Políticas Públicas en Educación, Ciencia y Tecnología en Colombia: un asunto de inversión, gestión y administración.
Enviado por Rimma • 17 de Enero de 2018 • 2.731 Palabras (11 Páginas) • 497 Visitas
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Mediante la implementación del Plan Vive Digital, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones buscó “impulsar la masificación y el uso de Internet a través del desarrollo y uso eficiente de infraestructura y la promoción y apropiación de los servicios TIC”. (Departamento Nacional de Planeación, 2011) Loable iniciativa que hasta el momento va por buen camino si se tienen en cuenta las cifras dadas por el Ministerio de las TICs en esta materia.
En cuanto a las líneas estratégicas de dicho plan vale la pena destacar el desarrollo, promoción y uso eficiente de infraestructura, de contenidos y aplicaciones así como de servicios en los distintos sectores que van desde el financiero, pasando por el de justicia, hasta llegar al de ambiente, defensa, cultura para finalmente llegar al de prevención y desastres.
Si bien todos y cada uno se constituyen en niveles preponderantes del estado y sus políticas, es tal vez el de educación uno de los más representativos; toda vez que “el Gobierno nacional consolidará a las TIC como plataforma tecnológica para mejorar la cobertura, la calidad y la pertinencia de los procesos educativos, fortalecer la fuerza laboral en el uso de las TIC y promover la generación y uso de contenidos educativos” (Departamento Nacional de Planeación, 2011)
Vale la pena destacar que aunque son diversas las ventajas que proporcionan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) aplicadas a la enseñanza; su eficacia depende de variables tales como: “el papel de los intervinientes en el sistema, la estructuración de los contenidos, los contextos donde se aplique y su estructura organizativa; teniendo en cuenta que las mismas surgieron fuera del ambiente educativo”. (Cabero, 2002)
Por último se considerará lo establecido en el Plan de Desarrollo que se encuentra en construcción, bajo el nombre: “Todos por un nuevo país” y en el que se dice que con el objetivo de “alcanzar incrementos en la productividad, se requieren mejoras en las capacidades de innovación y absorción tecnológica de las empresas colombianas” (Departamento Nacional de Planeación, 2015)
Las líneas estratégicas de este plan están concentradas en tres aspectos: paz, equidad y educación. Parece algo paradójico que sea precisamente este gobierno el que pretenda dar fin a un conflicto que lleva más de medio siglo, hablar de igualdad de oportunidades un gobernante que hace parte de la oligarquía del país y que fue educado en las mejores universidades estadounidenses así como llegar a creer que Colombia se va a convertir en la más educada en menos de diez años.
Es evidente el rol influyente que ha tomado la educación en el mundo contemporáneo “debido al valor que ha adquirido el saber como condición indispensable para el desarrollo de los pueblos” (Cano, 2010). De forma tal que conscientes de dicho significado muchos gobiernos que carecen de recursos naturales han acogido al conocimiento como su principal fuente de recursos económicos.
Contrario a lo anterior, esta administración en conjunto con las últimas cinco han realizado ingentes esfuerzos por derrochar, concesionar y explotar en forma indiscriminada; no solo los recursos naturales con que contaba el país, sino que en su afán por “estar a tono” con las políticas dictadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional transformaron el sistema educativo en una colcha de retazos. El resultado, personas incompetentes, sin sentido crítico y, lo que es peor, sin identidad ni valores.
La situación es tan deplorable que es reconocida por el mismo gobierno al expresar que “en Colombia el (…) deterioro de la calidad de la educación es notorio, de acuerdo a los resultados obtenidos en áreas como las matemáticas, ciencias y lenguaje, ya que estas áreas generan un conjunto de conocimientos y capacidades, que permiten a las personas continuar aprendiendo a lo largo de sus vidas (Ministerio de Educación Nacional, SABER, 1992).” (Cano, 2010)
De manera que la solución después de años de desidia y olvido parece estar en la educación. Una educación al alcance de todos. Es, en este punto, donde toman sentido las propiedades que ofrecen las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Si bien son muchas las utilidades ofrecidas por estas últimas, es claro que se ha dejado de lado un aspecto relevante del proceso: el sistema educativo.
Así es, el sistema educativo colombiano. Se debe reflexionar acerca de lo que las políticas educativas del mundo globalizado han generado en los educandos. Aunque en el papel se promulgan derechos para todos, en la realidad se evidencia que las iniciativas son un fracaso. Solo quienes van en contravía del sistema son los que alcanzan el éxito.
De manera que por estar preocupados por responder a los dictámenes de organismos internacionales, se han dejado de lado los intereses, expectativas, habilidades y capacidades de los educandos colombianos. Al respecto es significativo considerar que “la falta de la calidad de la educación, constituye hoy día el principal problema educativo en los países (Toranzos, 1997), debido a la crisis del modelo educativo mundial.” (Cano, 2010)
Por tanto, acceder a un programa de pregrado habiéndose graduado como estudiante regular en una institución estatal es un asunto destinado a unos pocos. Una prueba fehaciente de tal situación, del modo como desde el gobierno se promulgan leyes que promueven, ahondan y amplían cada vez más la brecha social, es el programa “ser pilo paga”. Una iniciativa que pone de manifiesto cual es el sentido y el talante del gobierno; a propósito de la educación.
Ahora bien, “el país se encuentra en el medio de un proceso de aprendizaje interesante, estimulado por el crecimiento estable de su economía. Un aprendizaje que se nutre de ensayos y errores, derivados de la incertidumbre que significa comenzar a (re)pensar y poner en práctica una serie de políticas para generar un proceso de desarrollo económico-social basado en la producción científico-tecnológica y en la generación de innovación.” (Zuluaga, 2013)
En consecuencia, son muchos los retos derivados de dicho aprendizaje; ya que a pesar de los errores cometidos, existe ya un camino que se ha andado que no vale la pena volver a sortear. Por el contrario, es gracias a lo hecho hasta el momento, de donde los ciudadanos del común deben tomar partido tanto en las decisiones que el gobierno toma en función de sus obligaciones y quehaceres constitucionales así como en lo que se extralimita o deja de hacer.
Aun cuando “lo público está determinado por el lugar de enunciación en el que se
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