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Resumen del Maxismo.

Enviado por   •  11 de Noviembre de 2017  •  12.319 Palabras (50 Páginas)  •  272 Visitas

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Los Anuarios franco-alemanes fueron efímeros, pero gracias a su publicación Marx se relacionó con Friedrich Engels, que se volvería el colaborador de toda su vida. En sus páginas apareció el artículo de Marx, Zur der Kritik Hegelschen Rechtsph ilosophie (Sobre la crítica de la filosofía hegeliana del Derecho), con opiniones como que la religión es “el opio del pueblo” y sus llamados al levantamiento del proletariado; el gobierno de Prusia intervino en contra de Marx, por lo que se vio obligado a abandonar París debido a su implicación en actividades revolucionarias y se exilió en Bruselas—seguido por Engels—en febrero de 1845. Ese mismo año en Bélgica, renunció a su nacionalidad prusiana y comenzó a organizar y dirigir una red de grupos llamados Comités de Correspondencia Comunista, establecidos en varias ciudades europeas.

En los dos años siguientes en Bruselas se incrementó la colaboración de Marx con Engels, quien había visto de primera mano en Manchester, en una fábrica de la rama textil de su padre, todos los aspectos deprimentes de la Revolución industrial.

Él también había sido un Joven Hegeliano y se convirtió al comunismo por Moses Hess, que fue llamado el rabino comunista. En Inglaterra se había asociado con los seguidores de Robert Owen. Ahora, en Bélgica, con Marx, compartía sus mismos puntos de vista en Die Heilige Familie de 1845 (La Sagrada Familia), que es una crítica al idealismo hegeliano del teólogo Bruno Bauer. En su siguiente trabajo, Die Deutsche Ideologie (La ideología alemana), escrito en 1845-1846, expuso su concepción materialista de la historia, que mostró cómo se habían estructurado las sociedades para promover los intereses de la clase económicamente dominante. Pero no encontró a ningún editor y el escrito permaneció desconocido durante las vidas de sus autores.

Durante sus años de Bruselas Marx desarrolló sus ideas a partir de las confrontaciones con los líderes principales del movimiento de los trabajadores. En 1846 refutó públicamente al líder alemán Wilhelm Weitling en sus apelaciones morales.

Marx insistió que de la fase de la sociedad burguesa no se podía saltar al comunismo; el movimiento de los obreros requería una base científica, no de frases morales. También polemizó con el pensador socialista francés Pierre-Joseph Proudhon en Misère de la Philosophie, 1847 (La miseria de la filosofía), donde hace un ataque mordaz al subtítulo del libro de Proudhon, Philosophie del ́Misère de 1846 (La filosofía de la miseria). Proudhon quiso unir los mejores rasgos de las formas antagónicas de la economía: la competencia y el monopolio; esperó unir los rasgos buenos de ambas instituciones económicas mientras eliminaba los malos. Marx declaró, sin embargo, que ningún equilibrio era posible entre los antagonismos en cualquier sistema económico. Las estructuras sociales eran formas históricas relativas, determinadas por las fuerzas productivas. Ante el modo de razonamiento de Proudhon, Marx escribió que era típico del pequeño burgués que no vio las leyes subyacentes de la historia.

En junio de 1847 una sociedad secreta, la Liga de los Justos, decidió formular un programa político. Enviaron un representante a Marx para pedirle que se uniera a la Liga; Marx y Engels aceptaron y recibieron el encargo de elaborar una declaración de principios que sirviera para aglutinar todas esas asociaciones e integrarlas en la Liga de los Justos, que luego cambió su nombre por el de Liga Comunista, y promulgaron una Constitución democrática. Marx y Engels elaboraron un panfleto, The Communist Manifesto (El manifiesto comunista) con la idea de disponer de un programa; trabajaron desde mediados de diciembre de 1847 hasta fines de enero de 1848. Enviaron el manuscrito a los comunistas de Londres, quienes lo adoptaron como su manifiesto. Las proposiciones centrales del Manifiesto, aportadas por Marx y Engels, constituyen la base de su concepción del materialismo histórico.

Según se explica en estas tesis, el sistema económico por el cual se satisfacen las necesidades vitales de los individuos es dominante en cada época histórica, lo que determina la estructura social y la superestructura política e intelectual de cada periodo.

De este modo, la historia de la sociedad es la historia de las luchas entre los explotadores y los explotados, es decir, entre la clase social gobernante y las clases sociales oprimidas. Toda la historia había sido una historia de luchas de clases, donde se resumió la concepción materialista de la historia que se propuso en La ideología alemana, y afirmó que la victoria venidera del proletariado pondría fin a la división de la sociedad para siempre.

Partiendo de estas premisas, Marx y Engels concluyeron en el Manifiesto que la clase capitalista sería derrotada y suprimida por una Revolución mundial de la clase obrera, que culminaría con el establecimiento de una sociedad sin clases.

Marx criticó todas las formas de socialismo fundadas en “telarañas” filosóficas como la “alienación”. Rechazó las “utopías sociales”, los experimentos pequeños en comunidad para amortiguar el forcejeo de la clase. Propuso 10 medidas inmediatas como primeros pasos hacia el comunismo, entre ellas un impuesto progresivo al ingreso y la abolición de herencias para dar educación a todos los niños. El texto se cierra con estas palabras: “Los proletarios no tienen nada que perder, sólo sus cadenas. Ellos tienen un mundo por ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!”

Esta obra ejerció gran influencia en la bibliografía comunista posterior y en el pensamiento revolucionario en general. Poco después de la aparición del Manifiesto, la Revolución hizo erupción en Europa en los primeros meses de 1848, en Francia, Alemania y el Imperio austriaco, por lo que el gobierno belga expulsó a Marx, temeroso de que la corriente revolucionaria se extendiera también por ese país. Marx había sido invitado justamente a París por un miembro del gobierno provisional. Cuando la Revolución triunfó en Austria y Alemania, Marx volvió a Renania.

En Colonia defendió una política de unión entre la clase obrera y la burguesía democrática, y se opuso, por esta razón, a la nominación de los candidatos de obreros independientes para la Asamblea de Francfort. Asimismo, se expresó vigorosamente contra el programa para la Revolución proletaria defendido por los líderes de la Unión de los Obreros.

Después fundó y editó en 1849, en Colonia, una publicación comunista, la NeueRheinische Zeitung (Nueva Gaceta Renana), donde Marx afirmó su política al colaborar en actividades organizadoras de agrupaciones obreras e insistió en una

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