Asma Bronquial Realidad Problemática

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Los factores climáticos influyen en la aparición de asma, ya que esta enfermedad es más común en los climas húmedos, en las regiones frías y sobre todo cerca del mar. La exposición al aire frío, puede ser un factor importante en el desencadenamiento de las crisis, ya que produce liberación de radicales libres de oxígeno por las células inflamatorias (neutrófilos, eosinófilos y otras) y provoca broncoconstricción, la inducción de la secreción de moco y escape microvascular. El tiempo húmedo, que estimula el crecimiento de las esporas del moho, y el tiempo seco y ventoso, que esparce el polen y el moho por el aire, también pueden causar problemas. En ciertas zonas, el calor y la luz solar se unen a los contaminantes y crean ozono a nivel del suelo, otro desencadenante del asma.

Farreras (2012) define a la atopia como el estado de hipersensibilidad anómala que presentan ciertos individuos ante la presencia de sustancias o condiciones que para el resto de la población son inocuas. Los pacientes atópicos presentan reacciones de hipersensibilidad Tipo I mediadas por Ig E. La atopia es el principal factor de riesgo para desarrollar asma, y las personas no atópicas tienen un peligro pequeñísimo de presentar la enfermedad. Los asmáticos por lo común padecen otras enfermedades atópicas, en particular rinitis alérgica, que puede identificarse en más de 80% de ellos, y dermatitis atópica (eccema). En países desarrollados se puede identificar atopia en 40 a 50% de la población, pero sólo una proporción de tales individuos terminan por ser asmáticos. La observación mencionada sugiere que otros factores ambientales o genéticos predisponen a la aparición de asma en personas atópicas.

El estrés psicológico es un problema cotidiano en los seres humanos. A cada momento las personas se enfrentan a estímulos adversos en el hogar, el trabajo y como consecuencia de la vida en las ciudades. Las respuestas fisiológicas les permiten adaptarse, pero la exposición prolongada a los estresores o los estilos inadecuados de enfrentamiento a ellos, les conducen a niveles elevados de glucocorticoides y catecolaminas con trastornos del equilibrio del sistema inmune y aumento de la susceptibilidad a diferentes enfermedades como el asma bronquial. Muchos asmáticos indican que sus síntomas empeoran con el estrés. Es indudable que ciertos factores psíquicos inducen broncoconstricción a través de vías reflejas colinérgicas, desencadenando así la enfermedad.

Ante estos factores críticos que desencadenan el asma bronquial, las evidencias más importantes que pudimos rescatar de lo observado en los pacientes fueron las siguientes: dificultad respiratoria, tos, astenia, sibilantes, sensación opresiva en el pecho, cianosis y aleteo nasal.

La dificultad para respirar es un aumento del esfuerzo para introducir o expulsar el aire de los pulmones, debido, generalmente, a la obstrucción más o menos intensa de las vías respiratorias. La dificultad para respirar es la urgencia real más frecuente en los niños. Junto con la fiebre, es uno de los síntomas que más alarma generan en la familia.

La tos es un signo respiratorio muy frecuente, demasiada tos puede significar la presencia de una enfermedad o trastorno. Algunas toses son secas, mientras que otras son productivas. Una tos productiva es aquella en la que se arroja moco, también llamado flema o esputo. La tos puede ser aguda o crónica: La tos aguda generalmente comienza de manera repentina y a menudo se debe a un resfriado, una gripe o una infección sinusal y la tos crónica dura más de 3 semanas. En pacientes asmáticos la tos destaca mayormente por ser seca, irritativa y persistente, además de presentarte mayormente por la noche o en las primeras horas de la mañana.

La astenia es un síntoma presente en varios trastornos, caracterizado por una sensación generalizada de cansancio, fatiga, debilidad física y psíquica. Por lo general aparece al amanecer, es decir, predomina por la mañana y resulta variable al transcurrir el tiempo. La astenia puede afectar las funciones intelectuales: pérdida de la memoria, menor atención, concentración y vigilancia.

Los sibilantes son sonidos respiratorios patológicos clasificados como un ruido adventicio. Son ruidos continuos, generalmente múltiples, de alfa frecuencia y tonalidad musical. Generalmente los pacientes los relatan como silbidos, ruidos al pecho, u otras expresiones. Es más frecuente que los pacientes tengan esta sensación en decúbito, en las noches.

La sensación opresiva en el pecho es una sensación de compresión o dolor opresivo a nivel del tórax, en el centro del esternón. En ocasiones no llega a ser un dolor sino sólo una molestia, pero en general de características opresivas. Se puede producir en hombres y mujeres de cualquier edad. Cualquier órgano o tejido en el tórax puede ser el origen del dolor, incluso el corazón, los pulmones, el esófago, los músculos, las costillas, los tendones o los nervios. El dolor también se puede propagar hacia el tórax desde el cuello, el abdomen y la espalda.

El aleteo nasal es el ensanchamiento y abertura involuntaria de las fosas nasales durante la respiración, denota un esfuerzo a la hora de la inspiración, se observa sobre todo en bebés y niños pequeños. En el asma se puede observar durante la crisis pues la broncoconstricción, disminuye el flujo de aire y se produce el aleteo nasal como mecanismo compensatorio.

La cianosis es la coloración azulada de las mucosas y la piel generalmente en los dedos, además de frialdad al tacto, se hacen más evidentes en los labios y en las uñas. En los asmáticos se puede observar en las crisis, pues denota un signo de gravedad ya que no hay oxigeno suficiente en el torrente sanguíneo.

Finalmente podemos concluir que nuestro principal propósito de investigación es conocer los principales factores de riesgo que aumentan las probabilidades de contraer el asma bronquial en niños menores de 6 años en el Hospital Belén de Trujillo en el periodo mayo-junio del año 2015.