Creo que cambiando mi observador y mi manera de analizar los problemas y las diferentes situaciones que afronte el día a día me ayudara a generar experiencia para después poder ayudar a los demás.

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El show de Truman se basa desde mi observador en un relato de ciencia ficción que es muy asimilado en la realidad por no ser tan directo y creer que así lo es, eso representaría ir en contra del mundo y lo que hay en él, en esas tendencias por hacer creer que todo lo que dicen, practican, simulan y demuestran es la única verdad. Yo creo que hay siempre un pez gordo que manipula la sociedad a su antojo, que a su vez está rodeado de varios como el para inclinar la balanza de este mundo a su antojo, pero nosotros tenemos una verdad poderosa y esa es nuestra decisión.

La visión que nos brinda el mundo aparentemente suele parecer bueno ya que resuelve muchos problemas supuestos y busca solucionarlos a través de sus propuestas, productos, programas, inspiraciones, hechos cuestionables, enfoques desde sus conveniencias, imágenes e ideas dudosas en las cuales influyen en nuestra vida y terminamos por seguirlos. Uno de esas visiones es la moda, la tecnología, las costumbres. Pero aquí es muy esencial la certeza de la lo que crees y piensas que te puede hacer bien antes que las fuerzas y tendencias te absorban y te transformen en un producto de su invención, haciéndote a lo que ellos creen.

Llega un momento de nuestra vida que decidimos porque nos inclinarnos, en descubrir más de lo que siempre se nos muestra, donde no cabe más la rutina ni la costumbre, donde nace la libertad y la exploración, las preguntas y otras formas de explicar, donde nos reinventamos y descubrimos la razón de nuestra existencia, el motivo de nuestro ser. Siempre hay otra alternativa, pero solo una nos conducirá al éxito y a la verdad.

Tarea: Exploración

Con las distinciones aprendidas en este módulo, te pedimos que escribas una breve reseña de “La historia de tu vida”. Mínimo 3 cuartillas

Mi historia comienza así…

En un 25 de abril del año de 1992 nací yo Miguel Angel Murrieta Aparicio, tal parece que el destino así lo había planeado. Soy hijo de una hermosa y joven mujer de 20 años de edad llamada María de Jesús Aparicio Álvarez, proveniente del estado de Puebla. Mi padre, un hermoso varón maduro de 40 años de edad, toda una vida de experiencia con grandes habilidades y talentos, pero con un carácter muy dócil y humilde.

Así nací yo; siendo el segundo hijo de esta hermosa familia y el primero hijo varón que llevaría el apellido de su padre poniéndolo en alto a la dinastía Murrieta. Tengo una hermana dos años mayor que yo llamada Adriana y un hermano 2 años menor que yo llamado Javier.

Mi niñez no la puedo describir ya que tengo pocos recuerdos de ella, puedo comentar que a la edad de 7 años me gustaban las golosinas y los chetos que en aquel entonces valían $ 2.50. Mi padre preparaba una rica salsa de molcajete y comíamos bien rico. Éramos una familia media-baja, tratábamos de conseguir dinero buscando monedas en la calle para completar para las tortillas. Teníamos una perra raza Alaska llamada pelusa, muy linda y obediente.

Mi padre siempre fue un ejemplo para mi vida, pues era mi héroe, mi ejemplo a seguir; pero a la edad de 53 años partió de este mundo. Yo a la edad de 11 años me fue difícil asimilarlo, me hizo mucha falta en el proceso de mi crecimiento, pero yo y mis tres hermanos salimos adelante junto a la más afectada que fue mi madre.

Ella se dedicó a trabajar para traer un sustento a la casa que se traducía en dinero para primeramente darles de a comer a sus hijos, darles vestido y después darles gusto en algunas cosas que hicieran falta o en golosinas. Recuerdo una frase que nunca se me va a olvidar y le dije a mi mamá - ¿Quiero pan de dulce? Y ella respondió – decide entre comer o pan. Aprendí ese día el gran sacrifico de mi mamá para satisfacer la demanda que sus hijos deseaban.

Uno de mis autores favoritos es Chis Garden, el famoso personaje real de la película en busca de la felicidad y dice: - Toda obra para bien, Dios usa la condición de tu vida para moldearte y después hacerte resplandecer. Yo creo que mi niñez no fue de todo bueno, aprendí mucho y me di cuenta que debo aprender a asimilar mi vida y por algo pasan las cosas, siempre hay un gran propósito.

Desde niño siempre fui un chico muy serio, tímido, bien portado, apasionado por el futbol y centrado en mis estudios con buenas notas. Y como es normal en una familia, siendo rebelde a mi madre en algunas cosas y peleando con mis hermanos, al ser el de en medio, eral un hermano neutral que no apoyaba ni a uno ni al otro, pero me inclinaba más por defender a l menor.

En mi adolescencia fue muy agradable, crecí con mis tíos por parte de la familia de mi mamá, asistía en la secundaria técnica número 24, llamada Felipe carrillo puerto, ubicado en el metro hangares, a un costado del aeropuerto internacional Benito Juárez.

Tuve mi primera novia en primero de secundaria, pero solo duré con ella una semana por que la corte, no estaba acostumbrado a tener relaciones de noviazgo, me inclinaba más por el deporte.

Una vez concluido con mis tres años en la secundaria y haber estudiado el taller de electricidad, decidí estudiar en un Conalep que me equivoqué de elección y no por institución, sino porque creí que estaba cerca de la y resulto estar hasta la delegación de Nezahualcóyotl a 1 hora y 30 minutos de la casa. Fue un nuevo reto para mí y una experiencia que me abrió puertas para conocer nuevas tierras.

Terminado mis seis semestres del bachillerato técnico opte por dejar de estudiar por trabajar y adquirir experiencia en la bodega Aurrera ubicada en plaza Aragón. Aprendí mucho en esa empresa a pesar que suelen explotar mucho a sus trabajadores, rodeado de personas maduras e inmaduras que hacían mis días muy alegres, con gerentes que hallaban gracia delante de ellos y mi trabajo hablaba por mí.

En esa etapa descubrí a la razón más importante de mi vida, la identidad, la razón de vivir, el propósito de esta vida sin sentido y de monotonía. Me presentaron a un personaje llamado Jesús, él trasformo mi vida de una forma tremenda, desde mi forma de pensar hasta mi forma de hablar, fue algo extraordinario donde aprendí a convivir con las personas.

A partir de este acontecimiento y de aceptarlo en mi corazón no fue más que aprender su filosofía y su particularidad forma de ver la vida que me sorprendió, su forma de pensar y de hablar. Sus bases, sus fundamentes tenían sentido y lógica, me dio la fórmula para no sufrir, pues el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Le dio a mi vida otro sentido por el cual hoy estoy vivo y