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“La visión del suicidio altruista planteada por Emilio Durkheim”

Enviado por   •  15 de Diciembre de 2017  •  3.592 Palabras (15 Páginas)  •  499 Visitas

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El suicidio altruista tiene ciertas especificaciones y características que lo vuelven un suicidio aparte, el tipo de organización que tiene la sociedad y como ya se mencionó, el factor que lo promueve, según Durkheim, es la escasa personalidad individual, ósea la acción de colocar a un individuo en un papel de absorción grupal, provocando que se considere a sí mismo con muy “poco valor”. Esto se contrapone al suicidio egoísta, porque aquí pasa, que la condición de excesiva cohesión social, involucra relaciones muy estrechas de los individuos, haciéndolos vulnerables a la direccionalidad del grupo, por lo tanto cuando éste mismo les solicita o demanda la muerte auto-infringida como medida ante una circunstancia moralmente comprometedora, entonces tienden a obedecer fácilmente.

Tipos que adopta el suicidio altruista

Dentro del suicidio altruista surgen algunas variaciones que Durkheim propone a manera de clasificaciones, la primera la denomina como suicidio altruista obligatorio, y sucede, como se mencionó anteriormente, a partir de una individuación demasiado rudimentaria, puesto que tiene al individuo muy estrechamente bajo su dependencia, por lo tanto este mismo no se “pertenece”, es decir no se siente el mismo, se confunde con “otra cosa”, en el que el polo de su conducta está situado fuera de él, para confundirse en uno de los grupos que forma parte. Cabe mencionar ya en este punto que Durkheim aclara que no todo suicidio altruista es necesariamente “obligatorio”, tienen un carácter más bien “facultativo”.

El rasgo distintivo que conduce al suicidio altruista naturalmente es no tener apego a la vida, pero condicionado a no estar necesariamente obligado a ello, más bien se hace con la finalidad de conquistar mayor estima, y el segundo rasgo se da cuando la sociedad promueve que el individuo carezca de intereses propios, que se someta a un adiestramiento y abnegación exclusiva, por lo cual se sumerge en un estado de impersonalidad. Dentro de la sociedad, uno de los sectores que han permanecido mayormente sujetos a un estado continuo de impersonalización; es el ejército o la milicia. El nivel de organización el cuál utilizan se asemeja muchísimo, según Durkheim al de las sociedades “primitivas” (antiguas), quienes requerían establecer jerarquías de sus integrantes; además de un sentido de la identidad colectiva, alejando toda posibilidad de individualidad, principalmente en sus niveles más inferiores. Para continuar con el estudio del suicidio altruista Durkheim distingue tres tipos.

Los suicidios altruistas facultativos, son menos exigidos por el grupo social, pero no implican por eso poca influencia, más bien la diferencia con el suicidio altruista obligatorio es que el compromiso de individuo por realizarlo depende de la capacidad del mismo, para sentir que ha cumplido con su cometido en la vida. La muerte se encuentra en cierto grado impuesta por la sociedad como un deber, integrando a este compromiso algunos tipos de sentimientos tales como el honor, el cual se pone en entredicho, pero la idea central es que hay un renunciamiento del individuo en sí, y sin aparente razón particular. La magnitud del renunciamiento tiene un peso importante dentro del suicidio altruista, porque se puede afirmar que es la substancia que lo envuelve, y así pues el mejor estimulante para fomentar la inclinación es por medio del pensamiento religioso.

El budismo, paralelamente con otras religiones es ejemplo del cómo el pensamiento religioso conduce hacia el desapego y el renunciamiento de la vida. Asocia la idea de que el hombre debe huir de la existencia con base en el sentido espiritual, para ello Durkheim describe algunos ejemplos religiosos en diferentes sociedades “primitivas” (o inferiores como el refiere), principalmente en la India, donde la diversidad de las manifestaciones religiosas ha permitido tal fenómeno, pero también habla de otros países semejantes como Japón.

La descripción de los rituales específicos en tales países pretende ilustrar este tema, con la marcada intención de proyectar la manera de proceder de los individuos practicantes, es decir su conducta, porque buscan consagrar su propia muerte a alguna deidad o dios, para obtener así la “trascendencia espiritual”. La veneración que nace propiamente del suicidio altruista facultativo, veneración hacia las personas que recurrieron a él, se da porque ven al acto como moralmente bueno, como un sacrificio.

La trascendencia espiritual vuelve a estar presente para despojarse de su ser personal y abismarse en esa otra cosa que los suicidas consideran su ciencia verdadera, dando paso hacia un escaso sentido de la existencia propia o impersonalidad.

El suicidio ciertamente está desligado de la vida, en el caso particular del suicidio altruista obligatorio Durkheim dice que “el individuo se siente inútil y sin razón de ser porque no tiene un fin en esta vida”, por eso la finalidad colectiva se adopta sin ningún problema y se convierte en la fuerza que le da sentido a la existencia del grupo. Contrario a esto tenemos al individualismo moderado, que difiere mucho de lo anteriormente mencionado, debido que impide a las personas favorecer hacia el suicidio, volviendo esta moderación como un estado ideal.

La manera más o menos sombría con la cual un pueblo concibe su existencia, no basta para explicar su inclinación hacia el suicidio. Existen otras circunstancias, y para comenzar a abordarlas Durkheim ejemplifica un poco, utilizando la visión moral del cristianismo, que al igual que otras religiones implementa una perspectiva de la existencia un “tanto dolorosa”, llena de pruebas, estacionaria, debido a que el católico no concibe al mundo como “su verdadera patria”, haciéndolo un portador de deberes personales que cumplir (carga moral), prohibiéndole por lo tanto eludirlos, es decir un lugar más destacado en la sociedad. Los sistemas metafísicos y religiosos, han servido de marco lógico para desarrollar estas prácticas morales.

La última clasificación es el suicidio altruista agudo, la diferenciación con los otros dos anteriores radica en el motivo del sacrificio, puesto que principalmente en estos casos, el individuo lo hace por el placer del sacrificio mismo. Que nace precisamente como producto de la intensificación de las prácticas religiosas, mismas que a la vez surgen y se encausan dentro de la concepción del mundo y en los pueblos, al igual que en los individuos tienen ante todo por función “expresar una realidad que ellas de cierta manera no crean, por el contario, proceden de ella y si luego pueden servir para modificarla nunca es sino en una mediad restringida”. Las concepciones religiosas

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