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Movimiento de liberacion femanina

Enviado por   •  21 de Agosto de 2018  •  3.454 Palabras (14 Páginas)  •  216 Visitas

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Se busca alejar a la mujer del hombre desde el concepto económico, cuestión de la que se desprende no solo por necesidad monetaria sino de sujeto social que busca realizarse en la sociedad “Este nos exige que analicemos no solo la relación entre la experiencia del hombre y la de la mujer en el pasado, sino también la conexión entre la historia del pasado y la practica histórica común” (Ídem, 44). En la actualidad la utilización del término “género” es sinónimo de mujer, esto nos lleva a comprender la aceptación política de la mujer en la historia como sujeto social independiente. Por ende, entendemos que no se puede analizar la historia del hombre sin entender que va a la par de la historia de la mujer, como explica Scott:

“Parece que el género, en su empleo más reciente, apareció primera entre las feministas estadunidenses que querían insistir en la cualidad fundamentalmente social de las distinciones basadas en el sexo. La palabra denotaba el rechazo al determinismo biol6gico implícito en el empleo de términos como sexo o diferencia sexual. El genera también subrayaba el aspecto relacional de las definiciones normativas sobre la femineidad” (Scott, 48).

Feminismo:

Cuando hablamos de este concepto, en la actualidad, podemos afirmar, que se trata de una tradición de pensamiento político que tiene mas de tres siglos de existencia. Distintas teorías van desde el cuestionamiento de superioridad del varón, pasando por la igualdad de géneros, hasta la problematización de los distintos roles que la mujer ocupaba en la sociedad. De estas cuestiones se desprenden las teorías mas importantes en cuestiones literarias fundamentales que nos ayudan a comprender el surgimiento del movimiento, entre las más importantes se destacan:

“… la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, escrita por Olympia de Gouges, en 1791; Vindicación de los derechos de la mujer, obra de Mary Wollstonecraft, publicada en 1792; la Declaración de Sentimientos, firmada en Séneca Falls, en 1848, por sufragistas estadounidenses; La sujeción de las mujeres, de John Stuart Mill, y El Segundo sexo, de Simone de Beauvoir. El último, publicado en 1949, inicia una nueva etapa en el feminismo, ya que es la primera vez en la historia que no sólo se denuncia la situación de las mujeres y se reivindica la igualdad, sino que se explican los orígenes de la opresión.” (Fórum Feminista María de Maeztu, 2007: 7).

Movimiento de Liberación Femenina

“…el feminismo es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquélla requiera”.

Victoria Sau.[5]

Cuestión de Género

Si bien la lucha por emancipación o liberación de la mujer se remonta a los comienzos de la historia (De Miguel, 2005), en la actualidad podemos hablar de tres momentos del movimiento que varios autores han denominado “oleada”. En este trabajo prestaremos principal atención al segundo momento o, como lo llamaremos desde ahora, la Segunda Ola del Movimiento Feminista ya que se encuadra en su auge y resurgir.

La Primera oleada, del movimiento la podemos ubicar en los albores de la Ilustración, específicamente en la Francia revolucionaria. A la par de la “Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano”, en nombre de la Libertad, Fraternidad e Igualdad, la activista Olimpia de Gouges[6] proclamó en paralelo la “Declaración de los derechos de la Mujer y la Ciudadana”:

“…Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer…” (Guerín, 1974).

Acusando que los revolucionarios habían olvidado el rol de la mujer, la cual sufría la exclusión de los hombres en temas como política y economía. El posterior encarcelamiento de Olimpia de Gouges, sumado al Código Napoleónico (1804), suprimieron todos los derechos relacionados a las mujeres.

En este contexto nos parece pertinente mencionar que rol de la mujer estaba confinado a los quehaceres de la casa y la crianza de los niños, como así también a las actividades referidas a las tareas manufactureras o agrícolas con las que la familia debía subsistir, como nos permite observar Antoine Artous[7]: “El proceso de reclusión en las tareas domésticas del hogar y la especialización de la mujer en este trabajo tiene pues por corolario no forzosamente la exclusión total de las mujeres de la producción, sino la desvalorización total del trabajo que ellas efectúan” (Artous,1982-19). Esta situación permanecerá hasta la llegada de la industrialización, donde la mujer comenzará a intervenir en la economía de la casa al salir de esta e ingresar en las fábricas.

Otro antecedente importante que queremos destacar, el que se desata en Gran Bretaña, durante el siglo XVIII, y en los Estados Unidos en el siglo XIX, denominado Movimiento Sufragista, referido a la conquista del voto femenino:

“…tuvo como objetivo el acceso de las mujeres a la política y al derecho de sufragio (…) El derecho al voto representaba el acceso a la ciudadanía y una manera de defender intereses legítimos, que sólo serían atendidos si las mujeres disponían de una representación política adecuada. Era también un primer paso que facilitaría la obtención de otras viejas reclamaciones: el acceso a la educación superior y a trabajos de calidad. No fue una tarea fácil.”(Martínez[8], 2007:14).

Cabe destacar que los resultados de estas luchas recién se vieron cumplidos para principios del siglo XX, ya que fueron una amenaza para los privilegios masculinos de la sociedad patriarcal establecida (Martínez, 2007).

Con el advenimiento de la Revolución Industrial y la consecuente inserción laboral de la mujer, fines del siglo XIX comienzos del XX, el movimiento queda latente de la esfera pública, debido a los acontecimientos en el orden mundial:

“…

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