Espacio público regulado, cuerpos castigados: violencia institucional hacia la comunidad trans y travesti en Argentina

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La sociedad civil canaliza esta exclusión del colectivo LGBT mediante el reclamo que realizan al Estado quien responde con la represión a éstos a través de fuerzas policiales, de una diferenciada, e incluso, nula atención en los centros médicos, entre otras. El justificativo de esta sociedad civil es que ésta comunidad autoinstituye una identidad que no es “natural” y no respeta la heteronorma. Entonces podemos decir que, las trans y travestis autoconstituyen una sexualidad que no es "natural" y que por lo tanto es violenta, ya que “no está dada” y la sociedad civil responde con otro tipo de violencia que es la institucional, legitimada por éstos mismos; es por esto que, la cuestión de la identidad sexual tiene un carácter revolucionario, producido por el rechazo de la comunidad a grupos que no representan la heteronorma.

El discurso heterosexual oprime y niega toda posibilidad de hablar y expresarse a aquellas personas que no se insertan en su sistema invisibilizando su constante lucha en búsqueda del reconocimiento de sus derechos. "Tenemos que empezar a pensar que no hay géneros, ni cuerpos aptos. Cada persona hace su construcción identitaria" (Valeria Paván, psicóloga y coordinadora del área de salud de la Comunidad Homosexual Argentina).

La violencia más significativa y brutal que sufre este colectivo es la policial, quienes haciendo un uso desmedido de su fuerza persiguen a aquellos grupos que son calificados como “desviados” por la sociedad, con el fin de “normalizarlos” o al menos “castigarlos” por ser perjudiciales para la nación.

Otra manera que tiene la policía para criminalizar a esta comunidad es el uso de leyes que criminalizan la identidad travesti y transexual de manera indirecta, asociándolos así con delitos sobre drogas y oferta de sexo en la vía publica (incluso cuando no lo están haciendo), actos que se encuentran en algunas provincias, dentro de códigos de convivencia. Las detenciones se realizan bajo la caratula de “prevención” policial, y muchas veces no están constatadas en ningún acta. "A las detenidas se les imputa la comercialización de estupefacientes, un delito no excarcelable. La única prueba de cargo es el relato policial; los hechos relatados, el dinero incautado y la poca cantidad de droga no indican comercialización. Los supuestos compradores nunca son detenidos. Las detenidas no tienen antecedentes penales, si antes fueron detenidas fue en circunstancias similares" (Situación de los derechos humanos de las travestis y trans en la Argentina).

En la Argentina, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) registró en la Primera encuesta sobre población trans 2012 que el 83% de las personas trans y travestis encuestadas habían sido víctimas de graves actos de violencia y discriminación policial.

Tengamos en cuenta que, en el momento en que los miembros de esta comunidad son encarceladas o detenidas no solo son maltratadas física y psicológicamente sino que además esto les significa la discontinuidad de los tratamientos hormonales, ya que pueden seguir consumiendo los medicamentos dentro de la cárcel y esto trae aparejado importantes secuelas en cuanto a su salud física y psicológica.

Según la OMS, la salud es la ausencia de enfermedad y es por esto que relacionamos éste concepto con el de vida digna y bienestar. El Estado debe proporcionar a toda la población el acceso a una vida digna, saludable y gratificante pero como la comunidad trans y travesti no son considerados ciudadanos "normales", se los ignora e invisibiliza dejándolos fuera de las políticas implementadas para el área de salud.

"En su enorme mayoría, la verdadera causa de muerte es la discriminación, ya sea por expulsión del sistema de salud, desinterés en la desatención, malos tratos y abandonos de persona." Se les proporciona una atención de menor calidad e incluso, haciendo referencia a centros privados, se les cobra mas que a otros grupos de la población, a demás reciben recurrentes faltas de respeto hacia su intimidad, la confidencialidad y la "habitual" discriminación por parte del personal de salud, produciendo un maltrato sistemático hacia ellas; los prejuicios de la sociedad que se ven reproducidos en los trabajadores de la salud impide, de alguna manera, que las necesidades de trans y travestis sean abordadas de manera completa y adecuada, incluso muchas veces, los médicos se niegan a atenderlos por su "condición de travestis" o su "condición de pobreza"; tampoco son llamadas por su nombre, con el que ellas se sienten reconocidas y son obligadas a pasar horas de espera siendo "observadas" con burla por otras personas. Es por ésto que ésta comunidad elige sólo asistir a los hospitales o centros de salud barriales en situaciones graves de salud, por lo cual, muchas veces, no hay mucho por hacer.

"Las condiciones de vida, el no estar bien alimentadas, el ser víctimas de agresión y violencia policial incide en sus condiciones generales de salud" (Dr. Yparaguirre).

Muchas veces se buscan médicos particulares los cuales realizan por ejemplo, intervenciones quirúrgicas en consultorios que no posee quirófanos ni las condiciones necesarias para este tipo de practicas; éstas modificaciones de su cuerpo se da por lo general para"satisfacer" las "necesidades" de los clientes en el mercado de la prostitución, el cual es muchas veces la única salida laboral debido a la discriminación que viven a la hora de buscar trabajo; incluso cuando encuentran otro tipo de trabajo no son puestas en blanco, se le pagan salarios mas bajos que a los demás y no se les reconocen sus derechos laborales.

Según una encuesta realizada por el INDEC, “el 85,3 % de las trans femeninas ejerce o ejerció la prostitución. De 209 transexuales consultadas, 151 buscan otra fuente de ingreso pero eso las lleva a no contar con los recursos suficientes a la hora de satisfacer necesidades básicas y prostituirse se vuelve casi la única vía para subsistir”.

Esto también se relaciona de manera directa a la educación debido a que, en la actualidad las posibilidades de encontrar trabajo sin haber terminado los estudios secundarios, son mínimas. La gran mayoría de las integrantes del colectivo trans y travesti no hay culminado sus estudios de manera formal debido a la existencia de fuertes prejuicios dentro de las instituciones educativas publicas y el temor que les produce ser discriminadas; el sistema de educación no logra ser un espacio inclusivo de la diversidad de género y no existe una falta de información oficial sobre cómo educar con respecto a esos temas. A demás, debemos