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DONDE COMIENZA EL BULLYING.

Enviado por   •  24 de Abril de 2018  •  1.570 Palabras (7 Páginas)  •  305 Visitas

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Es probable que los chicos no perciban con exactitud el daño que causan; pero, se trata de algo severo, dejan en sus compañeros heridas que no se ven pero se sienten en profundidad, sobre todo, si se abren en etapas de formación escolar. Y no debemos olvidad que muchos de ellos deciden terminar con este hostigamiento, terminando con su vida.

Esta instaurada en la sociedad la idea de que “somos todos iguales” y es en esa parte donde del discurso moral que nuestros hijos escuchan desde pequeños, donde estamos equivocados, estamos dando e peor mensaje. Debemos entender señores, que “nadie es igual a nadie”, todos somos distintos y es en esa diferencia que debemos educarnos, no podemos enseñarle a los niños que es igual alguien que vive en la abundancia económica a alguien que conoce desde pequeño lo que es pasar necesidades, ¡no es igual!, no piensan de la misma manera, no sienten igual, no valoran las mismas cosas, no enfrentan la vida con la misma actitud, no tienen las mismas vivencias, y ambos carecen de distintas cosas.

No podemos pensar que es igual un niño que le gusta el deporte vive para él, con la disciplina que implica y los sacrificios necesarios, que aquel que ve la vida en colores y ama el arte, que deja volar su imaginación y plasma su corazón en un papel, en un óleo, en un instrumento musical, y conoce de esa manera lo que es la libertad.

No es igual un niño que se desespera por llegar a su casa para jugar con su play nueva, a aquel que no tiene apuro porque su mamá llegará tarde de trabajar, ya que tiene dos trabajos, entonces deambula de un lugar a otro, y quizás tiene suerte, porque en la casa de algún amigo le dan la leche y se puede quedar un rato, o quizás no, y conoce otros niños que le enseñan cómo se vive en la calle y de qué manera pueden ganar plata.

No es igual la nena que ve a su padre con ojos de enamorada porque no hay nadie en el mundo mejor que él, es bueno, es hermoso, es su héroe en el mundo; ella no tiene problema para hablar con los varones, charla con ellos, se ríe; y se diferencia bastante de esa niña que no quiere llegar a su casa porque está su padrastro, o su tío, o algún primo, un vecino, o un amigo de la familia, y porque no en algunos casos su propio padre para violarla nuevamente, puede que su madre no sepa, que no le crea o incluso que lo sepa, que le crea, pero que también está llena de miedo, esa niña no puede hablar con otros varones, les teme, prefiere mantenerlos lejos, o quizá los odie con toda su alma, porque considera que todos los hombres van a lastimarla; ¡no es lo mismo!.

No es igual aquel niño que tiene una familia estándar, donde se llega cómodamente a fin de mes, donde no hay grandes conflictos, a aquel que en su casa se vive un caos, todo provoca discusión, peleas, golpes; ese niño no sabe explicar lo que le sucede, no sabe escuchar, todo lo solucionará con violencia.

No es igual aquel niño que es escuchado por los adultos que los rodean, al que le enseñan a dialogar, a sentir, a ponerse en el lugar del otro… ¿haber? Ponerse en el lugar del otro… esto ¿es así?, ¿alguien sabe ponerse en el lugar del otro? NO, nadie sabe, nadie quiere, nadie lo intenta siquiera. Cómo podemos entonces con todos estos niños conviviendo juntos en un salón pretender que no haya hostigamiento, pretender que todos estos niños convivan sin conflictos, con distintas personalidades, vivencias, creencias, como podemos esperar que sea solo del docente semejante tarea.

Somos todos distintos, y es en esa diversidad donde debemos educar a nuestros niños, es ese el mensaje principal que debemos dar, basta de frases marketineras o canciones insulsas que nos quieren hacer creer que todos somos iguales, comencemos como sociedad a aceptar que el otro es distinto, sin criticar, sin juzgar, sin creernos dueños de ninguna verdad, la única verdad es que no es justo que nuestros niños sufran porque no somos capaces de enseñarles a ser tolerantes con aquellas personas que no son como nosotros.

Somos distintos, y gracias a Quien corresponda que somos así. Se imaginan un mundo donde todos hagamos lo mismo, donde todos pensemos igual, donde tengamos los mismos gustos, sería un mundo monótono, playo, insulso, sería un mundo ¡tan aburrido!

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