Paradigmas en la administracion.
Enviado por Helena • 18 de Abril de 2018 • 1.728 Palabras (7 Páginas) • 265 Visitas
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que ha dejado su hogar y llega a la ciudad, en dónde se da cuenta que además de todo lo que vivió en su casa,
afuera hay otras formas de pensar, de aprender, de vivir, de ver el mundo, que pueden entrar en conflicto con lo que daba por sentado como única verdad.
Me parece muy acertada la comparación que se hace entre este ejemplo y lo que pasa con la teoría de la organización y sus formas de abordarla. De acuerdo con el autor, los teóricos de la organización se acercan a su objeto de estudio de manera muy ortodoxa, sin dar cabida formas alternativas de análisis que pueden enriquecer la discusión a través de la confrontación.
Cuando hay confrontación hay crisis, cuando hay crisis puede haber caos y después del caos viene la luz. Por ello considero muy interesante cuando Morgan plasma la necesidad de que los teóricos de la organización abandonen su zona de confort, no le teman a la confrontación y se permitan apreciar otras formas de acercarse a su objeto de estudio.
Par mí la organización es un ser vivo que cambia, que evoluciona, al igual que un ser humano, y así lo que antes podía ser válido para nosotros, a la luz de una nueva mirada ya no lo puede ser tanto, y la confrontación con nosotros mismos lleva a resultados más enriquecedores.
Según Morgan, la teoría ortodoxa en el análisis organizacional tiene como reto lograr la convivencia con paradigmas diferentes que abordan su mismo objeto de estudio. En mi concepto, el desafío consiste en no verse como rivales sino como complementarias, cuyas visiones diferentes sobre la naturaleza de las organizaciones llevan repensar su verdadera naturaleza.
Siguiendo con el mismo autor, la teoría de la organización debe apostar por, a través de la mirada de estos paradigmas que tratan de abordarla, es ir más allá de lo que ofrece lo empírico y buscar de forma más completa el devenir de las organizaciones, “su naturaleza, existencia y transformación”.
Se puede decir que la verdad no está en las diferencias sino en el complemento.
Por su parte, el texto Thomas Kuhn: el historiador de la ciencia, por Juan Manuel Jaramillo, nos presenta a un físico, historiador y filósofo estadounidense que en un momento determinado de su vida originó un verdadero alboroto en el mundo académico al idear una noción de ciencia contraria a la que se seguía hasta ese momento, a partir, como el mismo lo dice de “los registros históricos de la misma actividad científica”.
Entre los nuevos conceptos que Kuhn introduce está el de la “ciencia normal”, en la que los científicos se dedican a resolver preguntas enmarcándose en conceptos aceptados sin la mayor discusión por el resto de la comunidad científica. El filósofo e historiador afirma además que esta “ciencia normal” se identifica también con una palpable directriz conservadora y se resiste tenazmente a cualquier idea incompatible con la dominante.
Hoy en día podemos encontrar el mundo científico varios ejemplos que nos ilustran lo que menciona Kuhn. Tenemos el caso de las vacunas: mientras la corriente científica tradicional esgrime a capa y espada los beneficios que, según ella, le ha traído una corriente mundial en la que asegura que estos procedimientos no son tan ventajosos como se cree y que por el contrario traen serias complicaciones, como a aparición del autismo en los bebés.
Pero no solo en el mundo de la medicina podemos encontrar estas confrontaciones, también es posible hallarlas en otras ciencias, como la arqueología, en la que algunas corrientes han llegado a afirmar que la historia de la humanidad hay que reescribirla.
¿Quién tiene la razón? El debate está abierto. Pero sí podemos ver como es usual que cuando una ideal se aleja del paradigma tradicional que se sigue, la comunidad científica tradicional es tajante al catalogarla como charlatanería o embustes. Hay una marcada rreserva a convivir con otras miradas.
Lo que señala Kuhn y me parece preocupante es que la misma comunidad científica se empeña en mantener esta tendencia que tiende solo tener en cuenta lo tradicional, ignorando los nuevos conceptos que pueden estar surgiendo y que le pueden dar un nuevo giro a la resolución de problemas que se nos presentan.
Cuando esto pasa aparece lo que Kuhn llama “crisis”, lo que a su vez lleva a que se pase a la ciencia extraordinaria, en la que una teoría se muestra incapaz de resolver los nuevos desafíos que se le presentan, por lo tanto, se debe recurrir a una original teoría que presenta una nueva forma de ver las cosas y de analizar el objeto de estudio.
Aquí podemos encontrar una similitud con lo que dice Gareth Morgan cuando afirma que uno de los retos a los que debe enfrentarse la teoría de la organización es darles cabida a otras formas de interpretación y análisis, diferentes a la ortodoxa, que enriquezcan el proceso de acercamiento al objeto de estudio.
Pero también opino que esas anteriores teorías, que fueron útiles en su momento, no deben ser descartadas totalmente precisamente por eso. Y precisamente allí está, en mi concepto, el reto del nuevo administrador, el que debe ser capaz de ver lo mejor que cada concepto le ofrece y utilizarlo en su diaria tarea, tan cmbiante como el mundo en el que se vive.
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