Elliott erwitt yla mirada irónica.

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Mirar el mundo ya no basta, el contacto con el resto determina tanto nuestra posicion como nuestra existencia. Cada uno tiene su manera de ser y tanto de mirar. Esta foto yuxtapone un vidrio roto al ojo de un niño, su vision, quebrantada por fuerzas exteriores, aparece como diferente, unica o mas bien particular. El hecho de que mire directamente al visor de la camara transgrede aquellas miradas que por siempre quedan posadas lejos de nuestros ojos. Somos espectadores de un par de ojos que no nos ven, asi como no podemos ver a traves de los ojos de otro. Realidad individual, un fragmento de ella, tal como una foto encuadra y separa. Individual pero a la vez colectiva, ya que probablemente sea observada. Existen multiples puntos de vista, unos retienen otros olvidan.

[pic 5]

1950

“ No pasa nada mientras estás sentado en casa. Siempre que puedo me gusta llevar una cámara conmigo a todos los lados… así puedo disparar a lo que me interesa en el momento preciso” Elliott Erwitt

La fotografia se encargo de nuestra falta de memoria. Esta aparece como expansion de la mirada y el recuerdo subconciente. Nuestras memorias se asemejan a lo vivido, vuelven bajo el molde de lo visto distorsionado por el pasar del tiempo. Esta foto contiene tanto la mirada como lo visto, como si el hombre de anteojos fuera una camara también. El operator (y tambien espectator al momento de tomar la foto) recurre a re encuadrar la mirada del hombre, transformandolo en operator tanto como espectator también. Admite que el mirar es fotografiar, vivir dentro de una fotografía en movimiento, que bien puede ser congelada y subrayada. Ojos que ven como los otros miran el mundo que tambien vivimos. No hay un punto de vista que importe mas que otro, todos ven y no por eso lo harán “bien” o “mal”. Erwitt en esta foto carece de importancia, tán pequeño y acorralado por los anteojos del uniformado queda en segundo plano señalando que no es importante quien mire sino tan solo hacerlo.

Este analisis aparece como un espectador ante una foto, tan solo especula sobre lo que ocurrió. No trata de justificar ni de aprobar nada. Erwitt no necesita recurrir a las palabras para expresar su punto de vista y hasta su historia, las cosas hablan por si mismas, tal como las miradas o la carne al rojo vivo.

La ironia resulta ser la mejor manera de reaccionar al horror.

BIBLIOGRAFÍA.

Roland Barthes, “La Cámara Lúcida”.

John Berger, “Mirar”.

Noël Burch, “El tragaluz del infinito”.

Jacques Lacan, “El estadio del espejo como formador de la función del yo”.

2016