“EL COMPORTAMIENTO DEL CONTADOR PÚBLICO FRENTE A SUS CLIENTES”

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El desarrollo de estos valores no solo le permiten ejercer su profesión dignamente sino llegar a ser una persona íntegra, podemos enumerar algunos como:

Justicia: podemos decir, por ejemplo, que es justo cuando busca en su ejercicio la equidad entre sus derechos y sus obligaciones, o cuando no hace distinción en la calidad del servicio que ofrece a quienes lo demandan.

De esta manera no deja que un prejuicio o la influencia de otras personas anulen su objetividad.

Responsabilidad: se la puede entender como la obligación de asumir las consecuencias de los actos propios y, por tanto, la obligación de prevenir las condiciones que puedan afectar a los demás.

Discreción: el valor del secreto profesional es indiscutible. El manejo indiscreto de la información puede poner en peligro proyectos, organizaciones, empresas, personas. Es éste un compromiso ético profesional, el respetar el carácter confidencial de la información que obtengan y no revelarla sin autorización a menos que haya una obligación legal o profesional.

Honestidad: valor que debe ser pilar fundamental del quehacer profesional. Una forma de definir la honestidad es a partir de su relación con la verdad, puesto que una persona honesta no engaña, reconoce sus limitaciones, no trata de obtener beneficios personales a partir de la necesidad del otro, actúa de acuerdo con lo que dice que piensa.

TRABAJO PRACTICO FINAL DE ETICA PROFESIONAL

Facultad de: Economía y Administración

Carrera: Contador Público (Distancia)

Materia: Ética Profesional

Profesor: López Jorge

Condición: Libre

Tema del trabajo: LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DEL CONTADOR

ETICA Y RESPONSABILIDAD EN EL EJERCICIO DE SU PROFESIÓN

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DEL CONTADOR

El Contador Público es un profesional que brinda un servicio a la sociedad, que, actuando con carácter público requiere: Conciencia profesional, relacionada con la moral que aplicará a todos los actos del servicio que otorga, tendiendo a vigilar que cada acto se ampare en los criterios de: veracidad, eficiencia, oportunidad y plazo).Deontología propia: cada profesión tiene sus propias normas éticas, que rigen su comportamiento. Menéndez Reinaga expresa que las faltas a la conciencia profesional obedecen al aflojamiento de la conciencia moral, al olvido del bien común, al desprestigio de las leyes y la deshumanización de las relaciones humanas. Especialización, que implica una permanente capacitación para estar actualizado sobre los cambios en su profesión. Seriedad profesional, brindando a sus clientes el máximo de seguridad profesional. Un celoso custodio de los derechos de la persona humana, defensor de la vigencia de un orden socialmente más justo.

Las cualidades morales que debe sostener son: autoridad y responsabilidad, en sentido científico, por poseer profundo conocimiento y la virtud de la veracidad. La autoridad es el fundamento de los actos de fe, que otorga y ofrece confianza. Honestidad intelectual, que es como decir “bondad moral”. Es la conducta moralmente buena en el ejercicio de la inteligencia.

Desde la ética aplicada a la conducta profesional sabemos que aquella es una disciplina que no sólo elucubra la aplicación de los principios morales sino que procura su seguimiento y motivación para la imitación de los principios básicos, universales y generales de la conducta humana. El pensamiento de la Iglesia sostiene que la verdadera ética surge de ver a la persona como algo más que un objeto o un recurso; surge de verla dentro del Proyecto de Dios.

El Contador Público debe manifestar una responsabilidad social. La responsabilidad debe ser interna (sentir la presencia del otro, que puede no estar al tanto de mi sentimiento) y exigible (el otro está siempre para exigirme cumplimiento). El pensamiento cristiano católico considera que: “Junto al bien individual, hay un bien relacionado con el vivir social de las personas: el bien común. Es el bien de ese todos nosotros. Sólo con la caridad, iluminada por la luz de la razón y de la fe, es posible conseguir objetivos de desarrollo con un carácter más humano”.

El Contador Público tiene un compromiso social no sólo con el desarrollo de la empresa en marcha, sino en la participación activa en la materialización de nuevas ideas, creativas, para lograr empresas necesarias en su entorno. Está presente en el proceso de crecimiento de los entes económicos, a través de la construcción, ordenamiento, análisis e interpretación de la información económica y financiera de aquellos; y el diseño e implementación de sistemas de información requeridos en el proceso empresarial. Debe conocer el manejo de los recursos, apoyar el proceso administrativo de los negocios, tomar decisiones financieras, evaluar la gestión, ejercer control sobre las operaciones, fundamentar las cargas tributarias, proveer la información que conforman las estadísticas y contribuir a la evaluación de beneficios e impacto social, que la actividad económica del Ente (donde ejerce) representa para la comunidad. Debe ser un profesional ético idóneo, que contribuya al fortalecimiento empresarial de empresas de capital público, o las unipersonales de capital privado; apoyando el diagnóstico y fortalecimiento del ambiente de control financiero, administrativo y operacional que minimice el riesgo de corrupción e ineficiencia empresarial. El Contador Público, como depositario de la confianza pública, da fe pública, cuando con su firma y número de matrícula suscribe un documento, para certificarlo. La fe pública tiene valor jurídico y se encuentra bajo la tutela del Estado. Este profesional se debe a la sociedad, la cual exige un comportamiento ético, moral y ejemplarizante.

La responsabilidad social está relacionada con la actividad del Contador Público, para lo cual el profesional tiene la obligación de desempeñar su trabajo a través del contexto social. Debe adquirir a gran escala principios y reglas de conducta, anexos a su actividad contable, que se traduzcan en comportamientos y enseñanzas en beneficio de la comunidad. La responsabilidad indica que todo acto exige una obligación de responder por él, y las conductas de los profesionales serán evaluadas conforme a las normas que regulan su ejercicio. En la sociedad actual se privilegia el beneficio propio en lugar