas situaciones. Las víctimas son utilizadas como objetos, como un medio para alcanzar un fin y al no respetarlas, no son valoradas como sujetos dignos de derechos.

El aprovechamiento refleja una gran falla moral y una promoción de desvalores, totalmente opuestos a los fomentados en la doctrina social.

Tampoco coincide con el principio del bien común y la solidaridad. Por la coerción del otro, muchas personas se encuentran imposibilitadas de satisfacer hasta sus necesidades más básicas para gozar del bienestar necesario para su pleno desarrollo.

No hay obediencia al principio que establece: “considerar al prójimo como otro yo, cuidando en primer lugar de su vida y de los medios necesarios para vivirla dignamente”. Observamos un abuso de aquellas personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad y cómo, negándoles su humanidad, se las utiliza.

Por otra parte, en la promoción del bien común rescatamos un papel muy activo por parte de distintas organizaciones, buscando la creación global de políticas, estrategias y mecanismos eficientes para la sanción efectiva de este delito, involucrar a todos los países del mundo en la lucha contra la trata de personas y la protección de los Derechos Humanos de las víctimas.

La tarea de cada país va encaminada entonces, a la elaboración de sus propias leyes para poder combatir la trata de personas en los diferentes escenarios geográficos que se presente; como también la cooperación entre Estados.

A pesar de esto, son pocos los gobiernos que reconocen el delito de la trata de personas. Los países que cuentan con legislación, en su mayoría son leyes inadecuadas, no consideran la trata como un crimen grave, ni contemplan acciones aptas para detectar el problema, asistir y proteger a las victimas, investigar y enjuiciar a los traficantes. Hay una ausencia de cooperación entre el personal de la policía, de migraciónes y de los entes de seguridad. No existen suficientes controles fronterizos, hay una gran falta de entrenamiento para detectar estas víctimas, sumado a la corrupción y a la tolerancia social a estos abusos.

En este punto nos resulta de gran importancia volcar la opinión que nos ofrece la iglesia sobre la violencia de género y trata de personas, citamos aquí lo que trasmitió el Papá Francisco en el video de sus intenciones del mes de mayo de 2016, dedicado a la importancia de las mujeres:

"Es innegable el aporte de la mujer en todas las áreas del quehacer humano, empezando por la familia. Pero con sólo reconocerlo. ¿Es suficiente?", se pregunta el Papa en el arranque del video. "Hemos hecho muy poco por las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, despreciadas, marginadas, e incluso reducidas a esclavitud", reconoce. Y llama luego a condenar la violencia sexual que sufren las mujeres, a "eliminar los obstáculos que impiden su plena inserción en la vida social, política y económica" y a que "en todos los países del mundo las mujeres sean honradas y respetadas y sea valorizado su imprescindible aporte social". (Papa Francisco, intención del mes de mayo 2016/ “la mujer en la sociedad”)

ACTUAR

Este tipo de esclavitud sigue vigente y debe ser tomado con la seriedad que merece. Estamos de acuerdo con que este asunto se siga comunicando para hacerlo una problemática cada vez más presente en la conciencia de la sociedad y así poder erradicarla ya que atenta con la libertad, la vida y los derechos de las personas.

Como toda problemática situada en el siglo XXI la trata de personas se encuentra atravesada por la globalización, actuando como un arma de doble filo, por la cual debemos luchar para que las redes sociales y lo medios sean utilizados únicamente para la concientización, no como un medio para llegar a personas susceptibles a ser explotadas bajo esta modalidad atroz de sometimiento. Tanto niños, mujeres y hombres tienen el derecho a elegir sobre su cuerpo, su condición laboral, sus decisiones y forma de vida sin importar su género, creencias, ideologías o cultura y nadie puede interferir ni atentar sobre ellos. La trata debe dejar de ser vista como un negocio para poder ser concebida como lo que verdaderamente es: un atentado hacia los Derechos Humanos.

Los Estados deben abordar el problema de la prostitución y la trata de personas desde un enfoque comprensivo y multidimensional, como una violación a los derechos humanos; la misma es una forma moderna de esclavitud, resultado de la pobreza y la marginación social, pero también relacionado con el crimen transnacional organizado. Es urgente que las naciones diseñen una política de Estado para enfrentar este problema,

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