Calidad total.
Enviado por klimbo3445 • 13 de Enero de 2018 • 2.998 Palabras (12 Páginas) • 491 Visitas
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Factores claves para la competitividad
Los principales factores que inciden en el nivel de la competitividad de un país o región se pueden dividir en dos grupos. En primer lugar está la dotación original de recursos. Esta incluye la ubicación geográfica, el clima, y los recursos naturales y humanos. En segundo lugar se ubica un conjunto de factores relacionados con la organización de la sociedad y la economía, el cual se puede denominar “el clima competitivo”. El clima competitivo incide decisivamente en el monto y productividad de la inversión, siendo este último el factor clave para transformar la competitividad del país a partir de la dotación original de recursos. 1. Ubicación y recursos a) Geografía, clima y recursos naturales Cada país o región tiene ventajas y desventajas competitivas innatas, surgidas de su ubicación y clima. En el caso de América Central, las ventajas más importantes que fueron identificadas por el proyecto “Agenda Centroamericana para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible” son las siguientes:
La región está ubicada estratégicamente como puente entre América del Sur y del Norte y entre el Pacífico y el Atlántico, canalizando los flujos comerciales entre las grandes zonas económicas. Además, la cercanía de la región a los EE.UU facilita su inserción en los sistemas de producción norteamericanos a través de subcontratos y la provisión de insumos.
La región despliega una extraordinaria diversidad ecológica que se podría explotar para su transformación en insumos productivos y como base para las industrias de maquila, así como el turismo.
Su potencial de producción agrícola y forestal es elevado debido en primer lugar a que es posible sembrar y cosechar durante todo el año, siempre y cuando se cuente con riego. También existe la posibilidad de cultivar productos tropicales que no se pueden desarrollar en otros lugares más temperados, como son: café, bananos, piña; camarón, tabaco, plantas tropicales y similares y además se pueden producir algunos productos propios de los climas temperados, fuera de su ciclo normal, cuando su valor de mercado está relativamente alto .ejemplos: fresas, flores frescas, vegetales, melones y otros.
1. Recursos humanos en honduras
La cantidad y calidad de los recursos humanos disponibles en la sociedad son un segundo elemento básico para la competitividad. Para el caso, Honduras cuenta con una fuerza de trabajo
Subutilizada, hecho que posibilita un eventual aumento importante en el nivel de empleo sin ocasionar presiones concomitantes en los mercados de trabajo. De acuerdo con la Encuesta
Permanente de Hogares, en mayo 1999 el desempleo y subempleo sumaron a 28% de la población económicamente activa y la tasa de participación de la mujer en la fuerza de trabajo fue de apenas 33%, comparado con una tasa masculina de 73%. Por otra parte, la calidad de la fuerza de trabajo ha ido mejorando. La amplia cobertura actual de la educación básica asegura que la mayoría de los jóvenes entrando a la fuerza de trabajo, son alfabetos y por ello fáciles de entrenar y de emplear en nuevas iniciativas productivas.
2. Clima competitivo
Aparte de la dotación de recursos, varias otras consideraciones inciden en la decisión de invertir en un país. A estos factores, colectivamente, se les puede llamar el “clima competitivo”.
3. La inversión y la productividad
La productividad es fundamental para la competitividad de la economía. En una economía protegida y sin elementos importantes de competencia interna, normalmente se observa una baja productividad de la inversión y de la mano de obra. Esta protección torna aleatorio el proceso de crecimiento de la economía, aun cuando se cuente con una masa grande de inversión. Se corre, además, el riesgo de entrar en un círculo vicioso en donde, para compensar por la baja productividad, se asigna protección adicional para las industrias nacionales, resultando paradójicamente en mayor deterioro de la productividad, fenómeno observado en nuestra región en los años setenta y a principios de los ochenta.
Alternativamente – y este es el rumbo elegido por todos los países en la región Centroamericano en años recientes – podemos aceptar el reto de abrir nuestras economías a la competencia externa y a efecto de transformar el entorno nacional para impulsar inversiones de clase calidad mundial. El proceso de crecimiento se alimentará inicialmente de las ventajas competitivas fundamentadas en los recursos existentes y nuestra ubicación geográfica privilegiada. Pero con el avance del tiempo esta evolución se deberá fundamentar cada vez más en la transformación de la productividad de los recursos por la inversión hecha y en la gestión sostenible de los mismos. Cabe señalar que en este contexto la inversión abarca: la inversión privada productiva; la inversión en capital humano; y la inversión en infraestructura.2 Habiendo optado por la apertura comercial, es urgente aumentar la productividad a efecto de garantizar que las empresas hondureñas puedan competir en los mercados mundiales. En este contexto, es ilusorio aumentar el ingreso real per capital en una forma sostenible si no se generan aumentos concomitantes en la productividad de la mano de obra y del capital. En el caso aludido, los aumentos desproporcionados en los salarios o en los beneficios socavarían la competitividad y disminuirían las ventas. Esta sencilla verdad es ineludible.
Los elementos esenciales de un clima competitivo favorable incluyen:
La estabilidad macroeconómica y la competitividad de los “macro precios” (tasa de cambio, tasa de interés y el nivel y estructura impositiva);
El marco legal, administrativo y político del país, el cual debe ser transparente, estable y amigable para la creación y operación de negocios;
Los servicios públicos y de infraestructura, que deben poseer alta calidad y confiabilidad y un costo competitivo;
La calidad de los recursos humanos, que depende de las políticas de educación y desarrollo social;
La calidad de gestión de los recursos naturales y del control ambiental;
La eficiencia microeconómica de los mercados (incluyendo la competencia entre firmas, la capacidad empresarial para formular estrategias exitosas, y para satisfacer las exigencias de la demanda local).
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