Antecedentes generales del sistema de seguridad social.

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Para que el sistema funcionara y tuviera recursos y fondos, se establecio que estos se darían de manera colaborativa, tripartita en la que el estado, los patronos y los empleados o trabajadores abonarían ciertos porcentajes al sistema y con ello propenderían por su funcionamiento, cosa que tampoco se cumplió, el estado, quien debió hacer su aporte, prefirió destinar ese recurso a otra problemática que aunque muy social, no fue de mucho impacto en lo que se invirtió, dejando al sistema sin uno de los aportes mayoritarios creándole un hueco fiscal tremendo a este primario sistema que empezó a funcionar con las uñas y que además de ello se convirtió rápidamente en el juguete de la politización , que encontraron en él , el perfecto aliado de campaña, resumiendo en una frase : votos, por puesto en el ISS.

De alguna manera y luego de tomar como base el modelo alemán, que protege a todos los trabajadores sin distinción, y de apartar de la obligaciones de aportes al estado, dejando los aportes solamente bipartitos, patrones y trabajadores aportantes y sostenedores del sistema, este comenzó a ver una luz de esperanza y de organización, pequeña, pero que daba la ilusión del renacimiento de un sistema para todos los trabajadores y con ello, se da de manera asequible el ingreso a los trabajadores privados aportantes, de los cuales sus aportes serian administrados directamente por parte del ISS, y para los trabajadores oficiales, la administración de sus aportes se daría por parte de la caja nacional de previsión, quedando por fin protegidos y adjuntos al sistema, todos los trabajadores “sin distinción de estrato”.

Así, continúan la expedición de leyes y decretos para entrar a regular los aspectos faltantes en cuanto a los nuevos participantes del régimen de seguridad social, y además regular aspectos para los demás trabajadores que aún no se habían dejado en claro o que aún no se habían regulado.

Pero tristemente el sistema estaba padeciendo una enfermedad terminal, triste y dolorosa, infectándolo y aquejándolo el virus de las malas decisiones políticas, administrativas y financieras, permitiendo que sus pocos recursos fueran arrebatados, utilizados he invertidos en temas distintos a los que atañen al sistema de protección o seguridad social, invirtiendo en otras instituciones para salvarlas de la liquidación que era más que inminente y luego de que sucediera lo ya previsto, nunca recibió de vuelta de esas liquidaciones, los pocos recursos invertidos y tan necesarios para sí misma, quedando el sistema de la seguridad social en un coma inducido y apunto de fallecer.

Con el Doctor Luis Fernando Ramírez, ministro de trabajo en ese momento, se presentó un proyecto de ley que contemplaba reformas al sistema, queriendo copiar el instaurado en chile, proponiendo reformas solo desde el ángulo de las pensiones, por lo cual y de manera rápida el congreso le devuelve el proyecto y le indica tener en cuenta no solo ese aspecto pensional, si no abordar todo lo referente a la seguridad social y le da visos para reformular el contenido del proyecto de ley.

Nace la ley 100 de 1993 y con ella el “sistema de seguridad social integral”, decidiendo conservar los regímenes instaurados y funcionales hasta el momento, siendo administrados por el ISS y por fondos pensionales, se da vía al sistema general de seguridad social en salud, contributiva y solidaria, además del sistema general de seguridad social en riesgos profesionales y se imprime dentro de esta nueva ley principios reguladores que darían a la misma un plus de confianza, legalidad y eficacia.