Modelos de Desarrollo - Argentina
Enviado por Helena • 3 de Diciembre de 2018 • 2.676 Palabras (11 Páginas) • 357 Visitas
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Esta crisis del Estado Social, dio lugar a una transformación en las visiones sobre el rol del Estado respecto de la economía y de las prestaciones sociales. En países como Estados Unidos y Gran Bretaña la respuesta de los gobiernos fue el conservadurismo, en tanto en América Latina, fue la implementación de gobiernos autoritarios.
Ahora bien, además comienzan a cuestionarse las ideas de desarrollo lineal imperantes, ante el detenimiento del crecimiento, en la década del ´80 y la crisis de la deuda de los países periféricos comienza a plantearse la idea del desarrollo sostenible. Esta idea asume el agotamiento de los recursos -tanto renovables como no renovables-, y por tanto se pone en cuestionamiento el tipo de desarrollo que está imperando (Altschuler, 2003). Por tanto, idea de que el crecimiento económico conlleva desarrollo y equidad es puesto en cuestionamiento.
No obstante, la crisis mundial del petróleo produce un cambio en las prácticas y visiones del rol del Estado en la economía, asumiendo nuevamente las teorías neoclásicas, de autorregulación del mercado, en pos del Estado mínimo. Además cambian las relaciones de poder a nivel internacional dando lugar a la articulación de instituciones multilaterales: la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, con el fin de implementar políticas de desregulación de la economía por parte de los Estados Nacionales. Se reconfiguran las relaciones de poder a nivel internacional, conformando una hegemonía unipolar ejercida por Estados Unidos (García Delgado, 2003). Ante este contexto, Argentina se inserta en el mercado internacional como proveedor de materias primas.
En tanto en los países subdesarrollados, durante este período (que abarca fundamentalmente las décadas del ´80 y ´90), se produce un fuerte endeudamiento y el disciplinamiento ante los organismos internacionales de crédito. En un primer momento, frente a la crisis del petróleo se realizaron préstamos a estos países con un baja tasa de interés, y de esta forma entraron un sistema de endeudamiento que luego entrará en crisis ante el aumento de las tasas de interés. De esta forma, a fines de la década del ´80 la refinanciación de la deuda de los países subdesarrollados se da a costa de adoptar medidas de ajuste estructural, de la implementación y profundización de políticas neoliberales.
En este marco, se desestructura el aparato productivo, mediante a falta de regulación del Estado y la aplicación de la convertibilidad, propiciando la concentración de la riqueza, la desnacionalización, privatización y el desempleo. La economía se reprimariza y se produce una creciente desindustrialización, afectando fuertemente a las economías regionales. Sumado a esto, la privatización de las empresas estatales, produjo el crecimiento del desempleo en las regiones en las que el Estado fue impulsor del desarrollo territorial.
Por otro lado el cambia el eje del modelo, ya no es el trabajador sino el consumidor; esto cambia la relación Estado - Sociedad Civil, los sindicatos (como forma de articulación y de demandas) se debilitan, produciendo un avance del mercado como estructurador social, por sobre el Estado. En correlación los partidos políticos de masas pierden su legitimidad en el sistema representativo, emergiendo los medios de comunicación de masas como mediadores entre el sistema político y la sociedad civil (García Delgado, 2003).
En relación a la Sociedad Civil comienzan a predominar las visiones de los organismos multilaterales de crédito, en plantean el rol de las organizaciones civiles desde la gerencia y la prestación de servicios deficitarios del Estado; asumiendo un rol de control por parte de las mismas (De Piero, 2010). En esta visión subyace la idea del altruismo y la “pureza” de la sociedad civil y sus organizaciones, dejando de lado que se constituyen en relaciones de poder y representan intereses de determinados sectores sociales.
Vemos entonces que desde la Dictadura Cívico Militar de 1976 se fueron sucediendo en Argentina medidas económicas y políticas que fueron desarticulando tanto la producción nacional, como el rol central del Estado en la estructuración social. Dentro de este proceso, que se implementó con apoyo de los Estados Hegemónicos a nivel internacional, la economía social se vio debilitada,dando paso a la concentración de la riqueza y la extranjerización (García Delgado, 2003).
A nivel mundial, la economía dejó de ser nacional, el sistema productivo se globalizó, y por tanto las empresas transnacionales movilizan su capital de país en país en función la maximización de sus ganancias y generar menores costos laborales y ambientales. En este contexto, el rol de los Estados no es garantizar y mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, sino la atracción de capitales extranjeros mediante implementación de políticas tendientes a la precarización laboral (García Delgado, 2003).
Ahora bien, este modelo genera burbujas especulativas, generadas por la especulación financiera y el arbitraje de las monedas, que tiene diferentes formas de “estallido” en los países, según sean de la periferia o centrales. Particularmente en Estados Unidos, esta burbuja especulativa generó que las grandes empresas especulen con el incremento de sus balances a tiempo futuro. Luego de que esta idea cayera, se cambia la visión sobre la refinanciación de la deuda a los países periféricos, generando una crisis financiera en los mismos.
En Argentina, el modelo neoliberal -por medio de la liberalización del comercio, el tipo de cambio fijo y sobrevaluado-, produjo una serie de contradicciones económicas que desestructuraron el sistema productivo, generando desempleo y a su vez a la pérdida de credibilidad política y a la ingobernabilidad. Esto genera la crisis del modelo, cuya expresión máxima se dió entre los años 2000-2002, alcanzando un nivel de desempleo del 27 % (García Delgado, 2003). En este marco, emergen alternativas a nivel territorial dentro de la economía social para paliar los efectos de la crisis de la macroeconomía, tomando los municipios un rol protagónico en la planificación y fomento de estas prácticas. En este marco comienzan a proliferar experiencias de desarrollo local, pero en función de la descentralización, de la transferencia de funciones del Estado nacional hacia el nivel local -sin que tengan los recursos necesarios-; y por tanto no pudo darse un cambio estructural exitoso (Altschuler, ).
La crisis de este modelo, puso en escena nuevamente la idea perspectiva desarrollista imperante en el modelo de sustitución de importaciones, pero se complejiza.
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