De tentativos poderes y frutos prohibidos (La Autoridad)

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Volviendo al tema de los relatos del origen de la humanidad, vemos que pareciere según nos narran que aquel inicio perfecto e ideal carecía de maldad y pretensiones impuras, pues nadie era más valioso que otro, por ello seguramente se dice que el poder cambia a las personas, seguro el apartamiento de ese fruto prohibido significaba que nadie había experimentado aún la capacidad de influenciar a su favor sobre otras personas, ese precisamente podrá ser el paraíso terrenal del que tanto nos habían hablado, algo muy parecido a la lectura de aquel joven llamado Pedro que soñó una vez un mundo donde se llegó a desconocer toda autoridad.

Muchos mensajeros y grandes maestros con grande repercusión en nuestro planeta como Jesús ya habían predicado con anterioridad un mensaje de justicia y de paz, como Jesús quien desafió a la autoridad y dogmas de aquellos tiempos en contra de todo, y aunque acallaron su palabra y mataron su cuerpo, su legado nunca jamás pudo ser borrado del corazón de una gran parte de los habitantes del mundo.

Nunca olvidemos que como humanos tenemos un deseo innato de manipular, de conseguir nuestros objetivos mediante aquel método, pero hay una razón por la cual hemos desarrollado consciencia, distinguimos lo que causa mediante nuestros actos un bien o un mal a nuestro semejante, y si tomamos el segundo caso, ésta misma se encargará de reprocharnos y quitarnos el sueño por tiempo indefinido, claro, si mantenemos en pie nuestros escrúpulos y dignidad.

Pues aunque yo no pueda tener total certeza de la veracidad de esta hipótesis de la autoridad como aquel “fruto prohibido” que condenó a la humanidad al destierro de ese mundo perfecto solo nos queda pensar mucho si la autoridad es realmente un fin deseado a alcanzar, tal vez en un modo de ayudar a las demás personas como un líder o como la posibilidad de lograr privilegios que solo aquel poder nos otorgaría.

Tal vez muchos no concuerden conmigo, porque no hayan seguido la misma formación ni construido la misma consciencia (no es que represente algo malo, únicamente es diferente, la diversidad nos enriquece), pero tan solo en que seamos dignos de hacer de este un mundo mejor con nuestras acciones, reflexionemos del uso que le damos a la autoridad, aquella que le otorgamos a los gobernantes por medio de nuestro voto, quienes deben reflejar el perfil de su pueblo, ser auténticos líderes, hablemos por todos desde los grandes países hasta las pequeñas empresas, cuando veamos que la autoridad se ha dejado de imponer y sólo se trata de un servicio a los demás, podremos prescindir de ella.