CONDUCTA DELICITIVA Y SU EFECTO DENTRO DE LA SOCIEDAD

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Siguiendo la teoría de Merton de la anomia, Cloward y Ohlin describen la subcultura de forma distinta; consideran la mayoría de los casos de delincuencia como la actividad decididamente encaminada a la adquisición de bienes materiales por medios ilegítimos. Su explicación de la subcultura difiere de la de Cohen en que consideran la delincuencia como una reacción frente a la ausencia de oportunidades de conseguir la meta de unos ingresos económicos elevados mediante el trabajo personal u otros medios legítimos, y la consiguiente sustitución de dichos medios por otros ilegítimos para conseguir dicha meta. Pero, igual que Cohen, estos autores opinan que la subcultura se manifiesta en forma de banda y el hecho de pertenecer a una de ellas hace obligatoria la delincuencia: “ciertas formas de delincuencia son requisitos esenciales para el desempeño de las funciones principales inherentes a la subcultura”.

Pero, a pesar de que son diversos los postulados sobre la criminología, y data sus estudios desde hace más de 100 años, no de igual forma se ha venido avanzando desde una política criminal, el estado no ha evolucionado al mismo paso que los teoristas, por lo que se ha abierto una brecha importante entre el sistema de justica y la actividad delictiva. Denuncia Román que la única respuesta ha sido aumentar el sistema de control represivo (más cárceles, más delitos) en vez de bajar y prevenir la conducta y sus causas. De otra parte, señala que el sistema de justicia criminal ha sido demasiando complejo, grande, lento, inoperante y hasta injusto en sus sistemas de manejo y aplicación de castigos. La presencia de un estado asistencial, la desmoralización de la gente, la falta de una distribución apropiada de los recursos contribuyen a perpetuar la hostilidad, los conflictos y la desigualdad que en algunos individuos puede provocar conducta antisocial como la única vía de salida.