Siete tesis para una teoría constitucional de mercado
Enviado por Mikki • 27 de Noviembre de 2018 • 1.057 Palabras (5 Páginas) • 438 Visitas
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- NINO CARLOS “Sobre Necesidades Básicas”
Las necesidades se distinguen de los deseos. Si bien la necesidad depende de los deseos del agente, hay un sentido absoluto en el que la necesidad está fijado como parte del concepto. Las necesidades están sujetas con el fin de promover la autonomía de la persona. Pero esta posición parece paradójica porque conduce a frustrar deseos previamente formados para proteger la formación de otros deseos.
La autonomía personal tiene dos caras: su creación y su ejercicio. La primera no depende de los deseos y preferencias de la gente, mientras que la segunda si depende.
En el caso de escases de bienes, pone de manifiesto cuando se encara no la cuestión del valor de la autonomía, si no la distribución. En una distribución igualitaria ese valor debe operar en la dimensión de la libre elección o en la materialización. Nadie valora los bienes primarios, sino por la utilidad o satisfacción que prestan. Basarse en los bienes primarios es la única manera de hacer que los individuos sean responsables de sus deseos o preferencias.
- BOVERO, MICHELANGELO: “Ciudadanía y derechos humanos”
El concepto de ciudadano tiene un creciente carácter ambiguo y problemático. Los ciudadanos no deciden ya las políticas que presiden su vida. La gente que compone la población tiene nación, sexo, religión, familia y vecinos, propiedades o compañeros de trabajo —y raza, aunque pocos lo saben aún—: tiene vínculos. Vínculos tradicionales. Traídos por la historia o impuestos por la necesidad. Los vínculos muestran agrupaciones particulares de seres humanos: permanentes, como las familiares y locales; o repetidas y puntuales, como los encuentros entre mujeres, en mitad de su trabajo doméstico. Los vínculos tradicionales están predispuestos para anudarse por el lenguaje mismo, por las costumbres grupales. Sobreviven a las generaciones.
Los ciudadanos son los sujetos de los derechos sin poder. De la delegación en el Estado y el mercado. De la privatización individualista.
Los ciudadanos se han doblado en siervos al haber disuelto su poder, al confiar sólo al Estado la tutela de sus derechos, al tolerar una democratización falsa e insuficiente que no impide al poder político privado modelar la «voluntad estatal», que facilita el crecimiento, supraestatal y extraestatal, de este poder privado.
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“El mercado, por ejemplo, se lo entiende en ocasiones como un arreglo institucional para satisfacer necesidades; es por tal razón que se lo califica como una institución económica, pues genera una asignación de los recursos escasos para satisfacer necesidades ilimitadas” (CORTI, pag 1)
“Wiggins contesta al economista que le pregunto si una necesidad no es al fin y al cabo un deseo por
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