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ESTUDIO SOBRE CREENCIAS, CONOCIMIENTOS Y HÁBITOS EN RELACIÓN CON LA ALIMENTACIÓN EN ESTUDIANTES DE ENFERMERÍA

Enviado por   •  27 de Marzo de 2018  •  6.800 Palabras (28 Páginas)  •  342 Visitas

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Las actividades de promoción de la salud intentan trasformar la conducta, el ambiente o la herencia en sentido positivo, ayudar al individuo a modificar su estilo de vida para que tienda a un estado óptimo de salud. Hacer promoción de la salud significa ayudar a las personas a aprender y aceptar la responsabilidad de su propio bienestar (Benavent, 2001).

Es imprescindible que la Educación Alimentaria tenga en cuenta las características de la situación en la que se enmarca, que hoy en día puede resumirse en: rapidez de los cambios sociales a nivel familiar y laboral, nuevas relaciones humanas, intercambio e incorporación de nuevas culturas y estilos de vida, formas de comunicación social que han generado potentes redes sociales con contenidos y liderazgos no siempre favorables a la salud, y saturación informativa que origina en el consumidor ciertas confusiones e inseguridades en la toma de decisiones (Carbajal y Martínez, 2012).

“En esencia la Educación Alimentaria y nutricional pretende que se adopten comportamientos que mejoren la salud a través de una serie de experiencias de aprendizaje, modificando estos comportamientos y los determinantes que actúan sobre ellos” (Martínez, Palencia, Serrano y Villarino, 2007, pág.140).

La verdadera clave final de la Educación Alimentaria estriba en el posible cambio de hábitos que, como comentaremos en el siguiente apartado, resulta sumamente complejo.

2.2 Consideraciones en torno a los hábitos alimentarios

Una de las razones que lleva a las personas a cambiar sus hábitos alimentarios es sentir realmente esa necesidad de cambio (Kearney et al., 1997). Las personas más motivadas suelen ser aquellas que necesitan adoptar un cambio de dieta debido a problemas de salud (Rodrigo et al., 2010) (Figura 1).

[pic 3]

Aunque en ocasiones la población está informada y conoce los conceptos básicos de una dieta saludable, estos conocimientos no siempre se traducen en consumos reales de alimentos que formen parte de una dieta equilibrada. No se ponen en la práctica los conceptos aprendidos (López-Nomdedeu, 2010).

La adquisición de los conocimientos se considerará positiva en la medida que repercute y refuerza la práctica alimentaria correcta mediante la creación de buenas actitudes hacia la alimentación saludable. No es suficiente que la información sea correcta, es necesario también que se produzca la modificación o abandono de hábitos alimentarios insanos y erróneos, para poder conseguir una dieta sana y equilibrada (Montero, Úbeda y García, 2006).

Aun siendo muchos los factores que pueden incidir en una alimentación adecuada (psicológicos, culturales, sociales, familiares, económicos, gustos personales, etc...) debe comenzarse por dotar a los futuros enfermeros de conocimientos sólidos en el campo de la Alimentación y potenciar en ellos ciertas creencias, como la relación alimentación – salud o el desarrollo de destrezas como la de que sepan analizar críticamente su propia dieta o el etiquetado nutricional de los alimentos que consumen, como punto de partida para conseguir efectos positivos en la modificación de hábitos.

2.3 Universidad y Alimentación: presente y futuro

Los hábitos, y también los conocimientos en el campo de la Alimentación alejados del ideal, son características que comparten tanto estudiantes con IMC normal, como aquellos que presentan sobrepeso, como pone de manifiesto el estudio llevado a cabo en casi 200 alumnos universitarios madrileños de entre 21 y 30 años de Madrid (Mena et al., 2002).

En algunos alumnos que cursan asignaturas relacionadas con la Alimentación se ha visto que, pese a tener mejores conocimientos, los hábitos alimentarios y los estilos de vida eran semejantes a los alumnos de otras titulaciones, lo que podría demostrar que el conocimiento de determinados aspectos nutricionales no genera, necesariamente, cambios hacia la adopción de una dieta y estilos de vida más saludables (Montero et al., 2006), si bien puede ser el comienzo del necesario cambio de hábitos.

Puede afirmarse que los hábitos de alimentación del alumnado universitario español se encuentran lejos de las recomendaciones nutricionales de las instituciones sanitarias encaminadas a prevenir las enfermedades de mayor prevalencia en nuestra sociedad (enfermedades cardiovasculares y tumores) (Irazusta, 2008).

Podemos resumir los principales problemas de carácter dietético que presentan los universitarios españoles en torno a dos aspectos:

- Un perfil calórico de la dieta desajustado: exceso de grasa y proteína y deficiencia de hidratos de carbono (Oliveras et al., 2006).

- Un consumo excesivo de carnes y derivados y de azucares refinados y bajo de legumbres, pescados, frutas y verduras (Bollat y Durá, 2008; Moreno, 2012; Oliveras et al., 2006; Tur, Romaguera. y Pons, 2004a; Tur, Romaguera y Pons, 2004b). También elevado consumo de snacks y de alimentos de preparación rápida, así como una hidratación insuficiente (Requejo y Ortega, 2002).

La Universidad debe ser capaz no solo de transmitir conocimiento, sino también de desarrollar habilidades y promover la adopción de elecciones críticas (el leer el etiquetado de un alimento es una elección), así como una conducta también crítica con las informaciones alimentarias que frecuentemente inundan nuestros medios de comunicación, que redunden en una conducta positiva orientada a la Salud.

A nivel local, en el 2009 se decidió la creación de la red REMUS (Red Madrileña de Universidades Saludables) (REUS, 2012). Una de sus líneas de trabajo está relacionada con la alimentación y la prevención de los trastornos del comportamiento alimentario a través de la promoción de una alimentación saludable en la población universitaria y de sentar los medios que conduzcan a una educación alimentaria para la salud de sus trabajadores y estudiantes. Habrá que esperar para poder saber los resultados de esta iniciativa, pero constituye un paso la consideración de la Universidad como espacio idóneo para la promoción de una alimentación saludable destinada a conseguir una población más sana.

3 Diseño de la Investigación

3.1 Cuestiones a abordar e hipótesis

La Investigación pretende conocer cómo a través de la docencia de la asignatura de Nutrición y Dietética, en el 1er curso del Grado en Enfermería puede educarse mejor a los futuros profesionales de la Salud que serán

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