NÚMERO CERO DE UMBERTO ECO

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existe, no importaba. Y que en ella hay aventura detectivesca, hay amor verdadero, pero sobre todo mucho juego e inteligencia.

Los temas más comunes al abordarse eran la mafia, la corrupción policial o los negocios turbios de algún sector de la economía, el financiero oculto siempre puede tener algún interés secreto que se vería perjudicado o, en todo caso, podría enemistarse con otros poderes ocasionándole problemas.

Dado que el fin de un periódico ya no es informar y sacudir al público de sus sillones con impactantes revelaciones, lo que se tratará será de adocenar, tranquilizar y ratificar a cada conciencia con su propio credo. Mucho deporte, grandes dosis de vida social, y lugares comunes. En eso debe consistir la prensa, o en eso se ha convertido en la realidad.

El periodismo que aplica Simei es para los políticos y aun de los jueces de un país que no ha sido capaz de fijar una versión fidedigna de su historia más reciente.

Para nuestro análisis de este libro también se ha podido encontrar que es preferible inducir los pensamientos del autor en sus escritos y también ver como se induce su sueño, de manera tranquila pero eficaz, controlada y dirigida.

De tal maniera de fabricar un mundo irreal en el que las malas noticias siempre ocurran lejos o cerca, según interese, en el que la corrupción lo cope todo o no exista, según el color del partido de quien hable, y en el que no se pueda conocer a ciencia cierta quién miente y quién no, en el tácito convencimiento de que todos lo hacen y de que, por hartazgo, la realidad nos ha sido hurtada y no debemos molestarnos en buscarla.

Es este el sentimiento que un periódico tiene que respetar y alimentar. Pero, por ahora, no estamos obligados a ocuparnos de estas miserias, y la indignación hay que dejársela a los periódicos de izquierdas, que están especializados en eso. Además, no es una noticia tan espectacular. Ya han matado a otros jueces y matarán a otros. Seguiremos teniendo buenas ocasiones.

Ese es el trabajo del periodista que nos indica Umberto Eco en su libro, que al mismo tiempo debe ser soñador pero con la visión de llegar siempre a la verdad, sin importar los parentescos ni amistades.

La situación de convencer a nuestro lector, no es solo el de buscar influir en la gente sino ayudarla de manera diferente. Porque todos actúan solo por intereses propios dibujándose así sus propios fantasmas.

Para Eco todos mienten y a nadie le interesa que la verdad se conozca. Ni las potencias aliadas, ni los comunistas italianos, ni los soviéticos, ni los propios fascistas tenían verdaderos motivos para desvelar la realidad y a todos convenía la espera de acontecimientos.

Pero él está empeñado en indagar más allá de los documentos oficiales. Y hurgando encontrará otra pista que, ésta sí, parece conectar con una realidad más actual pero también más peligrosa para él.

Colonna, es tratado con mimo y perfilado a la perfección como un perdedor, un ser vulgar en el que todas las promesas de un futuro han quedado defraudadas. Como él mismo dice, “cuando vives cultivando esperanzas imposibles, ya eres un perdedor. Y cuando te das cuenta, te hundes. Quién esperaría que el gris Colonna renaciera cuando la muerte le ronde, quién creería reconocerlo en su nueva vida, no necesariamente la que había soñado pero sí aquella en la que puede creer y respetarse a sí mismo.

Conclusiones

• Tras leer el libro he llegado a la conclusión que todas las personas debemos forjarnos objetivos medibles en nuestra vida para poder cumplirlos y así llegar a nuestro éxito propio.

• Todos debemos considerarnos triunfadores tras las actividades que realizamos para nosotros no debe existir el fracaso.

• El periodista tiene la capacidad de hacer bien su trabajo influyendo en las personas de buena manera para así trabajar por el bien común. Como el libro nos señala, todas las personas tenemos metas, aspiraciones ejecutémoslas para que recibamos nuestra recompensa en nuestra vida, hablando siempre con la