PASAJE SUNDANCE.

...

No puedo hablar de festivales de cine independiente sin mencionar los festivales de Sundance y Cannes. En este momento se está llevando a cabo el americano, organizado por el Sundance Institute de Utah, estados unidos. Inició como la alternativa al cine independiente tradicional que se premiaba en Cannes, pero ha ganado fama con el paso del tiempo y se ha conseguido su propia fama. Su puesto como festival alternativo y joven lo ha tomado el Festival South by Southwest que inauguró su festival de cine a inicios de los 2000. Estos festivales poseen una magnitud que acá en Lima solo podríamos soñar. Más allá de nuestros invitados internacionales, la influencia de nuestros festivales es casi mínima. A pesar de tener muy buena intención, pasan casi totalmente desapercibidos para la prensa común, y no se nota la presencia de una prensa especializada. Solo podemos esperar que nuestros festivales sigan realizándose, mientras tanto tendremos que salir a las calles y buscar el cine que queremos como se caza la comida que se necesita para sobrevivir.

Felizmente Lima vive en un festival constante. Solo hace falta ir al distrito de Jesús María, con sus infinitas galerías, para ver películas colgadas en todas las puertas “Oferta 5 x s/.10” en todas. Tal vez los comerciantes no sean los bastos conocedores del Pasaje 18, pero sirven de dealer cuando uno se quiere dar un gusto, y si se tiene buen ojo se puede encontrar cosas que no encontrarías en ningún otro hueco, porque son películas que cayeron en esa puerta por casualidad, por error, porque el dueño la sacaba si se daba cuenta de que no era de cartelera. Así se vive el cine en Lima, así se vivirá por un tiempo.

Lo mínimo que podemos esperar es que el internet tenga una influencia suficiente como para que la gente note que existen cámaras más allá de Estados Unidos. Y en el mejor de los casos eso se verá en las futuras generaciones de cineastas y espectadores, que sabrán elegir y pedir las películas a los cines. Por ahora el cine está reducido a entretenimiento, como la música y, en menor medida, los libros. El cine no dejará de estar lleno de explosiones y efectos especiales por más festivales de cine independiente que haya en el mundo. Pero podemos soñar con un día en el que el cine independiente tenga un espacio más amplio para mostrarse y una competición más leal con los grandes estudios de cine, mientras más cineastas sean fieles a su visión de lo que es el arte más esperanza podemos tener en el futuro.