“EL AUTOCONCEPTO Y LAS RELACIONES FAMILIARES COMO FACTORES DE INFLUENCIA EN LA VIOLENCIA”
Enviado por Christopher • 18 de Agosto de 2018 • 3.215 Palabras (13 Páginas) • 428 Visitas
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Biscarra, Brandiz, Lichtrenberger y Peltzer (2013) en el artículo metodológico de su investigación cuantitativa construcción de una escala de Codependencia en Argentina presentan resultados del proceso de construcción y validación de un instrumento para evaluar codependencia. Con 370 sujetos de entre 15 a 18 años de mar de plata, dando como resultado la presencia de tres dimensiones. Los ítems que se agruparon en el primer factor se refieren a escasa autoconfianza, los que se agruparon en la segunda dimensión a focalización en el otro y los que se reunieron en el tercer factor a actitud complaciente.
El estudio llevado a cabo por Lopez, Apolinaire, Moya y Array(2006) Autovaloración en mujeres víctimas de violencia de pareja en cuba, que se realizó con 120 mujeres de las cuales 40 violentadas y 80 que expresaron no haber sido maltratadas, analizaron el nivel de autovaloración y autoestima, en mujeres maltratadas en su relación de pareja, proporcionando como principal aporte teórico que La autovaloración y la autoestima se presentan con frecuencias diferentes para mujeres receptoras de violencia, lo cual las convierte en más vulnerables.
Cameiro, Bomfim y Chicone (2006) muestran una propuesta basada en elevar la autoestima de mujeres que sufrieron violencia sexual y sensibilizar los profesionales que las asisten, en sao paulo nombrada autoestima de las mujeres que sufrieron violencia, en la cual se concluyó que la responsabilidad por este problema de baja autoestima vino de experiencias negativas vividas en el hogar y con personas de nuestro circulo de afecto y admiración, principalmente las que surgieron con la violación. Las evaluaciones mostraron que las oficinas constituyen un medio de reflexión, retorno de la vida normal y reconstrucción de la autoestima, tanto para las víctimas de violencia sexual como para los profesionales que las asisten.
Pinzón y Pérez (2014) desarrollan una propuesta de investigación cualitativa denominada estilos de apego y relación con la figura materna en mujeres que viven con violencia conyugal, en tabasco el cual se conformó una muestra de cuatro mujeres que acuden voluntariamente a un consultorio de Psicología, de clase socioeconómica medía, con al menos cinco y hasta 14 años de matrimonio, con un promedio de dos hijos por pareja y que viven violencia conyugal. Las edades de las participantes oscilaron entre los 30 y 45 años con el objetivo de En conocer el estilo de apego de las mujeres que viven violencia conyugal, así como las características de la relación con la figura materna, dentro de los principales resultados se encontró que: a) El estilo de apego que caracteriza a estas mujeres es el estilo ambivalente/preocupado; b) los modelos internos de trabajo están integrados por pensamientos como: ejerce poco control sobre su propia vida, demostraciones intensificadas para provocar respuestas en los demás; y c) las características de la relación con la figura materna encontradas son una respuesta adecuada a necesidades básicas, baja sensibilidad, abandono, poca contención emocional.
En el estudio llevado a cabo por Echeburúa, Amor y Corral (2009) Hombres violentos contra la pareja: trastornos mentales y perfiles tipológicos realizado en San Sebastián, España en el cual se analizaron los trastornos mentales y los déficits psicológicos más relevantes de los hombres violentos contra la pareja así como los distintos tipos de maltratadores existentes según las clasificaciones de Holtzworth-Munroe y Stuart (1994) y de Fernández-Montalvo y Echeburúa (1997). Los principales resultados indican que los agresores suelen presentar con frecuencia alteraciones psicológicas –falta de control sobre la ira, dificultades en la expresión de emociones, distorsiones cognitivas, déficits de habilidades de comunicación y de solución de problemas y baja autoestima-, y, en menor medida, cuadros clínicos bien definidos (por ejemplo, alcoholismo, trastornos de la personalidad, celos delirantes).existen diferentes tipos de hombres violentos -agresores limitados al ámbito familiar, agresores con características borderline/disfóricas y agresores violentos en general/antisociales- que requieren programas de tratamiento, adaptados a sus características y necesidades específicas.
1.2 Problema De Investigación.
La condición internacional de este problema de investigación es una representación muy alta de violencia hacia la mujer en las cuales se pueden visualizar de una manera más completa en el estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2013, obteniendo como resultado que los países asiáticos son en los que tienen mayor índice de violencia contra la mujer en relaciones de pareja. El informe es realizado con mujeres referidas a seis zonas: África, América, Sureste de Asia, Europa, Mediterráneo del Este y Pacifico Occidental.
Mostrando que el 30% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja, porcentaje que incrementa si se añade personas distintas a la pareja el cual sería de un 35%.
Sin embargo en México los porcentajes han incrementado en los últimos años, según ENDIREH 2011 se muestra que la violencia contra las mujeres en relaciones de pareja es de 27.3 % y el porcentaje de estas mujeres que buscaron ayuda fue el 11% y el 89% siendo este la mayoría decidieron no hacer nada, mostrando que de cada diez mujeres violentadas por sus parejas solo una solicita ayuda a alguna institución.
En cambio la condición estatal en la que se efectuará la investigación se puede observar en el diagnóstico de violencia de género que se realizó en el estado de Durango, por el instituto de la mujer duranguense, con el objetivo de detectar los procesos, situaciones y condiciones de tipo económico, social y cultural que contribuyen a la construcción de espacios, grupos o personas que participan en prácticas de violencia de género o están en el riego de hacerlo, con el fin de desarrollar políticas y acciones pertinentes de prevención y combate de la violencia. Teniendo como principales resultados que un 50% de las encuestadas ha sido sujeta, de algún tipo de manifestación de violencia, encontrando mayor incidencia en mujeres con menores grados de escolaridad, bajos ingresos y que en su infancia convivieron en un entorno donde los castigos físicos y los insultos constituían un funcionamiento aceptable en la resolución de problemas y corrección de conductas. La ocupación y la edad, aunque marcan cierto sesgo de incidencia, no son variables estadísticamente significativas para asegurar que sean condición o circunstancia que favorezcan la violencia de género. Se encontró un bajo nivel de conocimiento acerca de los
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