CONSECUENCIAS EN LA SALUD HUMANA POR LA TOXICIDAD DE LAS BASURAS
Enviado por Ledesma • 28 de Noviembre de 2018 • 5.916 Palabras (24 Páginas) • 450 Visitas
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De acuerdo a Martí (2011), “se calcula que hoy son utilizadas unas 100.000 sustancias químicas y entre ellas unas 4.000 y 8.000 están bajo sospecha de toxicidad. El medio ambiente en general, interior de los hogares y puestos de trabajo, están cada vez contaminados por más sustancias”. Acudimos a este ejemplo como muestra de que una gran cantidad de los químicos usados a diario, más adelante se convierten en desechos tóxicos y basuras, que afectan de manera significativa la salud e integridad de los seres vivos, porque los animales y las plantas también son víctimas de nuestras malas acciones.
Lamentablemente, estamos muy lejos de contar con políticas públicas para disminuir la generación de basura, ya que no se dispone de rellenos sanitarios modernos que garanticen el control adecuado de los contaminantes, ni tampoco con los mecanismos para hacer cumplir las leyes que dictan la obligatoriedad de separar los residuos orgánicos (que se descomponen o degradan, como restos de comida) de los no orgánicos (no se degradan con facilidad, pero pueden volver a utilizarse, como vidrio, metal y plástico). (Salud y medicina, 2011)
En relación a lo que acontece en nuestro planeta, La Unión Europea, en la Revisión intermedia, por parte del Parlamento, del Plan de Acción sobre medio ambiente y salud 2004- 2010, Consideró que:
-Las enfermedades respiratorias son la segunda causa de mortalidad, incidencia prevalencia y gasto en la UE y que sigue en crecimiento también debido a la contaminación atmosférica exterior e interior.
-La compleja influencia combinada de los contaminantes químicos y algunas enfermedades crónicas.
-Cada vez son más los datos científicos para afirmar que muchos cánceres (vejiga, huesos, pulmón, piel, mama y otros) son producidos al menos en parte por factores ambientales (productos químicos, partículas a la atmósfera, radiaciones, etc.)
-En los últimos años han aparecido nuevas enfermedades o síndromes como: la hipersensibilidad química múltiple, el síndrome de amalgamas dentales, la hipersensibilidad a los campos magnéticos, el déficit de atención con hiperactividad, etc. Con fuertes sospechas de factores etiológicos ambientales.
-El principio de precaución (incluido en el Tratado europeo desde 1992) es fundamental en la política de protección en el tema de medio ambiente y salud.
-La importancia del control biológico humano como instrumento de evaluación del nivel de exposición de la población a los efectos de la contaminación. Así como la conveniencia de un registro epidemiológico, a nivel europeo, de personas con enfermedades vinculadas de alguna manera a factores ambientales.
A causa de este problema en aumento, en noviembre de 2010, treinta y nueve asociaciones de ecologistas afectados, sindicatos y sociedades científicas (entre ellas el CAPS y la Sociedad Española de Epidemiología) por iniciativa del Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS), se dirigió a la ministra de Medio Ambiente y al presidente del Gobierno, manifestando la preocupación por los crecientes riesgos ambientales para la salud y la poca actuación de las administraciones públicas en la prevención de estos riesgos.
En nuestro contexto (Cali), podemos observar que las basuras no solo afectan a las comunidades cercanas a ellas, sino a la mayoría de la ciudad; un ejemplo de ello, es el río Cauca, que cruza la zona de Navarro y es afectado por los desechos de esta zona. Éste es el afluente más importante de la región; sin embargo, es uno de los más afectados; sobre él, se manifiesta una densa capa color café, demostrando el alto grado de contaminación. Además, su cauce es un receptor directo de basuras y desechos tóxicos. Pero lo más lamentable de esta situación es que este río es el que abastece cerca del 70% de la ciudad, según datos recogidos por (Noticias Caracol, 2015).
Cuando contaminamos el agua, los ríos pierden su capacidad de asimilar cargas contaminantes y como consecuencia del mal uso y manejo que damos al recurso hídrico, son muchos los perjuicios que nos traen las aguas contaminadas. Los ríos, al convertirse en cloacas, no pueden brindarnos los beneficios esperados; el agua deja de ser potable y no la podemos consumir; desaparecen las especies ícticas (peces), los suelos se vuelven salinos al recibir en los riegos aguas no tratadas y los alimentos se contaminan por vectores y roedores que al ser consumidos afectan nuestra salud, trayendo a veces consecuencias nefastas (Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca [CVC], 2015).
Asimismo, en una entrevista hecha al investigador en manejo de recurso hídrico, Juan Carlos Borrero, cuenta cómo está en niveles de contaminación el agua que beben los caleños:
Lo más grave es que los municipios no tienen plantas de tratamiento de aguas residuales y un verano como el actual merma mucho los caudales, pero sí el nivel de aguas residuales sigue igual, disminuye de manera dramática el nivel de oxígeno o capacidad de oxigenación del río (Mera, 2015: 18).
Por otra parte, Santiago de Cali presenta altos índices de contaminación a nivel atmosférico, lo que produce una carga muy pesada para la ciudad. De acuerdo a (EL PAÍS, 2010) 340 toneladas de material particulado (hollín compuesto por carbón, azufre y óxido de nitrógeno, minerales altamente contaminantes) son las que recibe la atmósfera de Cali al día, lo cual es una cifra escandalosa y preocupante, debido a que esas partículas son las que causan las enfermedades respiratorias ya que entran en los pulmones de las personas; por ello esta ciudad recibe el no muy honroso lugar de la segunda urbe más contaminada del país. Si se analizan los datos anteriores con los del año 1995 los cuales muestran que las emisiones de dióxido de azufre alcanzaban las 10.389 toneladas y los de óxidos de nitrógeno ascendían a 2.417 toneladas por año, según (EL TIEMPO, 1995), se concluye fácilmente que el nivel contaminante hoy en día en la capital del Valle del Cauca es mucho mayor a años anteriores, lo que tiene que llamar la atención de los habitantes y entes reguladores de la ciudad.
El sulfuro de hidrógeno y los demás gases creados por la biodegradación anaeróbica de desechos en un botadero abierto o relleno sanitario, emite un olor típicamente putrefacto. En contraste, una planta de abono diseñada de tal manera que la biodegradación ocurra mediante mecanismos aeróbicos, emite un olor a la tierra, generalmente inofensivo. Si esta planta no es operada correctamente y se producen condiciones anaeróbicas, puede resultar en una peste e incomodidad para quienes perciban estos “aromas”.
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