Tecnología de comunicación y gestión de la información “Caso integrador: Aborto en adolescente en México”

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Desde el punto de vista de la educación, al recibir un bajo nivel esto repercute en la vida de la adolescente, debido a que no existe el conocimiento necesario en algunas a áreas de la vida de la persona, esta se ve implicada a actuar erróneamente en cuanto a su vida personal. Haciendo énfasis en el tema de salud sexual y reproductiva, al no obtener la información esencial y necesaria, la adolescente comete errores los cuales perjudicaran su vida y la vida de las personas involucradas en el problema.

A nivel social, la maternidad en la adolescencia puede ser causal de abandono escolar, lo que a futuro es un obstáculo para la obtención de oportunidades de desarrollo económico, que a su vez puede impactar en otros aspectos como la salud, las relaciones sociales y culturales (INEGI, 2015). Este aspecto es de gran importancia, ya que debido a la falta de educación, las adolescentes no adquieren el conocimiento sobre la salud sexual y reproductiva, que la mayoría del tiempo ocasiona que queden embarazadas y al no tener los recursos, el conocimiento y la madures para responsabilizarse optan por abortar.

Otro aspecto importante el cual se debe tomar en cuenta es la infancia de la adolescente, ya que en muchas ocasiones se presentan traumas como el abuso, la violencia doméstica, los conflictos familiares, lo que repercute en la autoestima de la adolescente y esto le conlleva a buscar afecto.

Consecuencias físicas

Las consecuencias físicas que pueden presentarse en adolescentes que llevan a cabo un aborto son variables, generalmente los daños físicos son consecuencia de una mala atención medica ya sea porque el aborto se lleve a cabo en una clínica clandestina o porque las adolescentes se indujeron el aborto por sí mismas.

Uno de los principales tópicos de salud en la adolescencia lo constituye el embarazo, debido a que es un proceso que involucra un desgaste físico importante para el cuerpo de la madre, y en la adolescencia éste aún está en desarrollo, razón por la cual los embarazos en esta etapa son considerados de alto riesgo. Muchas adolescentes embarazadas presentan malnutrición, mayor incidencia de aborto, partos prematuros o bebés con bajo peso al nacer debido a que el útero de la mujer está físicamente inmaduro (INEGI, 2015).

Someterse a un aborto es una situación estresante para el cuerpo excluyendo factores como su práctica en lugares poco seguros o las repercusiones psicológicas que puede traer con ello, por ejemplo; en el aborto inducido se utiliza Mifepristona que está aprobada sólo para gestaciones menores de 9 semanas. La mifepristona es un antiprogestágeno, es decir, inhibe la acción del estrógeno por medio de la fijación y bloqueo de receptores para esta hormona. La progesterona prepara el endometrio para la implantación y posteriormente mantiene el revestimiento uterino, si esta hormona es bloqueada se produce la menstruación y el embrión se desprende junto con el revestimiento interno del útero. Dentro de las doce horas luego de tomar el fármaco, el endometrio comienza a degenerarse y en las setenta y dos horas siguientes empieza a desprenderse. El misoprostol estimula las contracciones uterinas y se administra después de la mifepristona para ayudar a expulsar el endometrio. (Tortora 2013); en este caso solo se está hablando de las consecuencias fisiológicas del aborto.

Por otra parte las consecuencias físicas recurrentes a largo y corto plazo para adolescentes y mujeres mayores de dieciocho años son:

- Muerte: la gran mayoría de estas muertes no figuran como causadas por aborto. Por el contrario, los médicos las atribuyen a otras causas, como “septicemia”, “percance anestésico” o “gangrena espontánea de los ovarios”.

- Perforación de útero: Entre un dos y un tres por ciento de las mujeres que se han sometido a un aborto sufren perforación de útero. La mayoría de las perforaciones que se originan en los abortos del primer trimestre quedan sin diagnosticar y pueden ocasionar problemas que podrían requerir una histerectomía u otra una cirugía correctiva seria, lo que en sí implica complicaciones físicas y psicológicas. Las perforaciones producidas en los abortos del último trimestre son más frecuentes y son siempre de naturaleza grave.

- Placenta previa: El aborto aumenta el riesgo de este cuadro clínico. La placenta previa también aumenta el riesgo de una malformación fetal posterior y de muerte perinatal.

- Embarazos ectópicos. El aborto está relacionado con el aumento de los embarazos ectópicos en embarazos posteriores, lo cual puede significar una grave amenaza para la futura fecundidad de la madre e incluso para su vida.

- Enfermedad Pélvica Inflamatoria (EPI): La EPI puede poner en peligro la vida de la madre y puede llevar a una esterilidad posterior y a un mayor riesgo de embarazos ectópicos. Un veinticinco por ciento de las madres que padecen clamidia [la enfermedad venérea más común en las mujeres] a la hora de someterse al aborto, desarrollarán EPI, y un cinco por ciento de aquellas mujeres que no tienen clamidia en ese momento, desarrollarán la EPI.

- Endometritis. La endometritis es la inflamación del endometrio (la membrana mucosa que recubre al útero). El aborto aumenta el riesgo de una endometritis, especialmente en las adolescentes (Reardon 2013).

Las probabilidades de padecer alguna de estas consecuencias se potencian si el aborto en practicado en un lugar clandestino que no cuente con las condiciones salubres adecuadas.

Estadísticas

Cada año a nivel mundial, 16 millones de mujeres adolescentes (15 a 19 años) dan a luz, principalmente en países de ingresos bajos y medianos (95%), mientras que cerca de tres millones se someten a abortos, muchos de ellos de forma clandestina (OMS, 2014). A nivel nacional durante 2013, los datos de egresos hospitalarios señalan que del total de egresos en mujeres de 15 a 19 años, 83.9% se debió a causas de tipo obstétrico, entre las que se encuentran embarazo, aborto, complicaciones en el embarazo, parto o puerperio, y otras afecciones (SSA, 2015).

El aborto como causa de muerte materna en México es poco notorio dentro de las estadísticas vitales 6% (INEGI, 2009). Esto representa, de acuerdo con los datos oficiales, que solo murieron 74 de 1207 mujeres por esta causa durante ese año. El importante subrregistro y, sobre todo, el mal registro de la causa se deben, entre otros factores, a la penalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Según opiniones especializadas, muchas de las muertes atribuidas a las hemorragias son provocadas realmente por complicaciones de