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MONOGRAFIA DE LITERATURA ARGENTINA

Enviado por   •  15 de Marzo de 2018  •  4.697 Palabras (19 Páginas)  •  595 Visitas

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A partir del canto IX la protagonista cumple un viaje a través de su soledad y de la soledad de la pampa. La naturaleza se contagia de los dolores de la mujer, que como un fantasma, se aleja sostenida por la fuerza del alma. En la “Advertencia” Echeverría nos dice que María representa:

“La energía de la pasión manifestándose por actos; y por otra, el interno afán de su propia actividad, que poco a poco consume y al cabo aniquila de un golpe, como el rayo, su débil existencia.”

El lenguaje romántico y el lenguaje local:

En este poema se combina expresiones del lenguaje romántico con voces circunscriptas al ámbito regional. El sentimiento da al paisaje una adjetivación de colores sombríos mediante imágenes visuales que idealizan y animizan las horas de un tiempo cronológico. La llanura se torna “lóbrega”, la noche llega “triste y oscura”, y los dos personajes María y Brian, sólo ven la “negra desolación”. El tigre trae “nuevos presagios fatales” y el chajá se presenta como un ave agorera ante el infortunio. En el “Epílogo”, la vasta llanura se contagia de la apacible vida de los muertos.

Esta animización del paisaje es una nota romántica, ya que el poeta no copia la realidad como la ve, sino la que embellece. La otra fuente de ese lenguaje es la introducción de lo que Echeverría en su “Advertencia” denomina “locuciones vulgares”, localizadas en el medio geográfico de la pampa argentina: ranchos-fachinales-maloca-carancho-yajá-ñacurutú-ombú, o en las creencias populares, como la “luz mala”.

“La Cautiva” según Esteban Echeverría:[pic 1][pic 2]

[pic 3][pic 4]

“El Matadero”

Se publicó por primera vez en la “Revista del Río de La Plata” en 1871, veinte años después de la muerte de su autor, gracias a la intervención de Juan María Gutiérrez, quien lo incluyó en 1874 en las Obras completas de Echeverría con una “Advertencia”, en la cual señalaba la importancia literaria e histórica de la obra.

Según Ángel J. Battistessa[1] no quedan dudas en lo que se refiere al tiempo de la acción del relato: 1839, en la cuaresma siguiente al año de la muerte de la esposa de Rosas, Encarnación Ezcurra. Otro dato, el de las lluvias, fue recogido por el diario “La Gaceta Mercantil”, a fines de 1838.

Género al cual pertenece:

Desde Juan María Gutiérrez, que lo llama “croquis” o “bosquejos” con escenas que podrían componer un “cuadro de costumbres”, hasta Ricardo Rojas, quien en su Historia de la Literatura Argentina lo clasifica como un cuento.

Juan Carlos Ghiano[2], por su parte, rastrea los elementos documentales del romanticismo argentino y lo ubica como un relato original del costumbrismo realista, con proyecciones de amplia y fecunda repercusión en la narrativa que se inicia en el siglo XIX juntamente con la novela Amalia, de Mármol.

La visión romántica y el lenguaje realista:

El Matadero es un cuadro de costumbres de corte realista y con proyecciones críticas de la sociedad argentina, en el cual se insertan unidades narrativas que pueden destacarse como relatos independientes: el toro y la muerte del niño; el enfrentamiento entre el joven unitario y los mazorqueros.

La visión romántica y el lenguaje crudo del realismo se entrecruzan en el plano ideológico de ese narrador-testigo. En este relato intervienen personajes antagónicos como la división entre rosismo-antirrosismo, unitarios-federales y, en un plano más amplio y polémico, civilización-barbarie.

La estructura de la obra: su desarrollo en tres planos.

- EL NARRADOR TESTIGO: Hasta el momento en el que comienza la descripción o croquis del matadero de la Convalecencia, el narrador realiza dos operaciones simultáneas: participa como testigo y juez de una situación social y política; describe la ciudad bajo la lluvia y las consecuencias de la falta de carne en Buenos Aires.

- LA PERSPECTIVA DEL MATADERO: es también doble; en la distancia inmediata es grotesca, llena de animación; frente a la realidad argentina es símbolo del país. La narración avanza en los siguientes episodios: a) la lucha de las negras, b) el juego de los muchachos, c) el toro que huye, d)el muchacho degollado, e) el accidente del inglés, f) triunfo de Matasiete sobre el animal. El lenguaje directo, las palabras grotescas, las burlas, nos presentan un cuadro de barbarie, bajeza, de sangre y de “cinismo bestial”.

- EL CUENTO Y EL DISCURSO: la última parte presenta el enfrentamiento los carniceros federales, encabezados por Matasiete, y el joven unitario que muere en defensa de su dignidad. El diálogo del joven, personaje con caracteres románticos, es un verdadero discurso contra el Restaurador. Ese discurso es sostenido en el párrafo final por la opinión del narrador quien ha dispuesto la ironía del principio, para denunciar a los federales y sus métodos bárbaros.

DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO:

Nació en la ciudad de San Juan el 15 de febrero de 1811 y murió en Asunción del Paraguay el 11 de Septiembre de 1888. Maestro de la escuela, periodista, escritor, militar, ministro, diplomático, educador, presidente de la República, desarrolló una gigantesca obra en el período de la organización nacional.

Fue un protagonista relevante de la historia política Argentina, como escritor lego a los americanos una vasta y trascendental producción literaria, en la cual su estilo, informe y tumultuoso, es un ejemplo elocuente de la prosa romántica.

Hijo de José Clemente Sarmiento y de Paula Albarracín realizo sus primeros, con su tío Fray José de Oro. Fue luego soldado del general Paz y en 1828 debió emigrar a Chile. De regreso a su provincia fundo le periódico el Zonda.

Viaja a Europa y a su regreso pública viajes Recuerdos de provincias y Argiropolis. En 1852 toma parte en la batalla de Caseros pero después de un enfrentamiento con Urquiza, vuelve a Chile.

En 1855 radica en Buenos Aires y ejerce el periodismo en una actividad incesante a favor de la educación popular.

Pasadas las guerras civiles, Sarmiento comienza a recoger, en el ocaso de su vida, el reconocimiento de sus compatriotas. Su colosal figura, que es la de “Un provinciano en Buenos Aires y la de un porteño en las provincias”, sintetiza una sola ideología permanente: la Lucha a favor

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