Síndrome del Niño Emperador
Enviado por Rimma • 28 de Abril de 2018 • 6.601 Palabras (27 Páginas) • 375 Visitas
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Para poder dar una definición de lo que es el síndrome del niño emperador nos basaremos en diversas obras ya antes escritas para poder dar una explicación más clara y concreta de lo que trata este tema. Principalmente conocerlo y saber las diferentes formas en las que se le nombra a este síndrome.
Pero cuando hablamos de síndrome no nos referimos a una enfermedad como tal, estamos hablando de un trastorno mental que afecta a niños y adolescentes. “Aunque no existe ningún cuadro clínico con esa denominación se usa la expresión Síndrome del emperador para referirse a niños que presentan determinadas características como inestabilidad emocional o poca responsabilidad” (“Psicología infantil,” 2015).
El síndrome del niño emperador o como se nombra profesionalmente Trastorno de Oposición Desafiante (TOD) es una anomia que se presenta principalmente en niños ya que es de aquí la base para que posteriormente continúe en la adolescencia, pero cuando hablamos de niños o adolescentes no solo nos referimos al sexo masculino, sino a ambos géneros, pero cabe destacar que este trastorno se da más en niños que en niñas.
Este síndrome en la actualidad de a desarrollado más en la época en la que vivimos y esto tal vez influye en que la educación es mucho más distinta a la de hace unos años atrás, pero estos factores los veremos más adelante. Empezaremos por abordar que este síndrome de niño emperador influye en conductas agresivas de los niños, haciéndolos caprichosos, dominantes, con poca tolerancia y un ego muy grande. De aquí a que los principales afectados son los padres o los encargados de la educación de los niños. “Básicamente el niño comienza a desafiar a sus padres y, al ver que logra sus cometidos continua desafiando a otros adultos” (“Rincón de la psicología,” 2016). Los niños comienzan a desarrollar una autoridad que domina a los que están a su alrededor para así poder cumplir sus deseos, comienza con caprichos pequeños pero con el tiempo estos se van volviendo una exageración, ya que no solo llorara o gritara para obtener lo que desee si no que ahora tendrá una actitud pesimista en la que agreda físicamente a los demás, pese a esto el niño siente que él es una víctima.
Pero esta afectación aunque se da directamente a los padres o encargados del menor por ser los que tienen que lidiar con el ante su educación, también se ven afectados todos los miembros de la familia ya que en algún punto al no tener limite la conducta del niño, que es algo que los distingue de los demás niños, tendrán con el tiempo que ir cediendo a lo que el niño quiere.
Aunque como ya mencionamos el niño se siente una víctima, el no parecerá tener sentimientos de culpa o remordimiento incluso de amor hacia sus acciones que tenga con los demás. “La clave está en que estos niños son incapaces de desarrollar emociones morales, lo que se traduce en dificultad para mostrar culpa y arrepentimiento sincero por las malas acciones” (“Síndrome del emperador o del niño tirano,” s.f). Esto los hace tener un gran impedimento de aprender de sus errores, haciendo que los castigos no tengan la menor importancia para ellos, y es así como la autoridad del padre se va perdiendo ya que el niño mostrara una actitud de indiferencia ante los regaños que se le den para corregirlo, haciendo que sea casi imposible ponerle un límite.
Los niños emperadores establecen un patrón en sus conductas con el fin de privilegiar sus caprichos, aun estén por encima de la autoridad de sus tutores. Al desafiar sus actitudes será cuando ellos tomen ese papel de ser una víctima respondiendo con berrinches e incluso agresiones.
Como ya se menciona anteriormente este síndrome comenzara dentro de la niñez, pero también afectara a adolescentes, y es aquí cuando lo relacionaremos con la criminología ya que si se presenta dentro de la adolescencia es más probable que sea un adulto peligroso. La diferencia está en que el niño tiene actitudes agresivas y posesivas pero que están a tiempo de que se puedan corregir, mientras que el adolescente será violento, rebelde y con mucha más dificultad de ponerle un límite, que con el paso del tiempo puede llevarlo a cometer conductas antisociales.
Y es donde criminológicamente se puede comprender que un factor para reducir actos o conductas antisociales debe ser una buena educación desde la niñez, como un método de prevención, ya que este trastorno tiene que tratarse con mucha importancia, por que como sabemos los niños son una parte muy importante dentro de la sociedad ya que son el futuro de esta misma. Esto es lo que nos da a entender el filósofo Pitágoras con su frase "Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres". Y bueno a que viene el tema de la educación con esto, pues es importante tomarla en cuenta, ya que debemos saber cómo educar a los niños para evitar hacer de ellos unos niños tiranos o en su defecto llegar a hacer adolescentes rebeldes y sin límites. Así podemos hacer una gran diferencia entre un niño que hizo alguna travesura porque está conociendo el mundo, pero entenderá que está mal y no lo volverá hacer, a un niño emperador, a quien lo le importara si está bien o mal, o incluso ni si quiera tomara en cuenta el regaño que obtenga por eso, ya que tomara una actitud de víctima y después de eso seguirá con sus malas acciones.
2.2 Características del niño emperador.
En esta parte abordaremos el tema en el que nos preguntamos cómo saber si es un niño o adolescente con este síndrome, pues es sustancial conocer las características para no dejar pasar por alto las acciones que cometa, saberlo identificar y así poder solucionarlo de la mejor manera.
Los comportamientos más frecuentes que tendrá un niño con Trastorno de Oposición Desafiante serán principalmente contra los padres. Es por eso que afirmamos que este trastorno comienza en el hogar. “El perfil del pequeño tirano en palabras de expertos suele ser de un varón de unos 11- 17 años: hijo único y clase media- alta” (“Centro de adicciones Barcelona”, s.f). Después de tener en dominio a los padres, imponiendo a los demás integrantes de la familia a sus caprichos.
Ellos comenzaran agrediendo psicológicamente con gritos, amenazas y frases que lleguen a herir a los padres, para posteriormente volver agresiones físicas al momento de que se les niegue algo. Ellos van volviéndose los gobernadores de la casa, desde escoger la comida, los programas de televisión que se tienen que ver, la hora de ir a dormir, etc. Ahora si nos referimos al adolescente, ellos no soportan una autoridad ya que para ellos no existen los límites,
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