Evaluación de ética profesional
Enviado por Daniela Rodriguez • 10 de Octubre de 2020 • Examen • 1.530 Palabras (7 Páginas) • 396 Visitas
EVALUACIÓN PRIMERA
NOMBRE TALLER | Ética profesional | N° SECCIÓN | |
NOMBRE DOCENTE |
NOMBRE ALUMNO | |||||
RUT | |||||
CARRERA | FECHA | 08/10 | |||
PUNTAJE TOTAL | 24 | PUNTAJE OBTENIDO | NOTA |
Instrucciones Generales:
- Lea antes de comenzar a responder.Puede responder en el orden que desee.
- Recuerde subir el instrumento en el enlace subir prueba en su plataforma virtual.
- La exigencia mínima se obtiene con un 60% de logro.
- La evaluación tributa un 15% del total del curso.
A continuación, es necesario que lean con atención cada una de las preguntas dispuestas para ser trabajadas de manera individual. Responda dos, solo dos respuestas de las ofrecidas. Se descontará puntaje por faltas de ortografía y problemas de redacción (un punto de escala por cada tres faltas). La evaluación consta de tres ítems. Puede responder las preguntas en el orden que quiera.
I.- Ítem desarrollo: cada respuesta correcta consta de seis puntos.
- Confiera una definición de ética y moral, luego disponga deun ejemplo o situaciónen la que se pueda identificar la diferencia entre ambas disciplinas. (6 puntos).
-La ética es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la conducta humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional, fundamentada, científica y teórica. Es una reflexión sobre la moral. Ejemplo: Caridad, respeto y compasión, justicia, empatía.
La moral es el conjunto de reglas que se aplican en la vida cotidiana y todos los ciudadanos las utilizan continuamente. Estas normas guían a cada individuo, orientando sus acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o incorrecto, bueno o malo. Ejemplo: Decir la verdad, no hacer trampa, ser generoso.
- ¿En qué principio fundamenta su ética el filósofo griego Aristóteles? Explique. (6 puntos).
- ¿De qué modo algún aspecto de la vida y obra de Santo Tomás de Aquino aportan a su vida? (6 puntos).
- Explique: ¿En qué se diferencia una moral heterónoma de una autónoma? Confiera un ejemplo concreto. (6 puntos).
-Moral autónoma: Es aquella que manda actuar por mi propia voluntad o según mi conciencia. Según la moral autónoma el ser humano es independiente y se gobierna a sí mismo.
Por Ejemplo: lo hago porque es mi cuerpo, la sociedad no puede ver si es bueno o malo porque es mi vida y la rijo como yo crea que es conveniente.
Moral heterónoma: Es la que nos manda hacer algo por principios ajenos a mí y cuya voluntad nace de un extraño externo a mí por consiguiente la voluntad o maldad de mi acción no depende de mí.
Ejemplo: Me quiero hacer un tatuaje o una perforación
- ¿De qué manera cree usted que la puesta en marcha de los valores que promueve nuestra institución de educación superior, contribuyen con nuestras vidas en tiempos de pandemia? (6 puntos)
- Estamos en tiempo de crisis, los valores en estos tiempos son importantes, la solidaridad que se visto donde las personas están haciendo colectas, ollas comunes etc.., me encargado de ayudar lo mas que puedo con esas personas que en estos momentos no tienen las mismas oportunidades que algunos, actualmente existe un respeto hacia el que lo está pasando mal, nos hemos puesto en los zapatos del otro y hemos mirado mas allá de nuestra burbuja y eso es lo mejor,
Ver que existe la solidaridad y el respeto.
II.- Ítem de comprensión: lea con atención al finalizar se le invita las dos preguntas enunciadas.
Sin trabajo estable. Aquejado de hemorragias internas como efecto del trauma, que le impiden realizar esfuerzo físico. Con pesadillas recurrentes que le refrescan en la memoria las imágenes de sus compañeros caídos. Así, con apenas 20 años y ayuda psicológica y médica para superar el trance, Javier Aguilera Poblete trata de encontrarle un nuevo rumbo a su vida, luego de que perdiera el camino en la cordillera, atrapado entre la nieve húmeda y el viento blanco, como uno de los tantos sobrevivientes de la tragedia de Antuco. Hace un año, Aguilera iniciaba una marcha que cambiaría su vida. Atrás dejaba aquella admiración y cariño por el Ejército, aquellas ganas que tenía de recibir instrucción, aquel ánimo con que, feliz, había subido a la montaña a conocer la nieve. El 18 de mayo de 2005, fue esa misma agua helada la que amenazó con quitarle la vida. Como un miembro más de la compañía Andina del Regimiento 17° de Los Ángeles, Aguilera avanzaba cordillera abajo viendo pasar ante sus ojos la vida propia y la de varios de sus compañeros. "Partimos por orden del ex mayor (Patricio) Cereceda desde Los Barros en la mañana, después de una noche donde habíamos dormido lo mínimo y aún teníamos las ropas mojadas. No era ropa para marchar en la nieve, además. Vestíamos el típico pantalón delgado que se usa para salir de franco. Además, los superiores nos advirtieron que nos sacáramos los forros de las parcas porque nos daría calor con la caminata. Yo me la dejé puesta igual", recuerda Aguilera sobre los momentos previos a la marcha. El grupo salió bajo las órdenes del capitán Claudio Gutiérrez, quien fue condenado a una pena de 800 días de reclusión menor. Según Aguilera, los problemas comenzaron al cruzar un canal, camino a La Cortina, donde los soldados mojaron sus vestimentas. "Yo tenía agua en los pies, pero en vez de secarnos seguimos caminando. Yo no sabía hacia dónde ir, porque todo era blanco. Ya avanzada la marcha, empezamos a ver mochilas tiradas y después un cuerpo de un soldado acostado con las manos en el pecho. Pensé que se trataba de una instrucción, que era un ejercicio simulado. Nuestros guías nos dijeron que siguiéramos. Pero después encontramos más mochilas y bototos y más cuerpos. Preguntábamos cuánto quedaba para llegar. ¡Falta poco, falta poco!, era lo único que nos decían", relata. Aguilera recién vino a entender que la situación era grave cuando Gutiérrez y los otros suboficiales a cargo les pidieron que abandonaran sus mochilas y que siguieran adelante sin importar nada más. "Incluso nos pedían que avanzáramos solos y que no nos detuviéramos a ayudar a un compañero. ‘¿Qué prefieren, caminar juntos y caer los dos o caminar cada uno por su cuenta y llegar bien abajo?, nos dijo un compañero de rango mayor", recuerda. A pesar de seguir apoyándose con uno de sus compañeros, Aguilera pronto lo perdió de vista. "Me dijo que quería descansar. No lo vi más". "Cereceda mató a 45 personas" Sin saber para dónde dirigirse, Aguilera siguió su dramático descenso solo. Vio pasar a tres soldados corriendo y la desesperación cundió en su interior. La compañía Andina estaba dispersada. No había oficiales que dieran órdenes y el caos era total. Lo único que importaba era llegar al refugio. "Pensé en mi familia, le pedí ayuda a Dios y seguí. No sé cómo llegué al refugio de la Universidad de Concepción (que estaba sin uso) y vi fuego. Me tiré encima. Mis compañeros me decían que me retirara, que me estaba quemando, pero yo no sentía el calor", afirma. Aguilera y sus compañeros que sobrevivieron a la marcha pasaron la noche en ese lugar en ruinas y al día siguiente bajaron en camiones a Los Ángeles. El joven afirma que en La Cortina, el refugio militar al que debían llegar, los oficiales mayores les dieron la instrucción de no hablar sobre lo sucedido, ni menos contar que compañeros suyos habían muerto. Eso es lo que más le duele ahora al ex soldado. Que aquella institución, que tanto quería, hoy no sea más que un triste recuerdo. "Esa marcha no debió hacerse nunca. Si todas las compañías hubieran llegado bien abajo, mojados y sin comer por dos días, al mayor Cereceda le habrían dado medalla, habría sido héroe. Tuvo que pasar lo que pasó para que no se siga haciendo la marcha en esas condiciones", afirma. En ese sentido no duda en pedir más castigo para el ex uniformado. "La condena que le dieron (a 5 años y un día de presidio efectivo) a Cereceda es mínima para 45 muertos. Poco sería incluso estar toda su vida preso por lo que hizo. ¡Mató a 45 personas y le dieron 5 años! Ojalá estuviera toda su vida encerrado y en una cárcel común y corriente", exige tajante. A su juicio, nada aplacará el dolor, menos para las madres de los conscriptos fallecidos. "Quizás uno que sobrevivió pueda asimilar lo que ocurrió, pero para una madre nunca pasará el dolor. Ni con una bandera, ni con plata", afirma el ex conscripto.
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