Enamorarse de una profesora a muchas personas les puede parecer algo realmente enfermo.
Enviado por Rimma • 14 de Diciembre de 2017 • 9.951 Palabras (40 Páginas) • 439 Visitas
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Sentía unas ganas de vomitar tremendas.
Pero sobre todo, mi cabeza estaba literalmente estallando.
Los policías me miraban raro, no habían muchas personas en la salida, y las que estaban allí simplemente reían o se caían al piso de lo ebrios que se encontraban, algunos ya se estaban yendo y agarraban un taxi en la calle.
Mire al cielo, había un gran cielo estrellado, extrañamente había luna llena.
Era algo muy lindo de ver, en la ciudad casi no se ve eso, por la contaminación.
De repente alguien me agarro de la cintura, y voltee.
-- Estas ebria, totalmente ebria. – Decía Mariangel riéndose.
-- Profesora. -- sonreí.
-- Aquí me puedes llamar Mariangel , no estamos en horario de clases.
-- Mariangel , no sabía que estabas en la fiesta , te ves tan seria en clases que pensé que eras de esas chicas que no les gusta las fiestas.
-- Lo mismo pensé yo de ti. – Empezó a reír ligeramente. – Y mírate, completamente ebria.
-- Yo no pensé que acabaría así. – Empecé a reír por alguna razón.
-- Si así como te pones ebria, sacaras buenas notas, serias buena alumna. – Me tomó del hombro con una de sus manos.
-- No quiero hablar de estudios ahora. – Trate de cambiar el tema. -- ¿Por qué saliste de la fiesta?
-- Necesitaba tomar aire, no sabes el calor que hace allá adentro cuando todos se pegan a ti , y no sabes ni quién te toco. – Se rió un poco. – Hay algunos que se sobrepasaron conmigo, puedo jurar que alguien tocó mis senos.
-- Literalmente abusaron de tu espacio personal. – Empecé a reír con ella.
-- Algo así. – Miró hacia otro lado sonriendo. -- ¿Bailaste?
-- Hice el intento.
-- ¿El intento?
-- El intento de bailar sin pisar a las personas.
-- Ooooh! – Parecía recordar algo. – Ahora que recuerdo, hubo alguien que me piso los pies unas veinte veces, debiste ser tú.
-- Tal vez, lo siento. – Agache la cabeza.
-- Tranquila .Todos aprendemos a bailar algún día.
-- A todas estas, ¿Te iras a tu casa ahora?
-- Si, tomaré un taxi. – Dijo mientras señalaba el extremo de la calle.
-- Que te vaya bien.
-- Igualmente Lucia, cuídate.
Luego de eso Mariangel caminó hacia el extremo de la calle y vi como tomo un taxi.
Al poco rato yo hice lo mismo, llegue a eso de las cuatro de la mañana a mi casa, y mis padres dormían.
Al día siguiente desperté muy tarde y vi mi cel.
A : Buenos días , espero que no tengas tanta resaca jaja. Ayer te perdí totalmente de vista, me fui de la fiesta a eso de las cinco.
L : Buenos días idiota , tengo un dolor de cabeza horrible , yo no te vi en el transcurso de toda la noche y madrugada , yo me fui a eso de las tres de la mañana , aunque la pase muy bien.
Luego de responderle a Ángel , no recibí respuesta.
Me fui a duchar, y luego de salir del baño estaba mi madre en frente.
-- No sé a qué hora llegaste ayer a casa, pero seguramente muy tarde porque me quede despierta hasta las dos de la mañana, pensaba que llegarías a la una. – Decía mi mamá en un tono tranquilo pero a la vez enojada.
-- Se me paso súper rápido la hora mamá. – Decía mientras me secaba el cabello con la toalla. – Te prometo que para la próxima llegaré puntual.
-- Eso espero.
Mi mamá fue a preparar el almuerzo, y yo simplemente fui a acostarme en mi cama a ver el techo, pensando en nada.
Mariangel no era del todo sería después de todo.
Era una persona diferente fuera de clase, aunque que yo recuerde ella no estaba ebria, así que supongo que es agradable estando sobria.
– Ahora que recuerdo, hubo alguien que me piso los pies unas veinte veces, debiste ser tú.
Dios, qué pena.
Ella sabe que fui yo la que le pise tantas veces los pies, qué vergonzoso.
Aunque sabía que Mariangel sabia mi secreto aparte de Ángel de que no sabía bailar, no me preocupaba, nunca me cayó mal, nunca me cayó mal, simplemente era una profesora, así que no le di importancia.
El fin de semana se pasó en un abrir y cerrar de ojos, y así fue la semana también, ¿Saben algo? Me estaba yendo mejor, estaba prestando más atención a las demás clases, tal vez por dos razones…
Una.
Ángel me estaba dando su apoyo.
Dos.
Mariangel confiaba en que yo podía mejorar si me lo proponía.
Dos razones simples, pero fuertes.
Llegó el miércoles y me tocaba clases con Mariangel , intente participar lo más que pude , los compañeros ya eso lo estaban viendo normal , claro , siempre habían varios idiotas que hacían comentarios absurdos sobre que yo seguiría siendo la peor del salón.
Pero hasta ahora llevaba buenas notas.. No eran como las de Angel , ese idiota era realmente el cerebrito de la clase y nadie lo igualaba , pero yo al menos me le acercaba , yo entiendo las cosas rápido , solo que me gana la flojera. El único problema es que tengo mala memoria.
Mariangel daba sus clases de una manera muy inspiradora, es de esa clase de profesores que se instruyen en la materia y te hacen querer saber más y más, hacen que la materia sea interesante, puede que esté dando física, y aun
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