PERSPECTIVAS DE LOS GRUPOS DE INTERÉS.

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Para que la empresa u organización pueda establecer un dialogo que resulte exitoso debe basarse en los principios básicos de comunicación, inclusión, simetría y reciprocidad; por otro lado, debe estar también en la capacidad de identificar qué tipos de intereses son sobre los cuales se van a aplicar las estrategias puesto que los intereses pueden ser clasificados como individuales, grupales o universalizables.

La empresa debe continuar este proceso, implementarlo como su prioridad, adaptarlo a sus objetivos, pues no puede ser un simple procedimiento pasajero, el cual se haya efectuado por moda o por tener una mayor aceptación momentánea y mucho menos como una estrategia de posicionamiento de imagen, ya que la responsabilidad social debe tener una consecución en cada una de las acciones que realice la empresa.

El concepto de bien común vuelve a iluminarnos sobre el contenido de los deberes para con todos esos stakeholders y de los deberes que ellos tienen con la empresa. No se trata de hacer una lista que incluya, por ejemplo, el deber de no contaminar, el de crear puestos de trabajo y el de practicar el mecenazgo, respecto de los sindicatos, porque esas listas serán siempre parciales y arbitrarias. Lo importante es considerar que tipo de relaciones sociales se desarrollan entre la empresa (y sus miembros internos), de un lado, y los distintos stakeholders internos y externos, de otro, para identificar que es el bien común en esa sociedad y, consiguientemente, los derechos y deberes que emanan del mismo (Argandoña, 1998).

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Bibliografía:

Argandoña, A. (1998). LA TEORÍA DE LOS STAKEHOLDERS Y EL BIEN COMÚN. Barcelona, España.

Fernández Fernández, J. L. (2009). Edwar Freeman y la Teoría de los Staakeholders o Grupos de Interés. AECA: Revista de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas, 48-50.