La inserción de la mujer profesional al ámbito laboral y sus Desafíos en el cantón de Liberia en los últimos diez años
Enviado por Ninoka • 7 de Diciembre de 2018 • 8.645 Palabras (35 Páginas) • 406 Visitas
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I.2 La inserción laboral de la mujer al ámbito laboral
Esto ha sido esencial y de gran importancia en el mundo actual en especial para las mujeres puesto que les ha permitido, auto realizarse, plantearse metas y poder a portar a la sociedad siendo ya incorporada como un individuo productivo sin embargo, la mujeres aún siguen presentado desafíos según el Convenio entre el INAMU y el Programa Estado de la Nación (2009) en la década de los setenta la participación femenina en el mercado laboral costarricense era menor al 20% de las mujeres en edad de trabajar. En los años siguientes esa situación comenzó a variar de manera sustancial: para 1990 su participación alcanzaba un 30,3%, proporción que aumentó a 35% en el 2000 y alcanzó su máximo hasta el momento, de 41,7% en el 2008. Este notable incremento de la participación femenina no siempre se ha dado en condiciones de calidad, ni tampoco al margen de crecientes tensiones entre el trabajo remunerado y no remunerado, o entre la vida laboral y la familiar.
Aun cuando posean mejores grados de calificación que los hombres, las mujeres enfrentan con mayor frecuencia problemas de desempleo, subempleo, brechas de ingresos y acceso a recursos productivos, que afectan sus derechos y oportunidades de desarrollo personal y profesional. Estas dificultades no solo perjudican a las mujeres y sus familias, sino también al país que ve reducidas las posibilidades de aprovechar este importante contingente de mano de obra y su potencial para elevar la productividad y la competitividad nacional. Las persistentes condiciones de discriminación generan además empobrecimiento e incrementan la desigualdad, por cuanto muchas mujeres se insertan en jornadas parciales o de medio tiempo que no son reconocidas formalmente (Papadópulos, J & Radakovich, 2006, p.17).
La necesidad que el país remueva al 2017 las principales brechas de ingreso entre hombres y mujeres, así como una reducción sustantiva del desempleo y subempleo que afecta con mayor peso a las mujeres. Se busca en general un incremento de la calidad del empleo, es decir, una creciente inserción de ellas en empleos formales, en jornadas completas, en donde se respeten sus salarios y se garantice el acceso a la seguridad social. Para poder determinar si el país avanza en este sentido es necesario dar seguimiento a las principales tendencias y características que muestra el empleo femenino en el último decenio, con el fin de tener mayores elementos que permitan prever como se podrían ver afectadas estas tendencias en un contexto de menor crecimiento de la economía nacional según el Convenio entre el INAMU y el Programa Estado de la Nación (2009).
En este contexto, la presente investigación pretende identificar las principales tendencias que muestra la generación de empleo femenino formal e informal en los últimos 10 años, así como caracterizar el tipo de inserción femenina al mercado laboral según sectores productivos, regiones, edad de las mujeres, nivel educativo y de ingresos. También se analiza si hay avances o retrocesos sustantivos en la reducción de brechas entre hombres y mujeres e identifica cuales aspectos de la inserción laboral femenina podrían verse más afectados en un contexto de bajo crecimiento económico. En esta sección se analiza la incorporación femenina al mercado de trabajo durante los últimos 20 años, la generación de empleo y el perfil de las ocupadas, así como la estructura emergente en términos sectoriales y de calificaciones, con el objetivo de determinar si se ha mejorado la inserción de las mujeres en el trabajo productivo. El crecimiento del empleo femenino a ritmos importantes mejorará la situación relativa de las mujeres sólo si aumentan sus oportunidades laborales en empleos de calidad, en un número creciente de sectores y ocupaciones. Como se ha documentado reiteradamente, las mujeres participan menos en el mercado de trabajo, tienen una mayor tasa de desempleo, trabajan involuntariamente menos horas para el mercado y generan menores ingresos laborales mensuales que los hombres (Esquivel, 2007, p.74).
La dinámica del mercado laboral de las últimas dos décadas muestra una tendencia hacia la mayor incorporación de las mujeres al trabajo remunerado. Entre los años 1990 y 2008, la tasa neta de participación de las mujeres se incrementó en 11,4 puntos porcentuales, aun cuando continúa presentando una brecha importante respecto de la de los hombres. En efecto, los niveles actuales de participación de las mujeres en el mercado de trabajo son elevados en términos históricos, que resultan de una tendencia creciente que se verifica desde la década de los noventa y se intensifica a partir del 2000. La tasa neta de participación femenina al 2008 alcanzó su máximo histórico hasta el momento, con un valor del 41,7%. Por el contrario, la tasa neta de participación masculina ha mantenido una relativa estabilidad en torno al 74% en los últimos veinte años, aunque en el período reciente ha disminuido, hasta alcanzar un 72,5% en el 2008(Abramo, 2005, p.432).
Según el Estado de la Nación (2003) “la tasa de participación de las mujeres aumentó entre el 2002 y 2006 del 51,4% al 54,2%, mientras que la de los hombres se mantuvo estable en un 78,9%. A lo largo del período 1990-2006, la tasa de participación de las mujeres subió 11 puntos porcentuales, mientras que la de los hombres disminuyó casi un punto porcentual. Sin embargo, la tasa de participación de los hombres todavía es 25 puntos porcentuales más elevados que la de las mujeres. Al respecto, siguen pesando los factores culturales relacionados con la división del trabajo en los hogares, sobre todo en los estratos más pobres de la población: alrededor de 2005, en América Latina la tasa de participación de las mujeres más pobre alcanzó un 37%, en comparación con el 76% de los hombres”.
Según el Estado de la Nación (2012) Costa Rica alcanzaba al 2006 una participación femenina (considerando la población de 15 años o más) del 43,5.en la generación de empleo, un factor determinante es el crecimiento económico que experimente el país, pues si la economía está en una fase expansiva de la producción esto incentiva el empleo y mejora los ingresos reales, por el contrario, la fase recesiva más bien los reduce. El crecimiento económico le permite a una sociedad lograr mayores niveles de bienestar y desarrollo humano, siempre que éste se traduzca en más ingresos y mayores posibilidades de empleo, pues su efecto se expresa por una o varias de las siguientes vías: reduciendo el nivel de desempleo; aumentando el número de ocupados por hogar, al incrementarse la propensión a trabajar de personas que no tenían interés de incorporarse al mercado de trabajo;
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