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CRISIS DEL 2001/02

Enviado por   •  3 de Diciembre de 2018  •  7.147 Palabras (29 Páginas)  •  287 Visitas

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Los aspirantes a suceder a Menem, duhaldistas y aliancistas, tomaron debida nota de la situación. Y juzgaron que solo cabía hacer que Menem y Cavallo lo que estos habían intentado: corregir los desequilibrios dentro de la convertibilidad hasta que el crecimiento de la economía desactivara el problema o la coyuntura externa volviera a ser favorable. Cabe señalar que, von todo, antecedente del tequila ayudo de momento a la argentina, que no fue en lo inmediato la nación más afectada. El FMI, ahora comprometido política y financieramente con el sostén del “uno a uno”, lo promovió como “ su mayor éxito” en medio de un tendal de fracasos. Ello explica que Menem recibiera un trato preferencial en sus últimas visitas a Washington, que se reflejara su anuncio de que la Argentina abandonaría el Mercosur para ingresar al Área De Libre Comercio de las Américas que venía promocionando el presidente Bill Clinton, y que no se objetara abiertamente su plan para dolarizar por completo la economía nacional en caso de que las demás soluciones no prosperen. Como fuera, había fines de 1998 se desato la recesión: durante 1999 el PBI cayó el 3,4% y se fugaron alrededor de 15 000 millones de dólares. Cuando Menem dejo el poder, el país ya pagaba tasas de más del 15%.

Menem siguió poniéndole trabas a Duhalde: no logro que la corte suprema “interpretara” lo constitución para habilitar su tercer mandato, pero sí pudo demorar hasta julio la definición de la candidatura del pj; le quito respaldo a la campaña del bonaerense y se preparó para encabezar la oposición al nuevo gobierno prolongando su mandato al frente del pj hasta el 2003.

Las provincias peronistas lograron, por otra parte, una decisiva victoria apenas asumió De La Rúa: lo comprometieron a renegociar sus deudas y elevar las transferencias mensuales a 1350 millones de dólares a partir del año siguiente. En principio De la Rúa opto por lo segundo, estimando que sería la medida menos impopular, pero no resulto así: el aumento aplicado al impuesto a las ganancias , cuya finalidad era hacer menos regresivo el sistema tributario, golpeo sobre todo a los sectores que habían votado a la alianza y no concito la adhesión de quienes no lo habían hecho. De La Rúa espero que las inversiones repuntaran. El gobierno intento entonces la segunda vía: bajar el gasto. Así fue que en mayo de 2000 dispuso un recorte de entre el 12 y 15% para los salarios públicos nacionales, recorte que busco compensar con iniciativas contra el uso prebendaría de recursos por parte de la dirigencia política.

De La Rúa tenia graves problemas en la UCR, donde sus seguidores eran minoría y el alfonsinismo se mostraba cada vez más crítico. Pero desde que De La Rúa opto p0r buscar una salida a través de la cooperación con el peronismo y Álvarez en cambio aposta a hacer de la crisis una oportunidad para retomar su proyecto transversal, la relación entre ambos, se deterioró. Sin embargo, mientras que para De La Rúa la eventual incorporación de caballo era un paso hacia gobernar con los empresarios y la opinión pública e independizarse de la UCR y de la alianza, para Álvarez se trataba una vez mas de ampliar la “transversalidad”.

Cuando finalmente se produjo el regreso de Cavallo a la cartera de Economía, en marzo de 2001, su retorno significo, antes que un acuerdo , una delegación del gobierno en sus manos. Y lo cierto es que el ensayaría todo lo imaginable en la búsqueda de una salida: contando con la ayuda recibida de los organismos financieros del año anterior, por casi 40 000 millones de dólares, juzgo que el frente externo estaba bajo control y lanzo nuevos alicientes impositivos a las inversiones, el empleo y las exportaciones; tales medidas junto, con la deflación( había sedo del 1,2% en 1999 y del 1,85 en 2000, y entre 1995 y 2001 sumaria un 20% en relación con la inflación internacional), debía bastar para resolver el problema de competitividad. Sin embargo, cuando el agujero fiscal creció a raíz del paquete de estímulo, la fuga de capitales se aceleró y las tasas siguieron en torno al 15%, inalcanzables para la actividad privada y asfixiantes para el fisco. Caballo intento entonces forzarlas a bajar y renegociar la deuda para postergar lo más posible los pagos de intereses y capital; pero, si bien logro algo, fue a un costo muy alto.

Desde entonces empezarían a emitir bonos propios, no solo para sus deudas sino también los sueldos mientras tanto en su tercer año de recesión: el PBI retrocedió el 0,8% en 2000 y el 4,4% en 2001; la desocupación llegaría en octubre de 2001 a un nuevo record del 19%, y la pobreza; al 35,4%. Lo más sorprendente del caso es que el gobierno haya seguido en pie después de todos esos intentos fallidos. Antes del fin, Cavallo todavía intentaría una nueva renegociación de la deuda, ahora con quitas y plazos de gracia que aseguraran el cese de los pagos hasta que la economía volviera a crecer. Pero, tras los atentados terroristas contra Estados Unidos de septiembre de 2001, ya no encontraría eco en los organismos ni en la comunidad financiera para avanzar con esta idea; y luego de los comicios legislativos de octubre, ya no le quedaría tampoco margen para estirar las cosas.

En los meses que siguieron, Alfonsín y Duhalde hicieron un último intento para formar una coalición “ de unidad nacional”. Pero tanto peronistas como radicales estaban demasiado divididos para compartir civilizadamente semejante cargas. A eso se sumó que De La Rúa, aconsejado por Cavalllo, que todavía creía tener cartas en la manga, y por Menem, que ofrecía su colaboración para dolarizar, insistió en gobernar solo en la creencia de que esto o aquello era en cualquier mejor que entregarse en manos de los “devaluacinistas”. Cuando a comienzos de diciembre, en un desesperado intento por frenar la fuga de capitales, Cavallo dispuso un “ corralito bancario” que limitaba las extracciones de dinero que podían hacerse en los bancos, el clima de rebeldía que se había propagado en los sectores bajos gano a las clases medias e incluso a sectores empresariales directamente afectados por la medida. En los días siguientes al anuncio del “ corralito” volvió a haber, como en 1989 y 1990, saqueos de comercios, en alguna medida tolerados, cuando no fomentados, por los intendentes y funcionarios del gobierno provincial. Y cuando intento tenerlos decretando el estado de sitio, estallo la rebelión. Los grupos piqueteros y los “ cacerolazos” de la clase media porteña confluyeron en una movilización espontanea a la plaza de mayo, que el gobierno reprimió duramente, causando unos 15 muertos. Como consecuencia el 2º de diciembre de 2001; mientras continuaban las manifestaciones, De La Rúa presento su renuncia al congreso.

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