Análisis sobre el mercader de Venecia

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Antonio tiene un problema con sus mercancías y no puede pagarle a él judío usurero Shylock el cual reclama justicia ante el Dux, pues se ha incumplido por parte de su deudor Antonio la obligación que se derivó de su engañoso y truhan contrato. Es por eso que en su calidad de acreedor tiene derecho a reclamar lo que se había pactado, es decir la libra de carne del cuerpo de Antonio.

Esta situación nos lleva a una reflexión, es ¿justo lo que pide el judío? ¿El contrato es justo y proporcional? ¿Se puede pactar algo tan in humano como una libra de carne de su propio cuerpo si se llega a incumplir la obligación? Y es aquí donde entra en juego la palabra justicia que para platón “el hombre puede reconocer lo que es justo y acceder a la idea de la justicia por reflexión, experiencia y razón”.

Si lleváramos a nuestra actualidad jurídica esta situación seria totalmente ineficaz e ilegal la cláusula puesta por el acreedor que como ya lo apuntamos con anterioridad era la libra de carne del cuerpo del deudor en caso de incumplimiento.

Analizando el contexto histórico de la obra el mercader de Venecia podemos afirmar que en el actuar de Shylock podemos ver una figura llamada la “venganza privada” que etimológicamente hablando sencillamente es la satisfacción que se toma del agravio o daños recibidos, en este caso el judío alega ante el dux el daño que recibió por parte de Antonio de no pagarle la suma que le presto, y no cumplir el contrato en el plazo estipulado. Además como argumento expresa que se deben cumplir con las leyes y de no ser así las relaciones comerciales de Venecia se vendrían a pique pues dicha cuidad vive del comercio, y si no le dan una seguridad jurídica a los extranjeros esto llevaría a un declive, pero porcia disfrazada del abogado argumenta que la petición del judío de la libra de carne del cuerpo de Antonio es algo inhumano y va en contra de los preceptos de Dios.

El judío al saber que posee una leve ventaja en el litigio exige el cumplimento de las clausula por incumplimiento del contrato, a lo que porcia quien estaba suplantando al abogado Baltazar afirma que la cláusula del contrato habla de un libra de carne pero no de sangre, si este al retirar la libra de carne del cuerpo de Antonio derramare una sola gota de sangre todos los bienes del judío serán confiscados de acuerdo a las leyes de Venecia. Y si este toma más de una libra perderá su vida, así porcia afirma que el judío tendrá la justicia que tanto busca y exige. Este al final al verse entre la espada y la pared afirma que ya no quiere nada.

Sin entrar en todos los detalles que sucedieron en este acápite de la historia, podemos ver que de un negocio jurídico entre el judío y Antonio se desprende un contrato de mutuo comercial y de este toda una cadena de figuras jurídicas como lo son las cláusulas de incumplimiento del contrato, la costumbre mercantil, la venganza privada, el fiador pues quien en primeras solicito el crédito al judío fue basanio pero quien respaldo su deuda con sus bienes fue su amigo Antonio.