Essays.club - Ensayos gratis, notas de cursos, notas de libros, tareas, monografías y trabajos de investigación
Buscar

Caracteristicas de las etapas de los pioneros en la criminologia.

Enviado por   •  2 de Abril de 2018  •  7.646 Palabras (31 Páginas)  •  589 Visitas

Página 1 de 31

...

La denominada Criminología Clásica asumió el legado liberal, racionalista y humanista de la Ilustración, especialmente su orientación yusnaturalista.

Deduce todos sus postulados del yusnaturalismo que la caracteriza. Concibe el crimen como hecho individual, aislado, como mera infracción de la ley: es la contradicción con la norma jurídica lo que da sentido al delito, sin que sea necesaria una referencia a la personalidad del autor (mero sujeto activo de ésta) ni a la realidad social o entorno de aquél, para comprenderlo. Lo decisivo es el hecho mismo, no el autor.

Falta en la escuela Clásica un planteamiento inequívocamente etiológico(o preocupación por indagar las causas del comportamiento criminal), ya que su premisa yusnaturalista la conduce a referir el origen del acto delictivo a una decisión libre de su autor, incompatible con la existencia de otros factores o causas que pudieran determinar el comportamiento de éste.

El propio yusnaturalismo de la Escuela Clásica es irreconciliable con supuestas diferencias cualitativas entre los ciudadanos honestos y los delincuentes (tesis, por el contrario, que mantendrá el positivismo): sus premisas filosóficas le llevan amparo a sustentar el dogma de la equipotencialidad.

La Escuela Clásica simboliza el transito del pensamiento mágico, sobrenatural, al pensamiento abstracto, del mismo modo que el positivismo representará el paso ulterior hacia el mundo naturalistico y concreto.

La segunda orientación criminológica opera en el marco de las ciencias naturales, y no en el de las ciencias del espíritu; si bien hay que reconocer que no se trata de un marco unitario, homogéneo y cerrado sino del empleo fragmentario y sectorial de un nuevo método: el empírico inductivo, basado en la observación de la persona del delincuente y del medio o entorno de éste.

Interesa, ante todo, en cuanto precursor del positivismo criminológico, al que se anticipó en lustros. Las principales investigaciones se llevaron a cabo en los más diversos campos del saber. En la incipiente ciencias penitenciarias, por ejemplo, sus pioneros Howard (1726 -1790) y Bentham (1748 -1832) analizaron, describieron y denunciaron la realidad penitenciaria europea del siglo VIII, consiguiendo importantes reformas legales (Howard) o formulando la tesis de la reforma del delincuente como fin prioritario de la Administración y la necesidad de acudir al empleo de estadísticas (Bentham).

Desde el ámbito de la Fisionomía, Della Porta (1535 1616) y Laveter (1741 1801) se preocuparon del estudio de la apariencia externa del individuo, resaltando la interrelación entre lo somático y lo psíquico. La observación y el análisis (visita a reclusos, práctica de necropsias, etc.) fue el método empleado por los fisiónomos, Particularmente conocido es el retrato robot que ofreció Lavater del que denominó hombre de maldad natural, basado en supuestas características somáticas de éste.

Anticipándose a los planteamientos frenológicos, mantuvo Lavater, que existe una correlación entre determinadas cualidades del individuo y los órganos o partes de su cuerpo donde se supone que tiene su sede y emplazamiento físico las correspondientes potencias humanas.

La vida intelectual podría observarse en la frente; la moral y sensitiva en los ojos y la nariz; lo animal y vegetativo, en el mentón. Refiriéndose al hombre delincuente de maldad natural, auténtico anticipo del delincuente nato del Lombroso, día Lavater: tiene la nariz oblicua en relación con la cara, el rostro deforme pequeño y color azafrán; no tiene puntiaguda la barba; tiene la palabra negligente, los hombres casados y puntiagudos, los ojos grandes y feroces, brillantes, siempre iracundos, los párpados abiertos, alrededor de los ojos pequeñas manchas de color amarillo y, dentro, pequeños granos color de sangre brillante como el fuego, revueltos con otros blancos, círculos de un rojo sombrío rodean la pupila o bien, ojos brillantes y pérfidos y seguido una lágrima colocada a los ángulos interiores; las cejas rudas, los párpados derechos, la mirada feroz y a veces de través.

La frenología, precursora de la moderna Neurofisiología y de la Neuropsiquiatría, realizó también una importante aportación en esta etapa de tanteos empíricos, al tratar de localizar en el cerebro humano las diversas funciones psíquicas del hombre y explicar el comportamiento criminal como consecuencia de malformaciones cerebrales.

Destaca la obra de Gall (1758 1828), autor de un conocido mapa cerebral dividido en treinta y ocho regiones, Spurzheim, Lauvergne y otros. Para Gall, el crimen es causado por un desarrollo parcial y no compensado del cerebro, que ocasiona una hiperfunción de determinado sentimiento. De hecho, el autor creyó haber podido localizar en diversos puntos del cerebro un instinto de acometividad, un instinto homicida, un sentido de patrimonio, un sentido moral, etc.

Mención especial requiere la obra de Cubí y Soler, que tres décadas antes que Lombroso insinuó ya una de las tesis de éste. La aportación más significativa de Cubí y Soler reside en el ámbito metodológico, ya que fue uno de los pocos autores que utilizó un método positivo experimental, llegando a realizar incluso meritorios trabajos de campo en determinadas comarcas en las que se apreciaban elevadas tasas de bocio e imbecilidad. Cubí y soler consideraba al delincuente como un enfermo necesitado de tratamiento. Optando, en términos político-criminales, por fórmulas claramente prevencionistas, como buen frenólogo, trató de localizar en diversos lugares del cerebro las facultades y potencias del ser humano, incluidas las criminales. Y anticipó planteamientos genuinamente antropológicos al asociar el delincuente nato, con el denominado tipo hipo-evolutivo.

Lo mismo sucede con las investigaciones en el campo de la Psiquiatría, cuyo fundador Pinel (1745 1826), realizó los primeros diagnósticos clínicos separando los delincuentes de los enfermos mentales; debiéndose recordar también la obra de Esquirol (1772- 1840) que elaboró las categorías clínicas oficiales vigentes en el siglo XIX; Prichard y dispone, que formularon la tesis de la locura moral del delincuente; Y, por último, Morel (1809 1873), para quien el crimen es una forma determinada de degeneración hereditaria, de regresión y la locura moral un mero déficit del sustrato moral de la personalidad.

La antropología aparece estrechamente unida a los orígenes de la Criminología, destacando los estudios sobre cráneos de asesinos de Broca o Wilson y las investigaciones de Thompson sobre numerosos reclusos. Abonan todas ellas la tesis de Nicholson de que el criminal es una variedad mórbida

...

Descargar como  txt (50.6 Kb)   pdf (104.4 Kb)   docx (37.1 Kb)  
Leer 30 páginas más »
Disponible sólo en Essays.club