ARTE Y CULTURA VISUAL: Una aproximación al estudio de las imágenes

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La lectura de un Atlas no se realiza de manera secuencial como se haría en un catálogo. La lectura del Atlas es abierta e indeterminada, cada imagen nos lleva a otras nuevas, a menudo de naturaleza muy diferente, y en cuyas correspondencias, lejos de basarse en analogías conceptuales, yacen a menudo profundas relaciones subconscientes, espontáneas y difíciles de determinar a priori.

El Atlas Mnemosyne constituye una obra de referencia que transforma el modo de ver las imágenes. Por consiguiente, la producción artística se ve afectada en el desarrollo de las mismas, siendo que, la interpretación, la organización y la lectura influyen en el arte moderno. Estas ideas se alejan de los esquemas académicos e históricos del arte y como menciona Didi-Huberman, constituyen una “nueva forma de contar la historia de las artes visuales” (2010, p.2).

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Aby Warburg, lámina 45 del Atlas Mnemosyne

En esta dirección, podemos asociar las ideas de Aby Warburg con algunos conceptos abordados por André Malraux. Quien compartía con

el Atlas warburguiano el uso de la reproducción y del fragmento, junto con la idea de vincular en imágenes distintas temporalidades, desligándolas en apariencia de su contexto específico.

Malraux mencionaba que gracias a la fotografía en blanco y negro y a la reproducción, se generaba una aproximación entre los objetos que representa generando un parentesco. Un cuadro, una escultura, por ejemplo, reproducidos sobre una misma página se vuelven parientes. Pierden su color, su materia -su volumen en el caso de la escultura- pierden su especificidad. Destaca que “la reproducción ha creado artes ficticias al falsear sistemáticamente la escala de los objetos” (Malraux, 1956, p.2). El fragmento es un maestro de las artes ficticias. Puesto en valor por su representación e iluminación escogida, permite una reproducción, así se convierte en uno de los más modestos habitantes del Museo Imaginario. La estética clásica iba del fragmento al conjunto, la nuestra, del conjunto al fragmento, se encuentra así en la reproducción un auxiliar incomparable.

El Museo Imaginario, propuesto por Malraux, es un museo subjetivo, ya que combina épocas y estéticas. Consiste en la posibilidad de crear un museo compuesto únicamente de reproducciones fotográficas y era “imaginario” en tanto que no requería de un soporte material para su existencia. Es un museo hecho a medida, en donde se pueden recuperar artistas y obras olvidadas. No tiene límites espaciales porque caben todas las obras que se desee. Es portátil (por ejemplo, si es un álbum). Y se lo podrá visitar cuando se desee. Su contra, es la perdida de fidelidad con el original, ya que con la reproducción se pierde la escala, el volumen, el color. Por lo tanto, en el Museo Imaginario, la función de la reproducción es el conocimiento, que no puede sustituir la experiencia de contemplar el original.

Tanto Warburg como Malraux, se sirven del formato fotográfico para traer ante la presencia del espectador las obras de arte más dispares, y las ordenan de modo que sea posible generar una lectura entre ellas por medio de relaciones internas al conjunto. Pero si bien destaca el parecido de las fotografías dispuestas por Warburg y Malraux para sus respectivos proyectos, existen divergencias en los objetivos de cada uno. El Museo Imaginario de Malraux incidía en los cambios de la recepción estética de las obras de arte y trataba de anunciar la llegada y necesidad de un nuevo concepto de museo en el que no fuera imprescindible la presencia física de las obras. Por el contrario, el Atlas de Warburg servía como método para el estudio iconológico de las imágenes procedentes de diversas épocas y localizaciones geográficas.

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André Malraux y su Museo Imaginario, 1947

INFLUENCIAS DEL MÉTODO

Las ideas desarrolladas por Aby Warburg entre 1924 y 1929 han sido adoptadas en reiteradas ocasiones por diferentes artistas, quienes aplican su método para llevar a cabo la producción artística.

Podemos destacar como una aproximación a la idea de Atlas la obra del artista francés Marcel Duchamp, quien realiza entre 1936 y 1941, Boîte en Valise, un prototipo de museo viajero que consistía en una caja a modo de maleta manejable en la que exponía reproducciones en versión reducida de sus pinturas y esculturas más significativas haciendo uso de la fotografía. El artista genera una valija de viaje tridimensional y desplegable que le permitía llevar a todas partes sus grandes trabajos en donde pone en relación mediante el montaje una selección en miniatura y compuesta de fragmentos de su producción artística.

A su vez, esta obra funciona como antecedente a las ideas desarrolladas por Malraux, ya que, a través del uso de la reproducción, el artista realiza su propio museo imaginario, confeccionado a medida y de manera subjetiva. Engloba sus diferentes producciones artísticas en un todo. En donde no hay una existencia espacio-temporal. Por otro lado, como ya mencionamos, una de las características del Museo Imaginario es la pérdida de fidelidad con el original, por lo cual el artista en sus primeras veinte maletas -realizadas personalmente por él- incluía en cada uno de los ejemplares obras nuevas que la hiciesen única y original.[1] Las siguientes piezas, por el contrario, no contenían ningún original, dado que el artista había derivado el trabajo cansado del proceso repetitivo y lento que requería cada una de las obras.

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Marcel Duchamp, Boîte en Valise, 1936-1941

Por otro lado, el artista alemán Gerhard Richter, en 1962 comienza a coleccionar fotografías propias, de revistas, recortes que almacena sin distinciones y sin indicar las fuentes. El artista continuará esta actividad a lo largo de toda su vida y la vinculará estrechamente con su investigación artística. Realiza un Atlas compuesto de fotografías encontradas, recortes de revistas, fotografías tomadas por él mismo, collages, esbozos, dibujos, y ejercicios sobre las imágenes. Su Atlas es el documento entre la realidad y su modo de ver. Actúa como una versión autobiográfica dada por el uso de las imágenes. Experimenta con imágenes heterogéneas las cuales elige, corta, pega y luego dispone en paneles a través del método del montaje. En el proceso de construcción, las imágenes, pasan por una “mesa de trabajo” donde el artista las desmonta y las reproduce apropiándose