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Estudio de caso: Formas en que la escuela enfrenta la problemática de la depresión en los estudiantes adolescentes.

Enviado por   •  13 de Enero de 2018  •  4.621 Palabras (19 Páginas)  •  445 Visitas

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Para comenzar explicaré el momento que me pareció evocar la problemática que abordo en este texto. Previo al inicio del presente ciclo escolar Gerardo había decidido ya no continuar sus estudios en la EPOANT solicitando para esto una baja temporal, pero en realidad no quería dejar de estudiar, su plan era continuar con su formación en una escuela diferente, pues mencionaba que la actual no le satisfacía. Cabe mencionar que el chico comentaba constantemente su intención por “cambiar de aires” pues anteriormente ya había pedido a sus padres que se mudaran a una nueva casa, a un nuevo municipio, para que él pudiese acudir a una nueva escuela, sin embargo esto no ocurrió, entonces Gerardo optó por darse de baja temporal y tratar de buscar una nueva escuela, pero dicho proceso se vio interrumpido por el abrupto inicio de clases, por lo que nuevamente su deseo de buscar un nuevo ambiente no logró ser llevado a cabo.

Al comenzar el ciclo escolar Gerardo acudió a la escuela preparatoria de la que antes había querido retirarse. A pesar de los deseos expresados por el joven, cuando ingresó al último de sus años en el bachillerato se encontraba con gran ánimo para comenzar nuevamente con sus estudios, al respecto es necesario decir que Gerardo contaba con algunas materias reprobadas de las que debía presentar exámenes extraordinarios para poder ingresar al tercer año de preparatoria, cosa que en realidad no molestaba al chico, pues estaba feliz de poder reingresar a la escuela. No obstante en una ocasión en la que él acudió a la escuela para realizar los trámites correspondientes una mujer, que al parecer funge el papel de supervisora en la preparatoria, le dijo al muchacho que debía irse y que su reinscripción no era posible porque él anteriormente había pedido baja temporal, dicha situación fue comunicada a la hermana del muchacho, quien lo acompaño mientras la orientadora les anunciaba a los dos que no era posible que él entrara a la escuela, luego de que Gerardo saliera de la escuela visiblemente afectado por la noticia, su hermana converso con la orientadora, quien le dijo que Gerardo tenía problemas de desempeño académico y que en realidad ella lo veían sin “ganas”, sin “deseos” de continuar; dijo además que quizá lo mejor para Gerardo como estudiante fuese que se repusiera de sus problemas emocionales para que pudiese reincorporarse a la escuela.

Es lo anterior descrito lo que llama mi atención sobre mi elección como unidad de estudio, debido a que aunque la institución notó las anomalías en el comportamiento y desempeño del estudiante no le habían (ni han) hecho frente a la situación y lo mejor para ellos, sin siquiera tener un diagnostico o bien un base sólida sobre la situación emocional del estudiante deciden proclamar por su bienestar, claro, fuera de la institución, sin poner énfasis en cómo la escuela está influyendo positiva o negativamente sobre el psique del estudiante, sin preocuparse por lo que ellos como institución pueden hacer para mejorar la situación académica del joven.

Ahora bien, Gerardo, luego de que sus padres acudieran a la preparatoria y hablasen con las autoridades educativas correspondientes, logró ingresar nuevamente a la escuela, pasando sus exámenes extraordinarios, se encuentra en estos momentos cursando el tercer año de la preparatoria. Mas no se trata sólo del hecho de que ya ha logrado ingresar a la escuela, sino de cómo ahora la escuela hará frente a esta situación y cómo es que esto influirá en el desempeño académico de este chico. Porque si bien, la depresión es una problemática a nivel personal, sus repercusiones se encuentran más allá de lo individual y pienso desde como futura docente que las instituciones educativas deberían dejar de “pasar la bolita” y comenzar a hacer frente a la situación, claro está que no se busca la resolución total de ello, sino la reflexión sobre como la institución aborda y crea alternativas de atención para estos jóvenes.

3. ¿Cuándo la luz dejó de llenar a la luciérnaga?

La escuela puede parecer un lugar complicado en el que podríamos pensar que la vida de los estudiantes se complica enormemente, sin embargo no es raro encontrarse con un montón de historias anecdóticas sobre cómo es que, pasando el obstáculo de “sitio obligatorio”, las personas, los jóvenes logran encontrar, sacar y conservar algo agradable de estas instituciones.

Entonces me sorprendo cuando contemplo el caso de Gerardo, siendo complicado para él estar dentro de una escuela, cualquiera que ésta sea. Sé que hay personas (y yo fui una de ellas) a las que la escuela simplemente les parecía demasiado complicada como para siquiera intentar enfrentarse a ella, pero luego de un tiempo comprendí que esta situación puede deberse a ciertos factores que inciden en ella. Uno de ellos (el más importante según mi perspectiva) es el humor, que es definido por Ramón de la Fuente (1992) como “disposición del ánimo difusa que tiende a prevalecer; contrasta con las emociones porque estas son efectos transitorios suscitados por eventos específicos, que tienden a limitarse” (p.439) y por lo que me atrevo a deducir que quizá el humor en el que se transita no es el mejor, convierte la situación de la escuela en algo poco llevadero y empuja a pensarla más como un obstáculo, un sitio intranquilo que resulta agobiante, en vez de un medio en el que se puede estar tranquilo, aprender, mejorar y convivir. Lo que ocurre en este momento es conocido como “abatimiento del humor” y, dado que el humor es prevalente, torna complicada no sólo la escuela, sino todas las circunstancias en las que el sujeto se encuentra, dado que resulta complicado enfrentarse a ellas de forma positiva, haciendo sentir a quien lo experimenta sin deseo alguno de continuar con ello. Éste es el humor que prevalece, el de pesimismo, la impotencia, la angustia; porque en ocasiones de verdad se tiene el deseo de llevar la situación correctamente con la escuela, pero entonces resulta un esfuerzo casi sobrehumano. A esta situación Ramón (1992) da por nombre Depresión y como definición “trastorno cuyo síntoma central es el abatimiento del humor”. Esta situación de desánimo puede estar influenciada por lo que Fierro (1997) menciona como crisis, que define como situaciones estresantes que enmarcan un cambio en la vida de cualquier persona y que le exigen el propio fortalecimiento, la puesta en marcha de capacidades y estrategias para “pasar” este momento. En el caso de Gerardo esta crisis está señalada en su entrada a la preparatoria, la cual significó para él un cambio que hasta el momento no ha logrado superar, debido a que, por razones no especificadas hasta el momento, no ha podido o bien no se

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